sábado, 30 de enero de 2016

Reynaldo Pérez Só: Fragmentos de un taller, Ars Poetica






Reynaldo Pérez Só



  












1

Un poema lleva a Dios, pues un poema es una forma de Dios. No es el hombre quien habla, es Dios, solamente Dios por medio del poeta. Salomón no nos canta en El Cantar de los Cantares, es Dios, de aquí el misterio del verdadero poema.

2

El demonio hace poesía a la inversa.

3

La primera línea del poema es el poema. La última, reitera con otras palabras la primera. Las líneas centrales son meramente puentes para que la cabeza y la cola se confundan, en circunferencia.

4

Unos preguntan por el valor de sus poemas. ¿En qué sentido? Si el valor se refiere a los ajustes formales posiblemente estén bien o mal. Existen normas que se aprenden por medio de manuales o simplemente estudiando a los poetas, sus mejores poemas, libros. Si un texto se imita bien, el poema estará, formalmente logrado. Es truco, mero truco. Engañabobos.

5

La Biblia nunca ha sido asunto de forma para formar el vacío. Los antiguos judíos son de una casta de sabios: El Cantar de los Cantares habla del hombre, no de formas, imaginaciones, fantasías. Los judíos, generalmente, escriben de sus miserias, grandezas, en ellos la imaginación no tiene lugar, porque la verdadera poesía es tocable. Juan de la Cruz, Fray Luis de León, lo comprendieron, de ahí sus versiones, auténticas, fuera de toda imitación formal, indagaron en lo tangible, vivido.

6

Un poema transparente es mudo, deja que todo se vea igual. Se podría decir que no existe. Ni siquiera se oye.

7

Un verdadero poeta ha escrito los peores poemas que ha roto o todos han olvidado, incluso él. Son la parte que complementa la condición humana.

8

El diablo del poema es la prosa.

9

El mal poeta odia al buen poeta. El buen poeta al principio odia al mal poeta, luego lo acepta, lo reconoce, lo admira, lo perdona. Nos dijo alguna vez Aquilino.

10

Ningún poema per se es incomunicable. Ocurren dificultades en nosotros como lectores que no podemos ver el poema. También ocurre ver el poema donde no existe, lo cual, como las alucinaciones, hace que nos equivoquemos por esencia, siendo la mayor dificultad y casi es irreparable.

11

Se hizo traducir al francés, al portugués, al inglés, al italiano y pronto lo será al alemán, al ruso. Pobre poeta, debió escribir tanta carta, ser agregado cultural por correspondencia, alabar tanto libro extranjero malo, traducir a los mismos que lo virtieron a tanta lengua extraña y nadie, ni su familia, ni sus vecinos saben de su clandestina actividad prohibida, poética.

12

La poesía universal carece de sitio, tiempo, por lo tanto no tiene sustancia, lengua. Está escrita por un poeta sin sitio, ni tiempo, ni cultura, ni sustancia, ni lengua. Universal a priori.

13

Texto-cascarón, poesía-concha, respiración de adjetivos, lenguaje florido: las trampas cazabobos de la poesía mediocre, falsa. Estos lugares son los preferidos por los maquilladores. Nada de hueso, pero sí tanto de plastilina: los epígonos del Siglo de Oro, nuestros románticos, los tardíos modernistas, los cultores del surrealismo latinoamericano, etc., de los buscadores del mármol de Carrara en las esculturas centro europeas.

14

El tiempo vivido por todos nosotros es un tiempo diferente al conceptualizado por las culturas nórdicas —además, entre estas últimas se notan diversas. La rigidez de la forma, ideas y discurso no necesita profundizarse: es evidente. Nuestro tiempo es flexible, moldeable a nuestras necesidades, además, cambiante. "No nos podemos bañar dos veces en el mismo río", afirmaba Heráclito. Nada mejor para definirnos. Nuestros mejores poetas captaron ese tiempo, vuelto lenguaje, idea.

15

La mitología europea, especialmente la griega, en boca de nuestros eximios poetas se ve tan hermosa como la mitología de los cultos de la quimbanda o la santería en la de los poetas germanos. (Un poeta universal).

16

Si se invierten las palabras, el poema desaparece. Si se las cambian, desaparece. Si se mutila, desaparece. El poema es único, exacto.

17

La fachada es lo más importante del hacedor de versos. El mimetismo es una manera de ser pareciendo. Pero la culpa radica en el lector, en el poeta auténtico, que cierra los ojos, el crítico de cascarón, abundante en nuestra literatura latinoamericana. Los males recaen en los jóvenes poetas y lectores inocentes que seguirán la cadena. Miméticos y de fachada fueron, entre otros, Neruda, Chocano, Moro, Morães, Nervo, Mistral, Ramos Sucre, el español Lorca, todos muertos.

18

También tras los versos del poema transpira la lengua materna con un solo nombre para las cosas sin sinónimos ni equívocos.

19

Una sonrisa momentánea o duradera que nos acompaña puede ser el objeto de un poema. O una sensación extraña de jamais vu.

20

Nadie revoluciona la poesía, como nadie revoluciona una vida.

21

La primera lectura es para los ojos. La segunda, para el oído. La tercera, reposa en la emoción. La cuarta, para los otros. La quinta se multiplica en el tiempo. Es el destino del Poema que ha encontrado un centro.

22

Un discípulo de Aquilino dice haber encontrado auténticas máscaras en un poeta portugués, puesto de moda por los intereses privados de un partido político. Es posible, pero el poeta como el médium puede sentir diversos espíritus, verdaderamente. Las máscaras de ese poeta las tienen sus lectores, doctos lectores del cascarón. Ellos nunca supieron dela clara ni la yema.

23

En todo poeta se encuentra un personaje curioso, un gato que ronda por todos los cuartos, observa, husmea, pero no se tranquiliza hasta reproducir la inquietud de lo no hallado con la misma curiosidad del principio.

24

"Los alimentos del poeta son: vida y sentido", nos dijo Aquilino cuando muriera su hijo más amado.

26

De nuevo, la máscara (por mucho que en algunos,  aparentemente, funcionase) pretende usurpar el lugar de la emoción. Aunque, entendamos, la máscara es sólo máscara y ella, como tal, carece de emociones. El fracaso de poetas como Ramos Sucre radicaba en eso: la máscara termina devorándolo, a pesar del carnaval inventado por los epígonos tardíos, dueños también de sus pequeñas caretas.

25

El poeta nace y se hace. El lector nace y se hace. Boberías elitescas de quien ni nació ni se hizo.

27

Los equivocados con la poesía terminan a veces como líderes de movimientos poéticos en los asilos llamados Centros de Estudios Poéticos, Asociaciones Internacionales de Poesía, Clubes de la Metáfora Cósmica, etc. Ahí respiran el oxígeno embotellado de las palabras de aliento.

28

La mayor parte de nuestros escritos es mentira, a veces inocente, perdonable, producto de la confusión. Sin embargo, la mentira inocente como la exprofeso en poesía arden con la misma fuerza cuando se trata de quemar para dar calor con nuestro derrumbe, que, por otra parte, en nosotros nada sustenta.

29

La inmunidad contra un aparato poético surge desde el primer verso, no así con la virulencia de la autenticidad. El lector no tiene defensas y debe terminar el poema. Quizá por eso se diga que los primeros versos pertenecen a Dios.

30

Pulir y pulir versos: las monedas de oro se convierten en polvo,
imperceptiblemente, entre las manos. No son los trabajos de Sísifo, sino del mal poeta que no entiende la perfección del oro.

31

Un lector descubre la mentira en el poema, pero debe esperar que otro lector la descubra, y éste que otro, así, como el poema de Cabral de los gallos hasta que el poema se disipe con la llegada del día.

32

Un poeta auténtico que diga una mentira en un poema está condenado, no entre los hombres, que deben tarde o temprano pasar, sino ante sí, que se traduce ante Dios.

33

Un poema erótico que no produzca erección en su lector, deseo, nada tiene de erótico, por más intentos que busque nuestro fracasado autor por otras vías ajenas, claro está, al poema.

34

Poner en palabras la experiencia poética es una matanza verdadera, demasiado verdadera. Al mismo tiempo es absurdo el resultado para quien no pueda aproximarse sin una experiencia tan igual a la que el poeta mantuviera en el breve instante, fino, de la creación.

35

Ni la buena poesía ni el buen poeta compiten. Es ridículo encontrar escritores maldiciéndose, conjurando, ocultando. Haciendo sombras para borrar un muro.

36

Las "afinidades selectivas" del poeta son afinidades personales, individuales. Tomarlas como dones y causa prima para el texto es estúpido. La vida del poeta, por sus gustos, no lo llevan al poema. Hay otros factores. Seguir el esquema de sus vidas, su bohemia, su religión no hará de nadie un poeta. Tampoco nace poesía por el uso de temas cuyo sentido pueda tocarnos en nuestras afinidades. Poesía de tema religioso, político, racial, amoroso, sexual. Es cuestión de valores estéticos, mejor dicho, poéticos.

37

El garante del poema no es el poeta. No el lector. El garante pertenece a una sutil materia donde la inteligencia poco tiene que hacer, la emoción un poco más, pero es percibida, vivida por quienes hacen.

38

De la escuela de Aquilino, jamás surgió un gran poeta. Lo formado fueron buenos lectores, amas de casa que leyeron sus textos a sus hijos y nietos, en el tiempo. Aquilino dixit; de la yema y la clara se hornean tortas, pero no yemas y claras.

 39

Los franceses tan adictos al racionalismo llevaron a Mallarmé a decir aquella frase seguida al pie de la letra por tanto letrista poeta: "La poesía no se hace con ideas, sino con palabras". El resultado se advierte en unos textos sólidos como acantilados en donde el poema se suicida.

40

Dios trino en unidad. Trina es la poesía en unidad.

41

 Aquilino no se cansaba de repetir que un buen poema debe ser visto como un paisaje, hermoso, deslumbrante, imposible de asir en sus impresiones. El poema debe olvidarse, hacer todos los intentos. En caso de ser inútiles, copiarlo, a manera de conjuro y confesarle al lector su delito. La influencia conlleva mayor traición que la traducción al sernos servida como champagne auténtica fabricada en casa.

 42

El poeta mentiroso dice que no se puede mentir en poesía. Es difícil entender a esta clase de poetas cuando se trata de procesos cognoscitivos.

43

En la fachada nunca hay riesgo a corto plazo. A la larga, todo vuelve al vacío de dónde provino. Pero sí en lo otro. Se recuerdan versos de Vallejo, Martín Adán, Enriqueta Larriva, Bandeira, Drummond, Florián, Darío, Velarde, Salustio, Aguirre, Ortiz, Rokha, Cruchaga Santa María, Silva. Hubo en lo superficial riesgo, aunque no siempre un gran poeta está sujeto a no caer. El riesgo no se mide afuera sino atrás, en aquello que mueve en seguridad al verso.

44

Seducen al poeta los reconocimientos, la soledad, la inteligencia, la belleza aparente, la queja, el egocentrismo, las utopías, el futuro o la transcendencia, la soberbia, la falsa humildad, etc. Una cosa es seducir y otra cosa es permitir la seducción abriendo las puertas para tomar cuerpo en el poema.

 45

El verdadero poeta ateo no existe.

46

 Poetas hay con versos cuyo contenido es de vacua factura, los cuales en ningún momento escapan de la banalidad o, por otra parte, del ejercicio conceptual de la inteligencia, próximos al ensayo, la filosofía, historia, religión, erotismo, música bajo el artificio de poesía. Ilustrativos son los escritos profusos de Cardenal Neruda tan raudos en versos históricos, ideologías, algunos de óptimo frontispicio, peripecias inteligentes y, no obstante, ausentes de la pretensión original.

 47

 "Quizá no exista el alma, ni el espíritu, ni el más allá, pero existe el hombre y Dios que ese hombre encuentra". Nos dijo Aquilino después de leernos "El Cántico de las Criaturas".

 48

 La belleza de un poema parte de la calidad interior del artesano. Esa calidad como Midas conforma belleza. Perdida esa calidad como Midas conforma palabras pero de forma aparente: ideas al aire, sin gravedad, imágenes sin fundamento.

49

 "El buen poeta se huele", decía Rubén Darío. Aunque no dijo a qué olía y qué lo diferenciaba, en cuanto al olfato, de los otros.

50

Los pillos, los bellacos de cualquier cultura, en cualquier parte se reconocen, se juntan, se protegen. Una rara aureola los distingue del resto de los humanos. Igualmente sucede con los malos poetas, con los buenos poetas. Un cierto imán los atrae o los rechaza, pero siempre andan en grupo o se defienden, atacan o son atacados como dos ejércitos feroces enfrentados.

51

 Si un poeta declara ser inteligente uno se encamina hacia la otra dirección. Si expresa que su lenguaje, estilo, están depurados hay que evitar su lectura. Si habla pomposamente de humildad, sensibilidad y otros atributos algún vendedor está tocando a la puerta.

 52

 El éxito de un poeta puede obedecer a muchas circunstancias, no todas ellas denuncian buena poesía: moda, cursilería, gusto edulcorado, relaciones públicas, ideología política, religiosa, relaciones editoriales, burocracia oficial, propaganda, vejez lírica, autopromoción, etc. Lo mejor es no leerlos sino cuando el tiempo pase. De cualquier forma nada sucede sin ellos y todo está contenido en los clásicos.

 53

 La sinceridad, la verdad, la biografía, las emociones por sí solas no edifican el poema. Tampoco la información, cultura, inteligencia, versificación. Su origen no existe en ninguna fórmula, truco, esquema. La fantasía, la imaginación, son inútiles. A pesar de todo, hay sí, una constante: spiritus flat ubi vult. Una pregunta y no la respuesta.

 54

Contrario a la creencia popular el verdadero poeta es un monje. No enclaustrado entre prejuicios, enfrentado en una lucha eterna contra los deseos, sino un monje que vive como el resto de los hombres, con el resto de las pasiones humanas, que vive, de hecho, una vida común que la dignifica de adentro hacia afuera, de afuera hacia adentro. Un monje, esclavo, que obedece a su condición de búsqueda poética.

 55

 Es fundamental el presente, la actualidad, en la obra de arte. Conseguirlo a fuer de elementos contemporáneos, es trampa, truco que muestra vejez en vez de innovación. Un poeta alcanza su cometido cuando su poesía se inserta desde su propia vida hasta su ser colectivo. El lenguaje discurre sin proponérselo, actual, nuevo, natural. Igualmente, los temas, las ideas.

56

 "El poema surge de una pregunta, del miedo, del deseo, del amor a Dios, de la soledad inexplicable del hombre. Es posible esto y muchas cosas más, pero se necesita únicamente al hombre, presente, verdadero, que está ahí con los ojos brillantes de sorpresa mirando lo extraordinario de la ordinariedad del entorno", posiblemente nos lo dijo Aquilino. Lo pudiera ser de su maestro.

57

 Un poeta lee a otro poeta por mera curiosidad, para descubrir fraternidad en otro espejo. Nunca para apropiarse de los bienes ajenos, como aquellos invitados de Penélope. La admiración no tiene interés, ni es tampoco una vía al saqueo.

 58

 El origen del poeta no está en la infancia, tampoco en la obscura adolescencia: está en la pastosa madurez, que muchos reniegan, insultan, sin ver que la juventud ya ida es la antesala de la muerte.

59

Los niveles de lectura dependen del lector. En otra forma un lector estúpido estupidiza un poema. El inteligente, lo "neurotiza", etc. Ídem con el poeta quien por su parte inculpa al lector para salvarse.

60

La sexualidad pertenece a los sexos no a los poemas que nunca han tenido géneros, ni siquiera el neutro o el tercero. Banalidades de la poquedad poética.

61

Una verdad poética dicha por un poeta puede convertirse en mentira, cuando la traición a esa verdad empieza a teñirla con las habituales mañas. Ya que nadie en poesía está seguro y una seguridad se vuelve insegura de no haber un respaldo continuo, enriquecedor, de los hallazgos.

62

Los seres envejecen. Sin embargo, ni las formas ni los contenidos del buen poema corren el riesgo. Aquilino nunca publicó un verso sino después de varios años de espera o de los juicios ajenos. Nuestra poesía romántica, otrora nueva, y los textos "vanguardistas", huelen a naftalina, no así Garcilaso, Manrique, Juan de la Cruz.

63

El único truco de la poesía verdadera es el poeta.

64

El artista, el poeta, latinoamericanos desdibujan las formas prestadas de las culturas madres. Algo de grotesco, caricatura, encuentra la mirada europea al comparar tendencias ajenas consigo. La caricatura surge de la comparación. Sucede que no son los mismos parámetros, lo observado por uno se piensa en deformidad, lo de los otros, autenticidad. Del mismo modo, en nuestra tradición, caricaturescos podrían ser los sonetos, el romance, las glosas, la verborragia de tanta lírica discordante iniciada e importada desde Europa.

65

Cualquier poema auténtico, es decir, verdadero, es un poema de amor. No existe otra posibilidad y de haberla no es poesía. Cualquier otra cosa, pero no poesía.

66

Las circunstancias de su vida hacen que busque a los poetas.
Se relaciona, habla de poesía, habla con poesía, se comunica consigo con metáforas y aliteraciones, busca poesía en los entornos de su instante. Aquilino cuando lo veía actuar lo miraba como si fuese un auténtico payaso.

67

Siempre se corre el riesgo de ser idiota con un poema abiertamente de amor, pero quien no lo hace deberá quedarse a solas, a solas, a solas eternamente.

68

En el mundo anglosajón se ha abusado de las referencias culteranas en poesía: Pound, Eliot, Zukofsky, los mejores. Laberintos de crucigrama, mientras los provincianos del atraso colonial se visten de seda. Recordamos a Góngora, Quevedo, Lope y a nuestras caricaturas de los siglos XVII y XVIII.

69

Los valores "internos" del poema son apreciados por aquellos que no se interesan ni ven la parte formal. Tu-Fu buscaba iletrados. Es una vía. Pero quien conoce mejor esos valores es el propio autor si sabe despojarse de su ennoblecido ego que siempre dice "sí, sí, no hay duda".

70

Su hijo dice "mi padre es un poeta". Su mujer habla de su marido como si el mismo Dante la poseyese. Su madre nos reitera de su útero artístico. Sus hermanos colocan su nombre al lado de sus propiedades. El apellido, el nombre del poeta son conocidos, pero nadie, Dios mío, soporta los versos, que nadie, además, se atreve a leer.

71

Ningún buen poeta ha salido de una bolsa o beca como dicen.

72

"Pararrayos celestes", los poetas, es probable. Aquilino nunca habló de inspiración, no obstante, pasaba años sin escribir un verso. Decía que estaba respirando, respirando. La prosa es un acto diario, cercano al periodismo.

73

La ayuda óptima para un poeta es no ayudarlo. Hacer las cosas más difíciles, casi imposibles. A partir de entonces se sabrá frente a qué tipo de poeta estamos y la ayuda no será necesaria.

74

En un poema se ordena el mundo, se equilibra, claro, preciso, justo. En un poema se ven las imágenes, las cosas, los sentimientos. No se ven las palabras, las metáforas, las aliteraciones, la inteligencia, los adjetivos.

75

La democracia para la poesía no existe, quien la inventara sólo fue un burócrata cultural en busca de lectores como si ella estuviese sujeta a términos cuantitativos o de votos.

76

En principio el alcohol no produce poesía, sino alcoholismo. La droga, adictos. El amor, amantes. Las letras, letrados, etc.

77

Hay poetas que pulen poemas como quien pule un hueso. De cualquier forma el hueso seguirá siendo hueso, por mucha metafísica que tenga un esqueleto.

78

No sabemos leer: nos leemos. De este modo, sólo en la forma vemos el espejo: Narciso. Ni una pizca de humildad.


Reynaldo Pérez Só (Caracas, Venezuela,1945) Poeta, traductor, co-fundador y director de la revista Poesía, editada por la Universidad de Carabobo. Ha publicado: Para morirnos de otro Sueño (1971); Tanmatra (1972); Nuevos Poemas (1975); 25 Poemas (1982); Matadero (1986); Fragmentos de un taller: Ars Poetica (1990); Reclamo (1992); Px (Ediciones (1996); Solonbra (1998); Antología Poética (2003); Rosae rosarum (2011).