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sábado, 26 de noviembre de 2011

María Meleck Vivanco: Canciones para Ruanda.

María Meleck Vivanco (1921-2010)























1.   Solitario escorpión de amarillo purísimo
     Con erecciones que delatan la guerra


Bajo las puras rosas  Las palabras más áridas resisten
Bermellones y negras fulguran casuarinas  Languidecientes
brotes y viento atribulado
Atadas están al carruaje del sol y a la desolación del mundo
Acompañan postales con dinamita y gritos de locura
Pronto desaparecen todos los ruidos del amor  Mezclados
con amuletos consumaciones y presagios  Amor que se
complace con herejías y reniega del hombre
Piratas como dioses sellan la última puerta  Como mudos
sonámbulos de otro lagar oscuro  De otro violín de
infortunada melodía
Texturas para un cielo que contrasta el furor  Doble corona
De infaustas mariposas  Paneles que se cierran por adentro
Huestes que ardieron antes y yacen apagadas recubiertas de
sal  En cautiverio  Solamente nube rizada de pólvora y ángel
desvelado
Oh aldeas enterradas y lábiles como el fino temblor
Espacios de inocencia  Nieve de la tristeza que encanece
jardines  Llamador insistente en la desierta alcoba
abandonada
Aquietad remolinos Tened piedad en esta angustia larga
Resistid el escombro de inauditos recuerdos

Porque en Ruanda aún se abren blanquísimos capullos  Y en
Ruanda todavía los espejos resplandecen




2.   Las banderas de orfandad  Enrojecen la lluvia



La partición de las estrellas  Descubre oscuridad sobre los
mismos cuerpos que luminosos nos herían  Agotados estaban
de escandalosos sueños  Sin conocer del llanto esa orla de
pies inertes  Su filo de flamencos que van minando las
profundas sedas  Las mordidas de besos  Las diminutas lunas
de la mano
Deseo por deseo  El borde de mis labios amaneció vacío
Adormideras del mar  Retengo a mi costado  Escalofrío de
extremaunción convocan las campanas  De norte a sur  Su
oficio de follaje y negra sed se instala en las murallas  La
palabra cabeza funda banderas lejos de su templo  En ingle
alucinada  En rojo ardiendo  En gotas de atormentados niños
cayendo a sobresalto  Aullando a flor de vientre desde una
comisura de relojes
Busco el secreto manuscrito de Ruanda  Su memoria
discriminada al cielo polvoriento
Y el pobre Dios cruzaba la frontera esparciendo como al acaso pétalos   Naturalmente la víspera caían  Abriendo al mundo
de par en par sus ritos para que entrara el mago de la suerte
Y pagar su rescate de azucenas  Desnudo hasta el cabello

Prendido de una nube como si fuera un ángel



3.   Y el valle violento es como un matuasto al sol
           Galopado de turbulencias


Volvía del castigo  Y recordé los tártagos  Donde enredaba música la luciérnaga triste con instrumentos traídos de la guerra
La huída a contraluz  Los corredores que sepulta la tierra gris y el viaje de la aurora  Cuidan mi corazón  Mi vino pálido que noche a noche sorbe la metralla
Yo he intentado morir  Y no he podido  Desciende el viento pero nunca muero   Quema lágrima heroica en carne que supura tanta impiedad  Tanta neblina ansiosa

Dios proteja esta herida dulcemente  Y entorne las ventanas del espejo
         


4.   Como una caracola la muerte estará en otro ruido
      Como un higo de luto  En otros dientes de tímido
      conocimiento blanco


Oscuros umbrales de revelación  Sostienen temerarios la edad
impura  O el cuchillo de plata a la intemperie  O la caravana
que alisa arenas y castiga a los pájaros heridos  (Cuando aparece
el huésped persignarse)
La inocente descubre ceremonias en los huesos de un niño                                                                
Voraz una cascada de nieve derretida  Lava de olvido su alma                                                 
Red luminosa fluye en el coro de renacuajos del diluvio  Y
plegaria comulgante en el oído sordo de tristeza sobre tristeza
Ruanda inventa un corazón para olvidar  Suelta lujurias en
los ojos velados que encienden la imaginación  Aquí en su piel
existe una rosa cautiva perversamente lastimada  Es la rosa
esclava de secretas voces  La casa desprovista de manjares y
paciencia   Los fantasmas del ancestro que convocan animales 
libidinosos y grifos de ruidos permanentes  Dioses sorprendidos
en el Kivú  Apostados entre mariposas salvajes
Oscuros umbrales de revelación  Cuerpos destruidos de tanto
vagabundeo sin brújula  Con su joroba verdinegra que asoma
en la claraboya de la luna

Deseo comparecer a tu lado Ruanda de incestuosas lágrimas
Efímera  Como tu pulso de felicidad invisible





María Meleck Vivanco (1921-2010) Poeta. Ha publicado Taitacha Temblores, (1956, poemas quechuas, Lima Perú); Hemisferio de la Rosa (1973); Rostros que nadie toca (1978); Los Infiernos Solares (1988); Balanza de Ceremonias (1992); Canciones para Ruanda (1998). Su obra ha sido reconocida con las siguientes distinciones: Premio Libro de Oro, Lima, Perú (1956);  Segundo premio de poesía de la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires, (1978); Premio Fundación Argentina para la Poesía (1988); Premio de  poesía del Fondo Nacional de Las Artes (1991); Premio UNICEF, Nueva York, EE.UU. (1997);Premio Universidad de las Letras, La Habana, Cuba (1997); Premio Fundación Sociedad de Los Poetas Vivos (1998).
 En 1978, fue invitada al Tercer Congreso Latinoamericano de Mujeres Escritoras organizado por la Universidad de Ottawa, Canadá y en 1999 al Congreso Internacional del Surrealismo en el Tercer  Milenio realizado en  Roma, Italia.

A través de sus siete libros publicados y otros tantos inéditos, de los que aquí se hace un selecto recuento, María Meleck Vivanco  ha perseverado en el ejercicio de “la escritura automática” en la que Breton veía encarnarse todo lo mediúmnico o alucinatorio del primer surrealismo [...]  Es en este sentido -contrariando la opinión de la misma poeta y varios de sus críticos- que en razón del esclarecimiento de su poesía nos negamos a hablar de “misterio”,  ese ingrediente muchas veces ficticio o decorativo del que tanto abusa en la actualidad una New Age voluntariamente mistificadora [...] María Meleck Vivanco consigue ya ese “abandono a lo maravilloso” que nos dictaran las leyes del corazón. Y a semejanza de los poetas y pintores Zen, chinos y japoneses, persigue  ahora en su escritura  sólo “el camino de la corriente de agua” que  -nos asegura  Alan Watts-  “jamás comete errores de estética”.  Raúl Henao, Medellín, Colombia, 2008. (Tomado del prólogo de la antología publicada por el Fondo Nacional de las Artes, volumen 41, Buenos Aires, 2009.


 

lunes, 21 de noviembre de 2011

Cintio Vitier: Apasionada lectura de Borges.


Cintio Vitier (1921-2009)




















Líbrame de los kenningar
y del “juego de uno en el otro”,
de los enigmas del lenguaje,
de las máscaras de los tropos.

Líbrame de la tentación
de los paraísos retóricos,
de la piedad filosofal
y de los infiernos utópicos.

Desvincúlame de la esfinge
y del sueño maravilloso,
los escuadrones clandestinos,
los deslumbramientos fogosos.

No me dejes caer al flujo
de mi negro Erebo caótico
ni a la falsa velocidad
del alegato de los monstruos.

Quítame el gusto por la orgía
de la asociación pandemonio,
por el terror de la escritura
que es un incendio silencioso.

No me dejes tirar los dados,
bajar a la cripta o al sótano,
intentar la destitución
de cada re que está en su trono.

Déjame hablarte con mi rostro
y déjame verte con mis ojos,
y quema lo que en mi palabra
no sea fiel, o quémalo todo

(de Canto Llano, 1955)




Cintio Vitier (Cayo Hueso, EEUU, 1921- La Habana, Cuba, 2009). Poeta, narrador, traductor y ensayista. Integró el Grupo Orígenes junto a José Lezama Lima, Eliseo Diego y Fina García Marruz.




jueves, 17 de noviembre de 2011

Silvio González: Poemas.

Silvio González


























La casa

Cuando lotearon esta manzana
teníamos la esperanza nueva
de edificar allí una casa

Tiempo después pudimos realizar el milagro
de mudar los sueños que habíamos construido
en el lugar más humildemente ambicioso del futuro

luego, 
llegaron los colores a los muros
el cartero con las noticias
las películas se hicieron viejas
las golosinas endurecieron
y  los juguetes de madera y de lata
nos abandonaron definitivamente junto a nuestros niños.

Hay tardes en que recordamos
al quebrar el sol sobre el tapial
y terminar una jornada más

cuando formábamos aquella fila
y  el pasamanos de  ladrillos cruzaba el brillo de nuestras miradas
con la fugacidad de la risa joven ardiendo en un tambor de cal
y la inminencia del cemento fraguando en los baldes


King size

Es el. Un humo helado lanzado
por  la boca. Una pitada
de vehemencia ultima. Es la punta del zapato
atornillando su sombra a tierra y los restos
de papel tabaco y saliva. El que contempla
una figura difusa abandonarlo sin causa.

El que descalzo comprende que siempre
estuvo allí la tinta fría. La piedra. La galería
de baldosas con arabescos: cielo de niño.

El que acerca la llama a sus labios
enciende otro cigarrillo y piensa en dejar
de fumar, de beber,
y pensar en cosas que no existen.


El animal

Los perros se parecen  a lo mejor de sus dueños
Cuando el dueño come, el perro mueve la cola
Cuando el dueño duerme, el perro duerme
Cuando el dueño está triste, el perro es un perro

Y ante su dueño triste el perro perro lame la mano de ese animal que no responde a ningún llamado

un animal que de pronto se ha quedado helado ante un mundo lleno de posibilidades

sentado en una silla del comedor
mirando fijamente el collar sobre la mesa


Tatuajes

Y a la antigua recorrí los precios y en un bolso de yute traje los saldos menos estropeados.
Puse la luz de la celosía sobre la mesa, tendí el mantel en un pequeño rincón y desayuné mates con galleta marina. Ni me sumí en tu foto ni calé ningún vitral.
Acunado, encendí el televisor para ver una de esas películas nacionales viejas, nuestras, donde los límites de la señal y la luz estampaban la simétrica mariposa del futuro en nuestro pecho y sonreíamos entonces ante aquellos tatuajes en blanco y negro de corazones atravesados por flechas sin veneno, madre.


Marcha

La luz voraz
reptando en los rieles,
el chirriar de los vagones
y el polvo cayendo
sobre los yuyos
en la tarde descarrilada.

A los que disponen de ventanillas:
calculen en qué país estaremos.


Silvio González (Rosario, 1965) Tiene publicados poemas en diversas antologías. Presentador de "La poesía en los Bares" coordinado por Hugo Diz, ciclo que lleva más de diez años ininterrumpidos de encuentros. Ha publicado "Barrio Refinería"(Editorial Ciudad Gótica, Rosario, 2006).  


martes, 15 de noviembre de 2011

Allen Ginsberg: América.


Allen Ginsberg (1926-1997)






















América te lo he dado todo y ahora no soy nada.
América dos dólares y veintisiete centavos 17 de febrero de
     1956.
No resisto mis propios pensamientos.
¿América cuándo pondremos fin a la guerra humana?
Andá y hacéte mierda vos misma metéte tu bomba atómica en el orto.
No me siento bien no me molestes.
No escribiré mi poema hasta que mi mente no se serene.
 ¿América cuando serás angélica?
 ¿Cuándo te quitarás la ropa?
 ¿Cuándo te observarás a ti misma a través de la tumba?
 ¿Cuándo merecerás a tu millón de Trotskistas?
 ¿América por qué tus bibliotecas están inundadas de lágrimas?
 ¿América cuándo enviarás tus huevos a la India?
Me enferma la locura de tus demandas.
 ¿Cuándo podré entrar a un supermercado y obtener aquello que    
                     necesito a cambio de mi belleza personal ?
América después de todo somos vos y yo los perfectos y no el  
                              próximo mundo.
Tu maquinaria es demasiado para mí.
Has desarrollado en mí el deseo de santidad.
Debe de existir alguna otra manera de solucionar esta discusión.
Burroughs está en Tánger no creo que  regrese
                              esto es siniestro.
¿Deseás ser siniestra o ésta es sólo una de las formas de tu humor?
Trato de llegar al punto.
Me niego a olvidar mis obsesiones.
América no me presiones sé lo que hago.
América los pimpollos del ciruelo están cayendo.
Hace meses que no leo los diarios, todos los días alguien es sometido 
                              a juicio por asesinato.
América los obreros industriales me transforman en un sentimental.
América en mi niñez fui comunista y no me arrepiento.
Fumo marihuana cada vez que tengo la oportunidad.
Me siento en mi casa durante días interminables y observo las rosas
                              en el ropero.
Cuando visito el Barrio Chino me emborracho y nunca tengo  
            relaciones sexuales.
Mi mente está decidida habrá problemas.
Deberías haberme visto leyendo a Marx.
Mi analista dice que tengo toda la razón.
No diré las Oraciones del Señor.
Tengo visiones místicas y vibraciones cósmicas.
América todavía no te he dicho lo que le hiciste al tío Max  después de 
             que él llegó de  Rusia.

Escucháme te estoy hablando.
¿Vas a dejar que tu vida emocional sea dirigida por la revista Time?
Estoy obsesionado por la revista Time.
La leo todas las semanas.
Sus tapas me miran de reojo cada vez que paso por el quiosco de la          
                                                                                                  [esquina.
La leo en el sótano de la Biblioteca Pública de Berkeley.
Siempre me está hablando de responsabilidades.
Los hombres de negocios son personas serias.
Los productores cinematográficos son serios.
Todos son serios —excepto yo.
Se me ocurre que yo soy América.
Hablo conmigo mismo nuevamente.

Asia se rebela contra mí.
No poseo las oportunidades de un chino.
Será mejor que considere mis recursos nacionales.
Mis recursos nacionales consisten en dos porros de marihuana
     millones de genitales una impublicable literatura privada que   
     circula a 1400 millas por hora y veinticinco mil instituciones 
     mentales.
No digo nada acerca de mis prisiones ni de los millones de seres sin     
     privilegios que viven en mis macetas bajo la luz de quinientos 
                                                                                                [soles.
He abolido los prostíbulos de Francia, ahora le tocará el turno a
                                                                                        [Tánger.                                                                                                                                                                                   
Mi ambición es ser Presidente a pesar de que soy Católico.

¿América cómo puedo escribir santas letanías inspirándome en la   
          estupidez de tu estado de ánimo?
Proseguiré como Henry Ford mis estrofas son tan individuales como 
          sus automóviles es más son todas de distinto sexo.
América venderé estrofas a $ 2.500 cada una $500 al contado por tu                                                                                                          
                                                                   [estrofa de segunda mano. 
                                                                                                                                                                             
América liberá a Tom Mooney
América salvá a los Republicanos Españoles
América Sacco y Vanzetti no deben morir
América yo soy los muchachos de Scottsboro.
América cuando tenía siete años mi mamá me llevaba a  
         las reuniones de una célula comunista ellos nos vendían 
         garbanzos un puñado por cada bono y cada bono costaba una
         moneda y los discursos eran gratuitos todos eran angélicos y
         sentimentales respecto de los obreros todo era tan sincero que
         no tenés una idea de lo bueno que era el partido en 1835
         Scott Nearing era un gran anciano verdadero sabio la señora.
         Bloor me hizo llorar una vez vi la sencillez de Israel Amter.
         Todos deben de haber sido espías.
América en realidad no querés ir a la guerra.
América son ellos los malos, los rusos.
Ellos los rusos —los rusos y los chinos y ellos los rusos.
La Rusia nos quiere comer vivos. El poder de la Rusia está loco.
         Ella desea quitarnos los automóviles de nuestros garajes.
Sus deseos atrapar Chicago. Sus necesidades una Selecciones del
         Readers' Digest ROJA. Sus deseos nuestras plantas
         automotrices en Siberia. La gran burocracia administrando
         nuestras estaciones de servicio.
Eso no bueno.  Ugh. Ella hacer Indios aprender leer. Ella necesitar
        grandes oscuros negros. Hah. Ella hacer nosotros trabajar   
        dieciséis horas al día. Auxilio.
América esto es bastante preocupante.
América ésta es la impresión que obtengo luego de mirar 
       televisión.
¿ América tengo razón ?
Es mejor que me dedique al trabajo.
Es verdad, no deseo ingresar en el ejército ni ser tornero en una
       fábrica de instrumentos de precisión,  de todos modos soy corto de
       vista y psicopático.
América voy a poner  el hombro, mi hombro marica a la rueda.

(versión Esteban Moore H.)