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lunes, 18 de abril de 2016

Julián del Casal: Nostalgias



Julián del Casal












I

Suspiro por las regiones
donde vuelan los alciones
                 sobre el mar,
y el soplo helado del viento
parece en su movimiento
                 sollozar;
donde la nieve que baja
del firmamento, amortaja
                 el verdor
de los campos olorosos
y de ríos caudalosos
                 el rumor;
donde ostenta siempre el cielo,
a través de aéreo velo,
                  color gris;
es más hermosa la luna
y cada estrella más que una
                  flor de lis.

II

Otras veces sólo ansío
bogar en firme navío
                   a existir
en algún país remoto,
sin pensar en el ignoto  
                   porvenir.
Ver otro cielo, otro monte,
otra playa, otro horizonte,    
                  otro mar,
otros pueblos, otras gentes
de maneras diferentes
                  de pensar.
¡Ah!, si yo un día pudiera,
con qué júbilo partiera
                   para Argel
donde tiene la hermosura
el color y la frescura
                   de un clavel.
Después fuera en caravana
por la llanura africana
                  bajo el sol
que, con sus vivos destellos,
pone un tinte a los camellos
                  tornasol.
Y cuando un día expirara,
mi árabe  tienda plantara
                   en mitad
de la llanura ardorosa
inundada de radiosa
                   claridad.
Cambiando de rumbo luego,
dejara el país del fuego
                   para ir
hasta el imperio florido
en que el opio da el olvido
                   del vivir.
Vegetara allí contento
de alto bambú corpulento
                   junto al pie,
o aspirando en rica estancia
la embriagadora fragancia
                   que da el té.
De la luna el claro brillo
iría al Río Amarillo
                   a esperar
la hora en que, el botón roto,
comienza la flor del loto
                   a brillar.
O mi vista deslumbrara
tanta maravilla rara
                   que el buril
de artista, ignorado y pobre,
graba en sándalo o en cobre
                   o en marfil.
Cuando  tornara el hastío
en el espíritu mío
                   a reinar,
cruzando el inmenso piélago
fuera a taitiano archipiélago
                    a encallar.
A aquél en que vieja historia
asegura a mi memoria
                    que se ve
en el lago una hada reina
los cabellos de la reina
                    Pomaré.
Así errabundo viviera
sintiendo toda quimera
                  rauda huir,
y hasta olvidando  la hora
incierta y aterradora
                  de morir.

III

Mas no parto. Si partiera
al instante yo quisiera
                  regresar.
¡Ay! ¿Cuándo querrá el destino
que yo pueda en mi camino
                  reposar?


Julián del Casal (La Habana , Cuba, 1863-1893).

              
            

Arnaldo Jiménez: Poemas


Arnaldo Jiménez




























Pasajeros

el tiempo es engaño y certeza
los pasajeros
sólo
podemos ser tiempo

no es suficiente
habitar las páginas
de las reconciliaciones

las voces de la familia
acumulan las lejanías

nunca se pesca con la mirada
las escenas
que el alma retiene por dentro

alguien doblará
los trapos que dejan
los difuntos

en el muelle
despedimos los barcos
y los seres que hemos sido
se pierden para siempre
Las olas

templo el nailon del alma
para pescar la lejanía
que crece en mí

al final de mis ojos
siento que un barco
empequeñece

no duramos más
que esta danza dorada
sobre las aguas

las olas arrastran
por la arena
los nombres propios

y aprendemos a ser
los verbos del silencio

toda inmensidad culmina
en espuma



Las fotos

presiento
en el álbum
una
impostura
transformada
en caída

el tono del patio
crece
con la muerte
de los perros

la uña
de la madrugada
rasga la pintura
de la puerta

y esas nuestras poses
pecando con otra alma
ya endurecida

bebe espíritu mío
la obligación del recuerdo
Criaturas del faro

penitentes
del destino
que ha pasado

una estela
de palabras
es toda nuestra esencia

sólo nombres hay
bajo el sol

cebamos
una y otra vez
el anzuelo
de la vida

y un barco de adiós
atraviesa
nuestras almas


Pescado

los ojos atraviesan
su último nado

ensartados
en el collar del hambre
apagan sus colores
en esa profundidad

no deja el grito
en el anzuelo
y fluye hacia
la ruta de los cuchillos

oprime el nudo de dios
al recibir los golpes

y la boca abierta
al gancho del sol
es el mismo aire que lo muerde

ya no ve el agua
y el nailon no le acerca
la espuma que se rompe
en el cielo
Cangrejo

el cangrejo
perdura
sobre la roca

nunca ha deseado
el infinito

si todo fuese
fluidez
la vida no sucediera

bota todo de sí
y traza
su forma
de arder
y esconderse

no ve otro drama
que el comienzo

y  no cree
en lo que espera
más allá de él


El puente


sólo el pulso del mar
golpeaba
contra el barco

derrotado por la inutilidad
un silbido de sal
paseaba por sus costillas


expuestas al sol
esas corolas de almagre

posado
por la suave tempestad
del abandono


su presencia misteriosa
llena
de aventuras apagadas
en los esqueletos de sus velas


apenas si era
un puente oxidado

sobre cuyo honor
jugábamos los niños

(Álbum de mar, publicado por Fundarte, 2013).


Arnaldo Jiménez nació en La Guaira, Venezuela en 1963. Poeta, narrador y ensayista. Es licenciado en educación en la especialidad de Ciencias Sociales por la Universidad de Carabobo. Maestro de aula desde el 1991. Es miembro del equipo de redacción de la Revista internacional de poesía y teoría poética: Poesía del Departamento de Literatura de la Dirección de Cultura de la Universidad de Carabobo, así como de la revista de narrativa Zona Tórrida, de la misma Universidad.
En poesía ha publicado: Zumos (2002). El silencio del agua (Recopilación y notas. Poemas y dibujos creados por niños y niñas, 2007) Tramos de lluvia (2007) y Caballo de escoba (2011). En narrativa ha publicado: Chismarangá (2005), El nombre del frío, cuento infantil ilustrado por Coralia López Gómez (Editorial Vilatana CB, Cataluña, España, 2007),  con el cual representa a Venezuela en la colección Cercamón de la mencionada editorial. Orejada (2012) y El silencio del mar (2012). En ensayo ha publicado: La raíz en las ramas (2007), La honda superficie de los espejos (2007), y el libro de aforismos Cáliz de intemperie (2009).
Primer premio en el concurso nacional de cuentos Fantasmas y aparecidos clásicos de la llanura en el 2002. Premio nacional de las artes mayores 2005. Obtuvo dos premios nacionales del libro región centro occidental por El silencio del agua y La honda superficie de los espejos en el 2008.  Recibió la orden Juan Antonio Segrestaa en el 2008. Mención especial en el concurso nacional de cuentos Salvador Garmendia 2010. Finalista en el concurso nacional de microficción Los desiertos del ángel 2010. Finalista en el concurso nacional de cuentos Guillermo Meneses 2011. Mención especial en el concurso nacional de poesía Festival mundial de poesía 2011. Segundo Lugar en el concurso nacional de cuentos Por una Venezuela literaria, 2012. Finalista en el concurso de microcuentos, Cada loco con su tema, México,2012. Premio nacional de poesía Rafael María Baralt 2012. Premio nacional de poesía Stefanía Mosca 2013.