viernes, 23 de julio de 2010

Daniel J. Montoly, poemas.









Daniel Montoly




Atlántida dormida


To miss Eniva

Te cruzas a obscuras con mi boca
como sílaba
que se pronuncia
con la punta
de la lengua;
sin puntos y apartes
que entorpezcan
su lectura.

Mas mis torpes labios
no alcanzan
a adorar tu plenitud
de cuerpo,
porque te desbordas,
mar apetecida
bajo nocturnos visos
de lunas
que te cantan
boleros eróticos.

Y voy a tumbos
tocando cada contorno
que pronuncia
las ínsulas de tus caderas
como minero
que se expone al furor
de un derrumbe.

Te enciendes
como llamarada joven
que la brisa
del norte instiga
con melodías
reproducidas
con los roces del festejo.

Te entregas, Atlántida
dormida al saqueo
del paladar
que te conquista
con sus tambores de espumas
cuyos ecos de fuego
se canonizan
en tus sentidos.



la muchacha de Johannes Vermeer


(…) entre conjeturas que se vislumbran antagónicas
a su origen –incierto- la sombra apuntalada
por la luz
sobresale a un primer plano
absorbiendo colores contraproducentes
dentro del marco de su mirada

la ambigua genuflexión del cuello refleja
dentro del juego con la imagen
el joven ejercicio de un rostro, cuyo destino
oscila perpedincular al de un arete:
Habeas corpus” contra el tiempo


CANTO DEL LEVIATÁN
"Hoy se me ha perdido el mundo."
-Martha Kornblith-

I

Surges de mi oscuridad, refulgente monstruo
con los albores lascivos
te ensañas como un sátrapa
sobre su débil víctima.
Mis penas se suceden
como burlescos malabares
de grises trapecistas
por mi cuerpo anoréxico.
Siento escalofríos
apropiándose de mis preguntas.
Hoy reina el invierno en toda parte.
Entre viejas y dolorosas nomenclaturas
duermo este espíritu
sosegado, y sin escapatorias.

II
¡Bendita la noche que alberga tanto sueño!
- María Baranda-

Tu boca completa roza lo inocultable
disecando pedazos de cristales
de sordina en los extremos.
Tus ondulantes alas
inferiores
sellan mis huecos vacíos,
sacuden mis viejas ansias.
Siento que con la lejanía
tu voz se atraviesa en mi garganta,
forma bulliciosas olas
que como navajas placenteras
naufragan en mi piel indemne.
La maldita inquietud se desplaza
por mis frágiles huesos
barcaza arrastrada a orillas nocturnas.

III

"No habrá en ese atardecer
un color único que los cuerpos destelle."
-Gabriela Saccone-


Extiende tus labios para convertirte
en apetecible tormento.
Cansado ya del hedonismo platónico,
soledad, sueño que te ahogas
en aguas increpadas por mi boca.

Mas tu silueta permanece inmune
porque jamás logro quebrar
el péndulo que borrará en mí tus huellas.

Te rebelas contra mi voz. Pisa
por mis habitaciones húmedas
con bolsas de cenizas en tus ojos
con gritos de loba herida por resplandores.

Es el noveno día, y, aún el embrujado beso
pende del extremo sur del labio.
Tu halo me persigue como a una mosca.

IV


"Te damos gracias por la tiniebla
que nos recuerda
la luz."
-Gabriela Saccone-


Detrás de frases difíciles la realidad
pesca con un desbordarse del asombro.
Las diarias preocupaciones
se juntan a formar escenas
para rendirle culto al sin sentido.
Mi espíritu por atarse al silencio
encalla en un largo espejo
que sólo refleja sombras.
Afuera, el olor a metales
y el haz de luna cruzan la plaza.
El fulgor rabioso de la noche
cae sobre la inercia del reloj de sol.
El hombre y las cosas dialogan
uniendo sus identidades.
Exiliado en otra dimensión
el mago mezcla oscuras hierbas
buscando escapar a su infierno numinoso.

V

"Uno debe oírlos, pero no aliarse con sus huesos..."
-Julio Hubard-



Una vez beba de tus manos "La Cicuta"
bailaré un intenso tango
con melancólica incertidumbre.

Escucharé tus amargas pisadas
como fúnebres campanadas
despedazar mi entusiasmo.

El rigor del miedo apertrechado
en mis venas flácidas
construirá una estatua virgen
con despojos arrebatados al tiempo.

Seré un efímero desplazamiento
tu inaudible oscuridad
nombrando inexacto a un cuerpo
que la misoginia del otoño
se confundió de huellas
con el escarceo de las hojas.



REQUIÉM A LOS CEREZOS


A José Watanabe

Poeta, el cerezo florecido lágrimas
sobre la levedad de la tumba
te acoge como distinguido huésped.
Los bueyes llevan púrpuras guirnaldas
en sus menguantes cuernos
las garzas blanquean el lago
y en el fondo los peces
zurcen una estrella en tu destino
con el fulgor de sus escamas.
La brisa ruge detrás de los montes
como una leona enamorada
los pájaros escuchan sus rugidos
despiertan con sus vuelos
la apacibilidad del río de los rostros
donde millones de piedras encendidas
forman un bosque de arco iris.
Poeta, con tu muerte el cielo se cubre
con lentejuelas arrancadas
al vestido de lo incierto.
Las visibles huellas del invierno
se extienden a lo largo.
El guardián del hielo arrastra en soledad
sus pasos hacia el Monte Fuji.



Balada de los suburbios

Te escondes tras el makeup y el rimel,
triste, con la nostalgia retroactiva
en el útero marchito.
Masticas los malos días
con mecánica alegría de píldoras
y dejas hundir tus labios
en la parodia de la televisión.
El cartero no trajo hoy rosas para ti,
tampoco una notita
con la palabra: Te quiero.
Loretta, las flores del jardín
se llevaron su perfume
hasta confines foráneos.
Y tú, te aferras a su fotografía,
juras jamás volver
a pararte frente a la ventana
para no ver en el horizonte, a ese niño
de ojos vivaces y pelito negro,
ir en bicicleta a cazar relámpagos.


ILUSIÓN NOCTURNA

Los monjes de Egipto cavaban tumbas para verter lágrimas en ellas;
hoy cavaría yo la mía y no caerían mas que colillas.
-Cioran-


Partí mi corazón con un enigma
con la noche escondida
entre mis huellas
excavé, ebrio, en sus oscuros brazos
por una voz o un dedo
sobre los hombros
de mi angustia, mas sólo silencio
y sombra vi en el túnel.
Un rostro ahogado en hierbas
salió a mis pasos, a sellar mi boca
con sus besos de medusa.
Ya no siento miedo
todo bajo mis pies se rige por el cadalso.
Mi corazón es una flor
a intemperie de la niebla.


(V)
Los árboles mueren pero el sueño prosigue
-Ezra Pound-


A Karmen Blaquez


... La luna tiende
un sendero de peces
encontrados.
La palabra florece,
perdida,
olvidada,
donde habitaban las hojas,
sueño de un árbol
que desaparecía en la noche.

Ana Bolena

Ella durmió la muerte
entre sus brazos
cantándole nanas
de sirenas. Su vientre
se volvió
el juez inquisidor,
el negro zafiro de su tiara.
Sobre la renegrida torre
el primogénito
afila la guillotina,
la muchedumbre
celebra la salud del reino.



Daniel J. Montoly (República Dominicana, 1968) estudiante de la carrera de derecho en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). Fue finalista en el concurso de poesía Latin Poets for Humanity, ganador del concurso de poesía de la revista Niedenrgasse y del "Editor's Choice Award" de The Internacional Poets Society. Ha publicado en el Primer Volumen de Colección Sensibilidades (España, Alternativa Editorial), Maestros desconocidos de la poesía contemporánea hispanoamericana (USA, Ediciones El Salvaje Refinado), Antología de jóvenes poetas latinoamericanos (Uruguay, Abrace Editores) y en Jóvenes poetas cantan a la paz (Sydney, Australia, Casa Latinoamericana). El Verbo Decenrrejado (Apostrophes Ediciones, Santiago de Chile) Antología de Nueva Poesía Hispanoamericana (Editorial Lord Byron, Lima, Perú) y en la antología norteamericana: A Generation Defining Itself- In Our Onw Words (AMW Enterprises, North Carolina). Algunos de sus poemas han sido traducidos al portugués, inglés y alemán. Colabora activamente con diversas publicaciones literarias y dirige el blog The Wrong Side, dedicado a la difusión de la literatura hispanoamericana.

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