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sábado, 19 de octubre de 2013

Gastón Baquero: Vallejo y Borges.




























Con Vallejo en París—mientras llueve

Metido bajo un poema de Vallejo oigo pasar el trueno y la centella.
“Hay bochinche en el cielo”, dice impasible el indio acorralado
en callejón de París. Furiosa el agua retumba sobre el techo
blindado del poema. Emprésteme Abraham , le digo, un paraguas,
                                                                                                       /un cacho
de nube seca como el chuño enterrado en la nieve. Estoy harto
de no entender el mundo, de ser el pararrayos del sufrir,
                                                                               /de la frente al talón.
Alguien tiene que tenderme una mano que sea como un túnel
por donde al final no haya un cementerio. Dígame, Abraham,
cómo se las arregla para parir el poema que es ruana recia del indio,
y es al mismo tiempo hombreante poema panadero, padrote
                                                                                           /semental poema.
Me cobijo, me enclaustro, me escabullo amigo  Abraham en ese parapeto
de un poema suyo donde se puede agüaitar, arriba, el paso del hambre
que sale por el mundo a comerse gente carniprieta, a devorar
pobres y más pobres, requetecienmil pobres tiritando de hambre.
Oiga, Abraham, llamado César como un emperador de toga negra
                                                                                                          /y corona
de espinas, ¿cómo se las arregla para tristear sus poemas, si nunca cesa
de llover miseria humana, y se nos tuercen todos los tacones
de los viejos zapatos, y el agua cala impiadosa los remiendos del poncho?
Y  qué risa me da que use usted nombre de imperial romano. Usted
tendría que llamarse eternamente Abel o Adán, pero Abraham está bien:
la mamacita de usted le llamaba Abrancito y le decía niño no pienses
                                                                                                                       /tanto,
que en el pobre pensar no sirve para nada, pensar es sufrir más.
Oiga lo que le digo, Abraham:
tanta hambre paso en París que voy al Louvre a comerme el pan
                                                                                                     /y los faisanes
de un bodegón holandés. Le arrebato a un hombre de Franz Hals
                                                                                                              /un jarro
de cerveza y me harto de espuma. Salgo del museo limpiándome
                                                                                                         /el hocico
con el puño cerrado y digo ¿cuándo parará de llover en este mundo,
                                                                                                                 /cuándo
en el techo de los pobres no rebotarán más piedras, y lloverá maíz
                                                                                                    /en vez de luto?
Y agarro  el bastón de Chaplin, me subo el cuello de la chaqueta y salgo
en busca de un refugio, de un cobijo donde pasar lo que reste de llanto.
Me siento a caminar por la tristura y vengo aquí al providente amigo
a pedirle emprestado un jergón para echarme a dormir; déjeme
por un siglo no más un poema suyo, testicular semilla, antihambre poema,
antiodio poema vallejiano, déme un alarido sofocado por miedo
                                                                                                            /al carcelero,
un alarido en quechua o en mandinga, pero con techo y suelo donde
                                                                                                         /echarse a morir,
digo, a dormir, me contradigo, me enrosco, me encuclillo, vuelvo
                                                                                                               / a ser feto
en el vientre de mi madre; me arrebujo y oigo su rezongar andino
                                                                                                           /sollozante:
a París le hace falta un Aconcagua, y voy a lloverle a Dios sobre
                                                                                                     /su misma cara
el sufrimiento de  todos los humanos.
Alguien dice carcasse
y yo digo esqueleto. Hasta de espalda se ve que está llorando, pero
                                                                                                         /empresta
el refugio piadoso que le pido, y me echo a morir, digo, a dormir,
                                                                                                         /acorazado
por el poema de Abraham; de César, digo; quiero decir, Vallejo.


Epitafio para María Kodama

Me gusta que se llame
María Kodama
el invento póstumo de
Jorge Luis Borges.

María Kodama es
el nombre borgiano de la esposa
del Impertinente Maestro de Ceremonias
Kiro Kotsuké No-Suke,
llamado también Ochi Kotsuké No-Suki,
que era a su vez la verdadera
Madame Pechogris, novia
favorita de mi temido amigo
Yuko Mishima.
Mishima fue, como todos saben,
el pseudónimo oriental de
Jorge Luis Borges.

Jorge Luis Borges,
el jardinero japonés que un día,
desesperado de soledad,
                               engendró a María Kodama.


Gastón Baquero (Banes, Cuba,1914-Madrid, España, 1997). Poeta, ensayista y periodista. Integrante del grupo Orígenes. Ha publicado:Poemas (La Habana, 1942),  Saúl sobre su espada (La Habana, 1942),  Ensayos' (La Habana, 1948), Poemas escritos en España (Madrid, 1960), Escritores hispanoamericanos de hoy' (Madrid, 1961), Memorial de un testigo (Madrid, 1966), La evolución del marxismo en Hispanoamérica (Madrid, 1966), Darío, Cernuda y otros temas poéticos (Madrid, 1969), Magias e invenciones (Madrid, 1984), poesías completas edición a cargo del poeta del poeta boliviano Pedro Shimose, Poemas invisibles (Madrid, 1991),  Indios, blancos y negros en el caldero de América (Madrid, 1991), Acercamiento a Dulce María Loynaz (Madrid, 1993), La fuente inagotable (Valencia, 1995),  Poesía completa (Madrid, 1998), edición al cuidado de Pío Serrano, The Angel of Rain. Poems by Gastón Baquero (2006), traducidos por Greg Simon y Steven F. White.



Raúl Henao: Inéditos.




Raúl Henao



























CORRESPONDENCIAS

Una naranja
partida
a la mitad
es la luna.

Las aves:
maneras
de amarse
el cielo
y la tierra.


EL SUEÑO

Pájaro de los espejos
Alondra de sombras
El sueño
Escapa al despertar
De la jaula de la realidad.


DIBUJO ERÓTICO

Tu cuerpo viste de seda
la mona de mis caricias,
dibuja la espuma de ola
en la mar de nuestro amor.


EL  MIRLO

Pájaro de alquitrán
Revoloteas
En mis palabras
Atrapado en mi canto
Mirlo burlón
Las manos de mi enamorada
Abren la jaula.
  

EL MÚSICO ESCONDIDO

En la ejecución magistral
de la pieza de música
olvida el público al músico

Pero concluida la obra
¿Dónde se esconde
El músico del público.
Uno del otro, en la sala vacía?


CANCIÓN A SOLAS

Se dora la tarde
En mis labios
tus labios:
la brisa.

Transcurren a prisa
las horas
más solas:
¡Convite de amor!


EL PASADO


Vuelvo  el rostro a mi pasado
y hallo un rastro de polvo
entre mis manos.
¡Riendo camino en la montaña!


CUATRO HAIKUS

El retrato de mi madre
veo en las manchas
de mi rostro.

A la abeja muerta
La acompaña el rumor
de la colmena.

El guayacán amarillo
ha salpicado de flores
la calzada.


El agua de la acequia
cambia al pasar
pero regresa con la lluvia.


AUTORRETRATO

Aquel hombrecito del pasaje comercial, consultaba su reloj de bolsillo con el aire de un busto de vidriera. Y aunque no terminaba  de  sentirse  entre  las ruedas de un enjambre de ciclistas que pasaban enseñando sus musculosos traseros, habría conseguido  cruzar la calle,  si antes no se empeña en sacudir el polvo de sus pantalones.


LA PIEDRA DE LA LOCURA

No des de buena ley tu piedra de la locura a los falsos apóstoles y abanderados del mundo que sólo esperan les sirvas tu cabeza en la bandeja de plata de las causas políticas o religiosas para llevarte del cabestrillo al matadero… Tienta a ciegas tu propia locura, sigue tentando lo absoluto frente a los dictámenes helados de la razón…Y deja a tus espaldas reír a la posteridad.


MONJA
                                         “Pon la mesa en la que se sienta el amor”
                                         Remy de Gourmont


Se arruma  alrededor  el  hojarascal  de las horas pasadas cuando el año nuevo comienza a dibujarse en la neblina matutina, apoyando su nariz agripada en las vitrinas callejeras. No bien conseguimos reunir las flores en el altar de una misa de difuntos por el tiempo vivido  y ya nos visita de nuevo el recuerdo molesto de la felicidad perdida en los correveidiles de algún encuentro suburbano… y sólo porque se interpuso a su paso el regusto por las estampas de santos y las tarjetas de visita chapadas a la antigua. Ahora en lo desasosegado e incierto de los amores crepusculares y tardíos, es la soledad,  que el hábito viste de monja,  la que nos acompaña  sentada a la mesa del refectorio que al fondo del conventillo, enciende nuevamente su chimenea ojerosa a la hora de la cena.

Enero de 2013.


EL SECRETO

Me ha sido revelado en un palpitar del corazón o la brevedad de un parpadeo el secreto  que  rige  el  mundo   y  permite  cambiar   el  reinado   tiránico  del  Rey de Hojalata  en una nueva Edad  Dorada, libre del temor al hambre y la guerra, la vejez o la muerte. Pero cuando quiero comunicarlo  a mis contemporáneos, comprendo que la esencia del secreto es  permanecer  indescifrado  y  que  aun  si intento  compartirlo con ellos,  resulta  ajeno a sus sentidos indiferentes a cuanto no les dictamina  el oscuro, ominoso poder del tiempo, cuyo reloj de arena pongo al revés al llegar la noche, el año que termina.
Enero de 2013


EL AMANTE                                      

Hay un botón de rosas en mi jardinera como hay un nuevo día
                       en el año.
Un anillo de bodas en el dedo de la viuda,
que  ahora se pasea de mi brazo
en un recodo de la siesta, al mediodía.

A mi lado, en el sueño, encuentro a ese amante  escondido,
 y un poco ridículo,  que me acompañara en todas mis citas
amorosas o sentimentales  a lo largo  de mi vida.
 Y al que no había vuelto a hallar  desde que me recluyera
 en lo apartado  de este piso suburbano,
que  desmejora,  por momentos,
 un vecindario ruidoso
y  en la esquina, un taller de automotores.

Veo al amante  recostado en el sofá, bajo al espejo ovalado
                     de la pared
 Fuma  distraído un cigarrillo aromático
y  me mira de soslayo,  mientras escribo estas letras
 que, en secreto, hablan de él.
Pone en el tocadiscos la música de un tango o un bolero
y con voz cansada me recuerda
alguna cita del pasado, una  cita con la ausencia
y la soledad  en algún bar o café ya inexistentes,
que me dejara un regusto amargo y doloroso. 

La siesta, termina por abandonarme en la penumbra del piso
                        de alquiler.
El amante se ha marchado en silencio,
y  al despertar… encuentro  sólo a Dios,
                           es decir, mi nada, mi propio espejo.

Para Jahir Trujillo.
Septiembre de 2013.


Raúl Henao ( Cali 1944) Poeta y ensayista.  Ha vivido en Venezuela, México y los EE.UU y representado a Colombia en numerosos Congresos y Festivales Internacionales. Ha publicado: Combate del Carnaval y la Cuaresma ( Medellín, Colombia, 1973); La Parte del León  (Venezuela, 1978);  El Bebedor Nocturno  ( Cúcuta, Colombia, 1978);  El Dado Virgen  (Venezuela, 1980); Sol Negro  (Medellín, Colombia, 1985);  El Partido del Diablo / Poesía y Crítica  (Medellín, Colombia, 1989);  El Virrey de los Espejos ( Medellín, Colombia, 1996); La Vida a la Carta / Life a la Carte  ( Medellín, Colombia,  1998). La Belleza del Diablo (Madrid, España, 1999) Sol Negro (Bogotá, Colombia, 2006.) La Doble estrella: El Surrealismo en Iberoamérica / Notas y Entrevistas Poéticas (Medellín, Colombia, 2008).