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martes, 29 de junio de 2010

Alejandro Schmidt: poemas breves.














Inmenso


Todo se llevó algo de vos

la tierra
el cielo
el aire mismo

yo escuché las bárbaras canciones

la suma del despojo

y así quedaste

inmenso.


La abnegación

Si yo supiera ciertamente que
sin mí
tendrías otra vida
feroz o fervorosa pero
completa aún
podría darte entonces
con un tajo
esto que tuvo
tantos nombres y formas y distancias
y quedarme sin mí

y descansar.

Otra música

No nos lleves decían las palabras
dejanos nuestra casa
el pan
que da el silencio

¿pueden servirte nuestros ojos cerrados
esta boca colmada de insectos y coronas?

ya escribe el deseo
y otra música se entrega a los abismos

dejanos aquí

la casa es pequeña
vacía
y luminosa.

Buscá la luz.

Todo lo que aprendí de la luz
no está
a la luz.
………………………

Luz
un cuarto de espejos
vacío.
No entres.
…………………..

Repleta de hambre
iba esa luz
a ciegas.
…………………..

El fondo de la luz
es un espejo.
El fondo del espejo
no es la luz.
…………………..

A no mirar ayudaba
el exceso
de luz.
…………………….

No pidas a la noche
una lección de luz
ni al día
un suspenso terminado.

Le han dicho

Porque ahora
todo lo que usted puede esperar
es el silencio

apure su ahogo
su mentira

y escriba

no hay otro modo
de pasar el tiempo.

Sancti Spiritu

En la paloma
se hunde
la paloma
abre del agua
palabras.

Dan luz los artefactos
hacen
sombra.

¿Y después?

El sol
las distracciones…

Ventarrón

Acá dejáme
en días parecidos
numeritos tomados de la mano

estas paredes
la ciudad
son inocentes de toda mi alma

lentos animales
donde ruges
acá

provincia

oscuro alambre de silencio.

Los días, el dolor

¿No te das cuenta?
Es luz
no el viento
lo que llega
a la ciudad

y esa hoja
arenillas
la última pluma del sol

no son afrentas
fuerzas
o el por qué…

La torpe escritura

los días

el dolor.

La hora

Queridos compañeros
es la hora

hay un vaso de agua y una puerta
pero no hay

no hubo nunca

una casa
una sed.

Salir temprano

El perro final
árboles llegando de otro cielo
música manchada de fantasmas

para quien camina solo

esas lámparas

apenas
son el alba.


Descubro, a veces

Descubro
a veces
un gallo rojo
adentro

el se da cuenta

mira

y no amanece más.

La fiesta

Ese niño apretando
su globo final

la máscara colgando de una rama

se parecen a mi soledad
son mi soledad

papel picado

silbatos rotos.

Lo que el burro sabe

Entre el burro que algo sabe
y el puro, puro, burro
una diferencia hay

el burro puro, puro
solamente rebuzna
y a veces

incluso

dulcemente.

De niebla

¿Qué pasó con el poema
del poema?

¿Qué hizo después
lo dicho
de aquello
lo no dicho?

Borbotón de niebla
esa belleza
un corazón dispuesto

¿Qué hicimos?
¿Qué hizo de nosotros
la palabra?

Última palabra

Ni en París con aguaceros
ni pidiendo más luz
o morir mirando lejos

las últimas palabras
¿a quién?

La muerte
nunca
escucha nada.




Alejandro Schmidt nació en Villa María, Córdoba, Argentina en 1955.
Publicó 36 textos de poesía.Entre 1990 y 2007 dirigió la editorial de poesía Radamanto. Su obra fue traducida parcialmente al inglés, alemán, italiano,
catalán y portugués. Dos de sus libros fueron transcriptos al sistema Braille.

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