martes, 31 de julio de 2012

Lawrence Ferlinghetti: Lo primero y último de todas las cosas.






Lawrence Ferlinghetti




















El primer y magnífico amanecer sobre la tierra    
El primer llanto del hombre en la luz primigenia
La primera luciérnaga titilando en la noche
La primera canción de amor y cuarenta llantos de dolor
La primera travesía de los vikingos hacia el oeste
El primer avistamiento del Nuevo Mundo
       desde el carajo del vigía de  una carabela española
El primer cara pálida encontrándose con el primer norteamericano nativo
El primer comerciante holandés en Mannahatta
El primer colono en la primera frontera
El primer Hogar Dulce Hogar tan querido
El primer tren de  carretas dirigiéndose al oeste
La primera vez que Lewis y Clark vieron las aguas del Pacífico
La  primera vez que alguien midió la profundidad del Mississippi y gritó
                “Mark, Twain!”*
El primer acto de integración de Huck y Jim navegando de noche en una balsa
La primera cabeza de búfalo en una moneda y el último búfalo
El primer alambrado de púas y el fin de las llanuras abiertas
El último vaquero cabalgando en la última frontera
El primer rascacielos en Norteamérica
El primer jonrón en el estadio de los yanquis
La primera salchicha con mostaza en un estadio
La última guerra para terminar con todas las guerras
El último obrero sindicalizado y el último anarquista católico
El último sobreviviente de la brigada Abraham Lincoln
El último bohemio con su boina
El primer político hecho en casa y el primer fraude electoral
El primer avión en estrellarse con la primera de las torres gemelas
El nacimiento de una vasta  paranoia nacional
El primer presidente en convertirse en un asesino internacional
                     por cometer crímenes contra la humanidad
                           transformando a Norteamérica en un estado terrorista
El oscuro amanecer del fascismo corporativo norteamericano
La próxima a desaparecer última estación de radio que ejerce la libertad de expresión
El próximo a desaparecer último periódico independiente que remueve el avispero
La próxima a desaparecer última librería independiente con criterio propio
El próximo a desaparecer último izquierdista que busca el nirvana de Obama
El primer grandioso día de la ocupación de Wall Street
para establecer en este continente una nueva nación!

(inédito)
Versión Esteban Moore

*Mark, Twain: Mark: marca;  Twain: dos (arc.): Marca, dos brazas. Término que Samuel Langhorne Clemens adoptó como nom de plume.

 


Lawrence Ferlinghetti (Yonkers, Nueva York, EEUU, 1919) Poeta, narrador, traductor, ensayista y editor. Realizó estudios de literatura en la Universidad de Carolina del Norte (Chapel Hill) y en la Sorbona (París, Francia). Durante la Segunda Guerra Mundial, como oficial de una unidad antisubmarina  de las fuerzas aliadas, se dedicó a entrenar en Escocia a marinos noruegos que habían logrado huir de su país, ocupado por los nazis. Participó en la invasión de Normandía y fue luego trasladado al Japón. Allí pudo observar personalmente el devastado paisaje  de la ciudad de  Nagasaki,  sólo unas semanas después de la explosión nuclear, una experiencia que ha dejado cicatrices profundas en su  espíritu.
En 1953 se radicó en la ciudad de San Francisco donde abrió la ahora emblemática librería  City Lights Bookstore y dos años más tarde fundó la editorial de mismo nombre que se constituiría en uno de los motores que impulsaron al movimiento Beat y la literatura de vanguardia. Esta casa editorial publicó el primer libro de Allen Ginsberg Aullido (Howl, 1956) y en 1958   lanzó  su Coney Island of the Mind (Un parque de diversiones de la mente) que a la fecha  lleva vendidos más de un millón y medio de ejemplares.
La obra de Lawrence Ferlinghetti puede ser considerada un extendido proceso de reescritura, en el sentido de que todo procedimiento literario lo es si se aventura en la exploración de sus propias raíces. En este trayecto en particular nada es desechado, su discurso se halla sembrado de variadas referencias literarias y culturales, en muchos casos evidentes, en otros de una profunda oscuridad, que sin embargo, refulgen en una nueva luz.