martes, 27 de diciembre de 2011

Jorge Santiago Perednik: El cuarto círculo






Jorge Santiago Perednik (fotografía,  Ernesto Livon Grosman)

































Jorge Santiago Perednik. (Buenos Aires, 1952-2011) Poeta, traductor, ensayista y editor.  Publicó Los mil micos (1979), El cuerpo del horror (1981), El shock de los lender (1985), Un pedazo del año (1986), El fin del no (1991) Variaciones pad-in (1996), La desconocida-Circo macedonista sobre Adriana Buenos Aires (1998), El gran derrapador (2002), El todo, la parte (México, 2005) y La querella de los gustos (2006). En los años 80 fundó la revista de poesía “Xul, signo viejo y nuevo” y dio a conocer una relevante antología, Nueva poesía Argentina, durante la dictadura (1976-1983). En la que en la contratapa a su segunda edición destacó: “Este es uno  de los libros que mayor revuelo causó en la historia de la poesía argentina, al punto de adquirir una suerte de carácter mítico: muchos eran los que hablaban de él, pero muy pocos lo habían leído y conocido directamente sus tesis.”

domingo, 25 de diciembre de 2011

Kenneth Rexroth: No matarás



Kenneth Rexroth












                         memorial para Dylan Thomas


I


Están asesinando a todos los hombres jóvenes.
Desde hace medio siglo, ahora y todos los días,
los han perseguido y los han matado.
Los están matando en este instante,
en este mismo minuto
en todo el mundo
están matando a los hombres jóvenes.
Ellos conocen mil maneras para hacerlo
y todos los años inventarán nuevas técnicas para matar.
En las junglas del África,
en los pantanos de Asia,
en los desiertos de Asia,
en los campos de esclavos en Siberia,
en los barrios pobres de Europa,
en los clubes nocturnos de América,
los asesinos están realizando su tarea.

Están apedreando a Esteban,
lo están expulsando de cada ciudad en todo el mundo.
Bajo el cartel de Bienvenidos,
bajo el emblema del Rotary,
en la carretera en los suburbios,
su cuerpo yace bajo las piedras que le lanzaron.
Él estaba lleno de fe y poder.
Él realizó grandes cosas para las gentes.
Ellos no podían enfrentarse a su sabiduría.
No podían soportar el espíritu con el que hablaba.
Su palabra sonora hablaba en nombre
del tabernáculo del testigo en el yermo.
Ellos no tenían corazón.
Ellos se lanzaron sobre él con dientes afilados. 
Ellos  le gritaron.
Ellos no lo escucharon.
Ellos guiados por la misma música se lanzaron sobre él.
Ellos lo expulsaron de la ciudad y lo lapidaron.
Los testigos dejaron sus ropas
a los pies de un hombre cuyo nombre era el tuyo
Vos.

Vos sos el asesino.
Vos estás matando a los hombres jóvenes.
Vos estás asando a Lorenzo sobre su parrilla.
Cuando demandaste que él divulgara
los ocultos tesoros del espíritu,
él te mostró a los pobres.
Vos pusiste tu corazón en su contra.
Vos lo atrapaste y lo amarraste con tu ira.
Vos lo asaste a fuego lento.
Su grasa chorreaba y estallaba en llamas sobre las brasas.
El olor era dulce a tu nariz.
Él gritó
“ estoy cocinado de este lado,
denme vuelta y cómanme,
vos
comé de mis carnes.”

Vos estás asesinando a los hombres jóvenes.
Vos estás atravesando a Sebastián con tus flechas.
Él sostuvo en la firmeza de la fe a los perseguidos.
Primero lo atravesaste con flechas.
Después lo apaleaste con garrotes.
Luego lo arrojaste en una cloaca.
No existe nada que temas tanto como el valor.
Vos  que le negás tu mirada
al coraje de los hombres jóvenes.

Vos,
la hiena de rostro brillante y corbata de moño,
en las oficinas de una corporación
multimillonaria devota del servicio;
el buitre que destila inmundicias,
cuidadosamente y desprolijamente
ataviado
en sargas importadas,
disertando sobre el Tiempo de la Abundancia;
el chacal en un traje cruzado,
ladrando a control remoto,
en las Naciones Unidas;
el murciélago vampiro sentado en el respaldo del sillón,
tomando notas, jugando con tu descerebrador:
el autónomo, cáncer ambulatorio,
el Super Ego en mil uniformes;
vos, el esbirro de la bestia colosal
el que señala a los que habrán de ser asesinados,
vos el asesino de los hombres jóvenes.


II


¿Qué le sucedió a Robinson
quien solía tambalearse por la calle 8,
mareado por la ginebra solitaria?
¿Dónde está Masters, quien
durante ruinosas décadas vivió encorvado
en su bufete de abogado?
¿Dónde está Leonard quien creyó
que era una locomotora? ¿Y Lindsay,
sabio como una paloma, inocente
como una serpiente, dónde está él?
     Timor mortis conturbat me.

¿Qué fue de Jim Oppenheim?
¿ Y de  Lola Ridge, sola
en una fría habitación amueblada? ¿Y de Orrick  Johns,
saltando con su única pierna sobre
las olitas en la playa? ¿Y de Elinor Wylie
quien como Kierkegaard creía en lo intangible?
¿Qué fue de ellos? ¿Y de Sara Teasdale? ¿ Dónde está ella?
      Timor mortis conturbat me.

¿Dónde está George Sterlin ese manso cervatillo?
¿Y, Phelps Putnam que desapareció furtivamente?
¿Y, Jack Wheelwright quien  no podía cruzar el puente?
¿Y, Donald Evans con su bastón y
monóculo? ¿Dónde están ellos?
      Timor mortis conturbat me.

¿Y, John Gould Fletcher quién no podía
sanar su poderoso corazón destrozado?
¿Y, Bodenheim descuartizado entre la basura
 maloliente? ¿Y, Edna Millay quien bebió
su último whisky puro? ¿Y Genevieve
que tanto amó? ¿Dónde están ellos?
      Timor mortis conturbat me.

¿Y, Harry a quien nada le interesaba?
¿Y, Hart quien regresó al mar?
¿Dónde están ellos?
      Timor mortis conturbat me.

¿Dónde está Sol Funaroff?
¿Qué le sucedió a Potamkin?
¿A Isidor Schneider? ¿A Claude McKay?
¿A Countee Cullen? ¿A Clarence Weinstock?
¿Quién le devolverá la vida hoy a sus cadáveres?
      Timor mortis conturbat me.


¿Dónde está Ezra ese hombre altisonante y ruidoso?
¿Dónde está Larsson cuyos poemas eran plegarias?
¿Dónde está Charles Snider, ese muchacho gentil
y amargo? ¿ Y Carnevali
que le habrá pasado a él?
Carol quien era tan hermosa, donde está ella?
      Timor mortis conturbat me.


III


¿Fue el de ellos y ellas un fin noble y trágico,
como la máscara de un tirano?
¿Cómo el rostro dorado y secreto de Agamenón?
De ninguna manera. Uno de ellos despierto toda la noche
en la proa del barco, pensativo y agobiado,
sangrando por el recto, en su bolsillo
una crítica escrita por el único hombre
que le merecía respeto, “si él
realmente quiere decir lo que estos poemas
pretenden, él sólo tiene una salida. Deslizarse hacia
el acre sol ardiente del Caribe,
internarse en el acre, transparente
océano humeante.
Otro, piojos en las axilas y en la entrepierna,
basura desparramada
sobre el piso, grises y grasientos trapos
sobre la cama. “Los maté porque eran sucios comunistas
malolientes, deberían darme una medalla.” 
Otro,
que con solo verlo, su fin fue vaticinado
 por Simenon. “Te
desafío a que aprietes el gatillo.” Ella cerró sus ojos
y volcó ginebra sobre su vestido.
La pistola se movía en la  mano insegura del hombre.
Les llevó horas morir. 
Otra se arrojó por las escaleras
quebrándose la columna. Morir fue
una tarea de años.
Dos colocaron sus cabezas bajo agua
en la bañadera e inundaron sus pulmones. Otro
en un puente muy transitado se arrojó debajo de los automóviles.
Otra , ebria, saltó desde un balcón
rompiéndose el cuello.
Otra se empapó en combustible
y salió corriendo a la calle en llamas
sobrevivió, para vivir el resto
de sus días bajo custodia. Otro sólo hizo el amor
una única vez con una mujer mendigo. Murió
años después, el cerebro
y la médula carcomidos por la sífilis. Una década
y media de dolor y pobreza
mientras su mente se consumía
gota a gota.
Uno trató de ahogarse
tres intentos en un lapso de veinte años. La última vez
tuvo éxito. Una abrió el gas
cuando ya no tenía comida, ni una moneda
y sólo medio pulmón.
Una fue a Harlem se acostó con treinta hombres, luego
regresó a su casa y se degolló. Uno conversó toda la noche
con H.L. Mencken y luego con las primeras luces del día
se arrojó a las aguas, ahogándose.
¿Cuántos dejaron de escribir a los treinta años de edad?
¿Cuántos fueron a trabajar para la revista Time?
¿Cuántos murieron de lobotomías prefrontales
en el Partido Comunista?
¿Cuántos están perdidos en los oscuros pabellones
de psiquiátricos de provincia?
¿Cuántos asesorados por sus psicoanalistas
decidieron que después de todo dedicarse a los negocios
era lo mejor que podían hacer?
¿Cuántos son alcohólicos sin esperanza o remedio?
René Crevel!
Jacques Rigaud!
Antonin Artaud!
Mayakofsky!
Essenin!
Robert Desnos!
Sain Pol Roux!
Max Jacob!
En todas partes del mundo
la misma mano
sin cuerpo
es la que nos asesina.
Aquí hay una montaña de muerte.
Una colina de cabezas como las de los Khanes todas apiladas.
El primer nacido del siglo
degollado por Herodes.
Tres generaciones de infantes
deglutidos por las sangrientas fauces de Moloch.

IV

Él está muerto.
El pájaro de Rhiannon,
ha muerto.
En el frío invierno del corazón.
Él está muerto.
En los valles de la muerte,
finalmente lo hallaron mudo,
envuelto en la tormenta de mentiras.
Él nunca volvió a hablar.
Él murió.
Él está muerto.
Nunca volvió a emitir palabra.
Él murió.
Él está muerto.
En las manos antisépticas de ellos
él yace muerto.
El pequeño lanzador de encantos de Cader Idris,
el de la arrebatada palabra.
Él está muerto.
El gorrión de Cardiff.
Él está muerto.
El canario de Swansea.
¿Quién lo mató?
¿Quién mató al pájaro de brillante cabeza?
Vos lo hiciste, Vos hijo de puta.
Vos lo ahogaste en tu cerebro de cocktails.
Él cayó y murió en tu sintético corazón.
Vos lo mataste,
Oppenheimer, asesino de millones,
Vos lo mataste,
Einstein, eminencia gris de la muerte.
Vos lo mataste.
Havanahavana, con tu premio Nobel.
Vos lo mataste, General,
siguiendo los pasos administrativos correspondientes.
Vos lo estrangulaste, Le Mouton,
con tus mains étendues.
Él confesó en un juicio público ante una calavera
que parecía tener imperdibles.
Vos le pegaste un tiro en la nuca
mientras él se tambaleaba en el último sótano.
Vos lo mataste,
benigna señora en la estampilla.
Lo hallaron muerto en el almuerzo semanal
de una asociación  progresista.
Lo hallaron muerto en el departamento de edición.
Lo hallaron muerto en la reunión de políticas editoriales
de la revista Time.
Henry Luce lo mató con un telegrama al Papa.
La revista Mademoiselle lo estranguló con un corpiño relleno.
El viejo comadreja lo mojó con una bolsita de té.
Luego de que los lobos hicieron su trabajo, los vaticidas
se alejaron arrastrándose con sus entrañas
hacia las aulas y las revistas literarias.
Cuando la radio transmitió la noticia de su muerte
vos personalmente te paraste gritando “ Dennos a Barrabás!!”
En tu multitud solitaria pasaste sobre él.
Tus zapatones y zapatillas de ballet
lo patearon hasta morir en la calle empedrada.
Lo golpeaste con una composición de Hindemith.
Lo apuñalaste con el acero inoxidable de una obra de Isamu Noguchi,
él está muerto,
él está muerto.
Como Ignacio el torero,
a las cuatro de la tarde.
Puntualmente a las cuatro de la tarde.
Yo también no deseo escuchar nada acerca de ello.
Yo también no deseo saber nada acerca de ello.
Yo deseo salir corriendo por las calles,
gritando “ Recuerden a Vanzetti!”
Yo quiero derramar gasolina por sus chimeneas.
Yo quiero poner bombas en sus galerías.
Yo quiero quemar sus salas de redacción.
Yo quiero rajar el vientre de sus mujeres frígidas.
Yo quiero hundir sus veleros y lanchas de lujo.
Yo quiero estrangular a sus niñitos que pintan con los dedos.
Yo quiero envenenar a sus afganos y caniches.
Él está muerto, el pequeño querubín borracho.
Él está muerto,
el radiante y vigoroso argumentador.
Él está muerto.
Las aves que siempre vivirán, han callado
ya no le cantan al rey Bran.
Las aves marinas están quietas
sobre Bardsey,  la isla de los diez mil santos.
Los hombres subterráneos no cantan
en su camino al trabajo.
Hay olor a sangre
en el olor del humo de la turba.
Ellos lo han derribado con ferocidad,
al hijo del bardo David ap Gwilym.
Lo han asesinado,
al bebé del poeta Taliessin.
Allí yace muerto,
al lado del témpano de las Naciones Unidas.
Allí yace embolsado,
a los pies de la Estatua de la Libertad.
La corriente del golfo de México huele a sangre
cuando toca las arenas de Iona
y las azules rocas de Canarvon.
Y todas las aves del profundo océano se elevan en vuelo
sobre los grandes cruceros de lujo y aúllan,
“Vos lo mataste! Vos lo mataste!
Vos vestido en ese maldito traje de confección de Brooks Brothers.
Vos
reverendo hijo de puta.”

(versión Esteban Moore H.)



Calle Rexroth, San Francisco, Ca.



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Kenneth Rexroth (South Bend, Indiana, 1905- Santa Bárbara, California, 1982) Poeta, traductor, ensayista y crítico autodidacta. Una de las figuras centrales del denominado Renacimiento Poético en la ciudad de San Francisco y de  la poesía contemporánea de su país. Fue uno de los primeros poetas norteamericanos en interesarse por las formas poéticas japonesas. Czeslaw Milosz, a quién Rexroth tradujo al inglés, sostuvo que Rexroth era un gran poeta y uno de los más destacados traductores de la poesía china y japonesa. Asimismo leía en Francés, japonés, griego, latín y castellano. Lawrence Ferlinghetti quién grabó con él una lectura de poemas acompañados por el Cellar Jazz Quintet, sostuvo que sin dudas Kenneth Rexroth
fue el maestro de todos ellos.Publicó entre ensayo, crítica y poesía alrededor de de cincuenta libros. En 2003, se publicó su obra poética completa con un prólogo de Sam Hamill.























viernes, 16 de diciembre de 2011

David Antin: Privacidad en un lugar público.




David Antin



 













me considero un poeta pero no voy a leer poesía     como podrán ver
           no traigo libros          a pesar de que he escrito libros          yo
tengo una extraña relación con la idea de leer    si no me pueden oír
  apreciaría   que se acerquen   pues esta no es una
situación en la que intentaré  amplificar  eso sucederá en  la segunda parte
     la que le corresponde a jackson maclow    el equipo que está detrás mío
   sobre el escenario  es otro equipo  yo sólo estoy usando este equipo
       mínimo    pues es el único equipo que puedo manejar
      en este momento particular   y la razón  es que en un tiempo
estuve involucrado con la ingeniería y ahora me estoy deshaciendo de las partes
      existió un tiempo en que yo hubiera concurrido con más     mucho
    más  y no hace mucho pero ahora en este momento no lo deseo   es
algo así  como mi actitud hacia  el libro                del que no intentaré
   leer       lo que quiero decir es que si  yo  viniera y les leyera  poemas
de un libro ustedes  lo considerarían un modo razonable de  comportamiento
       y es un modo razonable de comportamiento               generalmente
considerado    como una lectura de poemas     y sería  algo así  como
   extraer arvejas  congeladas de un contenedor de  comida          y eso
no me parece interesante porque entonces me  convertiría en un cocinero
   y realmente no deseo ser un cocinero           no  quiero ser un cocinero o
 recalentar la  comida por nada ni para nadie   he venido aquí para hacer un
        poema hablando    para hablar un poema           que será               siendo
las otras cosas iguales  porque yo quería hablar  acerca de
     algo   la situación que se presenta cuando un poeta viene a un sitio
           para construir  lo  que es un poema    digo ¿ que estoy haciendo
viniendo aquí a hablar poesía ?  eso   si  yo pensará que la poesía fuera
  una especie de iniciativa  romana  si  yo creyera  que  la poesía es una
iniciativa   romana  asumiría que hablar poesía es una  empresa razonable   y
  definida con claridad      llegaría al lugar y haría uso de  todo
   el magnífico  encanto de la retórica     del que me serviría y luego les
       ofrecería poesía     quiero decir mejoraría lo hablado   como verán
         hablar sería  sólo hablar      del modo en que lo hacen las personas y
  la poesía sería un discurso hablado que se supera  sería  charla que tiene finales graciosos
          podría rimar  digamos o producir una melodía o hace lo que hace o que tiene que
      de modos inusuales y exóticos no hay nada de malo en eso existen muchas personas que lo    hacen es divertido hacer equilibrio en un alambre tendido es divertido hablar mientras                
    bebemos agua es divertido hablar mientras hacemos la vertical invertida
propongo que no consideremos a la poesía como eso que se pone por encima de la    
                    conversación                        la considero                            en este caso
como algo que aparece en una ocasión particular en un lugar público            yo
  quiero decir están ustedes aquí y este es un sitio público y yo me dirijo  me enfrento
a una situación pública y estoy haciendo lo que los poetas han hecho durante mucho tiempo
   han hablado  de un mundo íntimo                algunas veces
  de una necesidad íntima  pero siempre             lo han hecho en un contexto bastante peculiar               para que cualquiera pudiera compartir sus palabras lo que es muy extraño
es extraño que un hombre venga aquí a hablar con ustedes a quienes no conoce y ustedes no lo conocen a él y ustedes se interesaran por lo que tuviera que decirles    y es exótico
 siempre hay algo raro en ello sin embargo si podemos compartir algún aspecto de nuestra humanidad quizás sea menos exótico     eso es       es sabido     que las personas entran en un bar   se encuentran con otra persona a  la que no conocen  y comienzan una conversación    les cuentan la historia de su vida  y luego desaparecen para no verse nunca más          de hecho pienso que existen personas que se especializan en hechos de esta índole         los conductores de taxis  en diversas ciudades viven esta experiencia repetidamente     alguien llega les cuenta la historia de su vida  que puede ser verdadera   o no                         puede ser mítica o puede ser un poema          y nunca los vuelven a ver  yo creo que las grandes historias míticas son aquellas que están llevando a cabo en este momento los choferes de taxi    en este preciso instante del tiempo    si pueden recordar las historias           y en este contexto asumo  que estamos tratando de alguna manera la ocasión mítica ¿ qué es lo que les voy a contar?   ¿algo privado?  por supuesto que les voy a contar algo  privado   ¿me van a creer ?             ¿me creerían ustedes si yo quisiera que me crean?
quiero hablarles  de algo bastante más personal de lo que se acostumbra razonablemente y es recomendable en una ocasión pública   sólo       porque se trata de algo poco razonable
..............................................................................................................................................
les digo que pienso que de alguna manera  las personas contraen matrimonio para poder definir su yo    una especie de yo privado que es todavía un yo público                   digo
las personas como yo                 hacen eso  pero definir un yo es una cuestión de esperanza y deseos eso es  quiero decir               deseo ser alguien  digo  soy alguien     soy alguien
 jim harithas es alguien  jim harithas adoraba la ciudad de siracusa él tenía las esperanzas de amar a siracusa y ha logrado realizar grandes  cosas en la ciudad de siracusa    no te avergüences  jim lo que has logrado en siracusa es realmente algo considerable un hecho importante                vos querías amar a siracusa                yo quería amar a miriam
y amé a miriam  que es casi lo mismo y un buen día miriam y yo dejamos de amarnos
 y realmente no sé cómo manejar una situación como esa eso es quiero decir  ¿quién habla por mi cuando hablo?             ¿tengo una audiencia?      aquí en este lugar público hablando como si se tratara de una charla con viejos amigos algunos nuevos  y de algunas personas que se han acercado  queriendo saber quizás ¿ qué es un poeta? ¿me entienden?
 lo que hace o hará un poeta               de qué diablos va a hablar  y yo vengo aquí con mis cosas privadas  para decirlo de alguna manera y les digo que me hallo aquí para definir mi ser y les cuento quien soy y porque hago lo que hago y ustedes lo pueden creer como le pueden creer a cualquier poeta    o como le pueden creer a su esposa                       o a sus hijos o a ustedes mismos ------------1976



       


David Antin (1932) en Hablando en los Límites  (1976) nos dice : “siempre he tenido sentimientos confusos/ acerca de mi condición de poeta  “si robert lowell es un poeta/ yo no quiero serlo/ si robert frost es un poeta yo no quiero ser poeta/  si sócrates fue poeta / entonces  lo consideraré...
En la reevaluación que realiza Antin de las vanguardias, Gertrude Stein y John Cage son poetas y mentes más significantes que Pound y Williams.
Ha publicado: autobiography (1967); definitions (1967); code of flag behavior (1968); meditations (1971); talking (1972); and after the war (1973); Selected poems 1963-1973 (1991).













 

Bassem Al-Meraiby : Poemas.

Bassem Al-Meraiby 
























Cuando el poeta eleva su espejo

El rostro de Bagdad es una sombra y un incendio.

El rostro de Bagdad, esas blancas piedras 
que se reflejan en el agua de los tiempos.
El rostro de Bagdad
en tu espejo es fuego, una lluvia de meteoritos,
tempestades y el estallido de los cielos;
como un profeta fatigado por la visión de sus ojos,
se halla realmente agobiado por aquello que está viendo.

Tú levantas tu espejo
y le pides que  la imagen deje de sangrar
que cese el flujo constante de la sangre sobre las afiladas piedras,
ésa es mi madre patria.
Y tus ojos están repletos de lágrimas,
el Tigris es un tatuaje sediento que rodea tu cuello

......................

El rostro de aquello que amas te lleva lejos
tu amor te impulsa hacia el viento y los bosques de lluvia
entonces tus pasos serán tu exilio.

Y tu madre patria se oculta bajo una piedra de sangre.
¿Quién podrá retirar esa piedra? Le preguntas al poema,
que se oculta detrás de dos lágrimas,
mientras tú señalas en el horizonte esas dos heridas
que el corazón abraza: el Tigris y el Eúfrates.

El horizonte es tu espejo,
con tu valiente corazón sigues la llama feroz
la sigues como si fueras un ala.
Tu ala esboza el destino de las ciudades de la oscuridad
en el libro de las tormentas.

Allí el exilio es otra madre patria,
desde el momento en que tu canto se desarrolló
el libro de las tormentas permanece abierto en tus manos.
Mientras  tú meditas con una desconsolada sabiduría
acerca de todo aquello esparcido en los vientos.

¿Qué noche o qué amanecer te abrazará a tí poeta?


No existe el camino mientras los países se hallen encerrados en su destrucción.
Tu sendero es la madre patria.
  
  
Una tierra tramada  por piratas

En la tierra que surge de la mirada
que el halcón fija sobre su presa
existen palabras que resuenan constantemente
palabras que giran perpetuamente
entre dos pájaros posados en un árbol solitario
entre el sacrificio y su horror
entre el arroyo y la piedra
entre la sombra y el fuego
Tierra golpeada por el terror
es lo que queda de la mirada del muerto
el murmullo de un árbol astillado
en el portal un hacha remojada en chispas,
chispas que pueden iluminar la negritud de las raíces
En el libro de la oscuridad
en el que el abatimiento resplandece
compartiendo el destino de los árboles
y el hacha
y el río
antes de la madrugada repleta de estrellas
donde la noche brilla con mayor intensidad
y los secretos son doblemente callados

En sitios donde las palabras son evitadas
y todos están sumidos en la ferocidad y la sangre
y en promesas y lágrimas
yo observo a las personas
como se les sirve su miseria  para que la beban
y como los transforman en leña para el fuego
en los bosques de su ruina

En una tierra rescatada con una lágrima
sólo existen piratas felices
siguiendo un río imaginario
en busca de un tesoro que ha nacido muerto

Tierras que se apilan
en los fabulosos mapas de diestros piratas
y tierras que se derraman
a través de ríos olvidados
y rocas en plena caída
y los pies que caen de los acantilados
a través de los mapas robados a nuestra ascendencia,
una tierra permanece
suspendida lágrima:
entre el  ojo
y la escena que observa

(versiones Esteban Moore H.)


BASSEM AL-MERAIBY  (Bagdad, Irak, 1960) Pertenece a la generación de poetas que se destacaron en la década de los 80 del siglo pasado. Ha publicado siete volúmenes de poemas y en 1988 su obra fue distinguida con el  premio  Yousef AlKhals prize (1988).  Vive exilado en Suecia.













































Ignacio Fernández de Palleja: Lanzamiento libro.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Lamont B. Steptoe: El truhán del Blues.

Lamont B. Steptoe















                                                        para Buckwheat


el boogie woogie
siempre estuvo allí
detrás de la santidad de la casa de mamá
debajo
del brillo de sus limpísimos pisos
en el resplandor
del lustre de los muebles
el saxo de Charlie Parker
estaba un poco más allá del alcance de mis oídos
esperando durante años
para tenderle una emboscada a mi espíritu
Miles Davis
era la sombra azul
que vivía en las alas de los cuervos
el modo tranquilo y rítmico de caminar
muy cool
que adopté en la escuela
el blues altisonante del bajo de una cuerda y el zydeco
eran ondas prohibidas
no se me permitía pasarlos en el gramófono de 78 rpm
fuimos criados
para ser buenos chicos y chicas
mejor decir:
“Si, señora!”.
“No, señor!”
y siempre escuchar atentamente  a los mayores
esos sitios
donde el blues y  los ritmos
se amalgamaron
no nos estaban permitidos
lugares donde los “espíritus habitaban las botellas"
y sangre y escupitajos
decoraban los pisos
lugares donde las navajas relumbraban
como relámpagos
y las pistolas estallaban
como truenos
allí escuché  mi primer “hijoeputa”
de un discípulo de un tugurio de esos
esperé años y años
para romper mis cadenas
y deslizarme hacia la fresca oscuridad del infierno
el vientre apoyado en la barra
acariciando mi pie mientras caía en el pecado
de la ginebra
yo estaba hambriento de instrumentos
baterías
bronces y cuerdas
la música de reyes
mi lado salvaje me llamaba
me convertí
en el truhán de los blues
me mudé al vecindario de pecadores y santos
profetas y duendes


(traducción Esteban Moore H.)





Lamont B. Steptoe (Pittsburgh, Pennsylvania, 1949) Poeta, fotógrafo y editor.  Veterano de la Guerra de Vietnam. Ha recibido entre otras distinciones el American Book Award, 2005; y diversos premios y becas del Concejo para las Artes de Pennsylvannia. Colabora con diarios y revistas y ha sido incluido en diversas antologías. Ha publicado varios volúmenes de poesía, entre ellos: A Long Movie of Shadows  y Crowns and Halos (2006).







lunes, 12 de diciembre de 2011

Philip Gross: El Duque de Ninguna Parte.







Philip Gross

























Yo soy el hijo del Duque de Ninguna Parte.
Ninguna parte fue mi hogar. El primer sonido que recuerdo

fue el de máquinas serruchando vapor, el ruido sordo
y el agudo chirrido de los vagones cargados de pesados golpes

empujados con crueldad de vía en vía. Cuando me alzaron al borde de la ventana
observé la primera imagen de nuestro exilio

mientras pensaba: aquí, yo,
mirando… Allí los trenes perdiéndose en la distancia…


*

Él vivía de incognito.
Sin embargo: su secreto no corría peligro conmigo.

Yo era el heredero solitario de todas las cosas
que él nunca mencionó. Yo adiviné

de su melancólica depresión, de sus días de completo silencio
que la herencia debía ser vasta. Las propiedades perdidas

crecieron en su vastedad, semana a semana,
luego mes a mes, el se fue y se quedó.  


*

Más allá de los techos, más allá del muro del puerto
había grúas, luego el borde del mundo.

En un día claro yo podía ver las grises fragatas
treparlo y deslizarse sobre ese límite. Una noche desperté

al canto en las calles que súbitamente se empequeñeció
cuando todas las bocinas de los barcos de la flota de guerra

emitieron sus roncos sonidos, repentinamente,
anunciando su llegada al Hogar… como si tal lugar

pudiera existir, sobre el horizonte, en cualquier sitio.

(Esteban Moore H.)





Philip Gross (Cornualles, R.U., 1952) Poeta, novelista, dramaturgo y docente. Entre otras distinciones le fue otorgado el premio T.S. Eliot por el volumen de poemas The Water Table (2009).