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miércoles, 23 de junio de 2010

Daniel Fara, El avión negro y otros poemas (Reseña).


portada-avion.jpgEl avión negro y otros poemas
Esteban Moore, Papel/Tinta, Buenos Aires, 2007

Por Daniel Fara


Un hombre, cuenta Borges, quiere dibujar el universo y para eso, durante años, va haciendo crecer en el espacio de su ilustración una heteróclita colección de figuras. Un día descubre "que ese paciente laberinto de líneas traza la imagen de su cara." Esta parábola aparece en el epílogo a El hacedor y apunta a redondear la imagen del libro que nos quiere presentar su autor, esto es, la de una miscelánea compilada por el tiempo; una "silva de varia lección", abundante en reflejos e interpolaciones; una colección de memorias, habida cuenta de que, según lo entiende Borges, las cosas más dignas de recuerdo que le han ocurrido son las muchas que ha leído.

Curiosamente, porque los libros tienen muy poco que ver entre sí, esas características de El hacedor, marcadas en el epílogo, se reconocen también en El avión negro y otros poemas. En las diez primeras piezas del libro se hace un uso peculiar de los recuerdos. No importa tanto lo que le ocurrió de chico al narrador, importa descubrir qué lecturas hizo ese chico de ciertos sucesos trascendentes. Esas lecturas, vueltas escritura por vía de la memoria, son revisadas, corregidas, ampliadas en un presente de enunciación y así adquieren condición lírica.

Es el caso del narrador que en su infancia oye hablar, un día, de cierto "avión negro". Como se trata de alusiones veladas, hechas con tanto misterio como secreta pasión, el chico fija todo ese oculto significado en el color del avión, al que luego persigue por el espacio, movido por un repentino, "apresurado interés por los aviones en vuelo". De grande, enterado ya de cuáles eran las connotaciones, recupera la lectura infantil, se esfuerza por fijarle coordenadas a su origen y por completarla con los posibles que en su momento le fueron negados: el regreso de Perón, las esperanzas o temores que ese retorno suscitaba en los mayores, la imagen de ese país anterior a su nacimiento que, sin embargo, es para él una memoria personal. Y aquí aparece la peculiaridad de que se hablaba: la lectura mítica no es la del chico, ésa se ha convertido en escritura, en pre-texto de un esfuerzo lírico, tanto más tributario de la imaginación cuanto más trata el narrador (un personaje, al fin) de ‘hacer verosímil’ o explicar el por qué de la primera lectura.

Algo similar ocurre con cierto turco al que las madres convierten en cuco multifuncional: tanto se alude a él para que los hijos tomen la sopa como para que duerman. Lo cierto (lo que "descubre" el narrador, ya crecido) es que el individuo es sólo un vendedor ambulante, limpio, prolijo, buen ciudadano y rutinario hasta el aburrimiento, pero en esta "verdad" que parece prosaica, está el mito y no en el recuerdo infantil del turco que metía a los desobedientes en una bolsa y los ahogaba en el canal.

A partir del poema once, el método varía. Ahora se trata de lecturas ajenas, de memorias de otros, generalmente escritores o gente complicada con los libros. El narrador sigue hablando de sí mismo pero su lectura y las ajenas se han inscripto ya en el campo literario, se han publicado, en el sentido más sumario del calificativo. El pre-texto es ahora intertexto que, parafraseando a Borges, puede juzgarse como objeto de "reflejos e interpolaciones". Es notable (y propio de la dinámica señalada) el trabajo de expansión que se aplica a los epígrafes. Éstos no cumplen una función meramente ilustrativa, son directamente desarrollados en los textos que les siguen. Hay una tercera variante, un grupo de poemas traducidos, de versiones. La distancia aumenta en el plano referencial pero se anula, discursivamente, en función de la selección, el recorte, la apropiación de la voz ajena.

Por lo dicho, se tendría la idea de que, de franja a franja del libro, las lecturas se hacen cada vez más literarias, sin embargo el uso de procedimientos de fijación, de conversión estética, es mucho mayor en el trabajo con recuerdos personales que el aplicado a volver propios los textos ajenos. O bien, cada vez son más lejanos a la autobiografía y más distintos entre sí los elementos que acabarán por identificar a la figura narrativa central, omnipresente.

Con todo esto, Moore logra el tipo de unidad propia del mosaico, del collage. La logra dentro de cada poema y en el conjunto, que es el libro. En cuanto al reconocimiento explícito de lo literario, esto no determina que El avión negro... sea un poemario para intelectuales, para escritores; al contrario de eso, el autorreconocimiento aparece como un rasgo de sinceridad, natural a la enunciación, que potencia en vez de apagar, la emotividad de las piezas.

Convengamos en algo: todo el que escribe, sean cuales sean sus temas, su estilo, sus referentes, terminará dibujando su propia cara. Sin embargo, entre el onanismo de la ensimismada monoideativa escritura memorialista, que ahoga cada vez más a nuestra literatura, y logros como los de Moore en este libro, hay mucha, muchísima distancia. En concreto, media el espacio de lectura más caro al amante de la buena poesía; ese territorio en el que lo incidental, como un pantógrafo, reconoce minuciosamente los rasgos del autor sólo para trazar en un plano trascendente la forma inenarrable de nuestra emoción lectora.

Periodico de Poésia, UNAM, México.

Juan Gelman, Poetas Contra la Guerra.









Esteban Moore, Juan Gelman, Horacio Verzi: quien obtuvo premio Iberoamericano de cuento Julio Cortázar, Casa de las Américas, Cuba.


20 de febrero de 2003

Poetas en movimiento

Juan Gelman
Página 12

La Primera Dama estadounidense Laura Bush puede ostentar el mérito de haber ensanchado rápidamente el campo pacifista en su país: en sólo 20 días hasta ayer logró que 9600 poetas escribieran 10.817 poemas y comentarios condenando la guerra contra Irak. Para lograr este éxito sin duda inesperado, a Mrs. Bush le bastó cancelar el simposio que se iba a realizar en la Casa Blanca el 12 de febrero para analizar –con el aporte de poetas famosos– las obras de Emily Dickinson, Langston Hughes y Walt Whitman. La reunión era una más de las veladas literarias que la señora organiza, pero el aire está belicoso por allí y varios invitados anunciaron que la convertirían en una sesión de protesta contra la guerra.
El poeta y cofundador de la prestigiosa editorial Copper Canyon Press Sam Hamill sintió "una especie de náusea" cuando recibió la invitación un día después de que Bush hijo amenazara a Irak con una destrucción semejante a la que sufrieron Dresde y Tokio en la Segunda Guerra Mundial. Escribió entonces a un pequeño grupo de colegas proponiendo reconstituir el movimiento de Poetas contra la guerra que nació cuando Vietnam e invitándolos a enviar poemas a la página web www.poetsagainstthewar.org. El resultado fue arrollador. El 12 de febrero, fecha del simposio suspendido, una delegación del movimiento llevó a cabo una lectura de poesía frente a las puertas de la Casa Blanca y trató de entregar una declaración contra la guerra que fue rechazada. Hubo más de 160 lecturas ese día en cafés, librerías, iglesias y universidades de casi todos los estados del país.
Grandes poetas como Lawrence Ferlinghetti, Mark Strand, John Balaban, Gregory Orr, Rita Dove, Adrienne Rich, Grace Paley y el actual poeta laureado Billy Collins –autor de una obra más bien intimista y que nunca había adoptado una postura política– se han sumado al movimiento; también W.S. Merwin, ganador del Pullitzer, quien señaló: "El Sr. Bush y sus planes son para EE.UU. un peligro mayor que Saddam Hussein". Los poemas del sitio abordan la situación de diferente manera, claro. Sam Hamill, detonante del movimiento –autor de trece volúmenes de poesía y de notables traducciones del latín, griego clásico, japonés, estonio y chino-, escribe en "Estado de la Unión 2003", título del discurso de Bush que anticipó sus náuseas: "No estuve en Jerusalén,/pero Shirley habla de las bombas./No tengo dios, pero he visto a los niños rezar/para que eso acabe. Rezan a dioses distintos./Todas las noticias son viejas otra vez, repetidas/como una mala costumbre, tabaco barato, la mentira social./Los niños han visto tanta muerte/que la muerte nada ya significa para ellos./Hacen fila para el pan./Hacen fila para el agua./Sus ojos son lunas negras que reflejan vacíos./Los hemos visto mil veces./Pronto hablará el presidente./Tendrá algo que decir sobre bombas/y libertad y nuestro estilo de vida./Apagaré el televisor. Siempre lo hago./Porque no soporto mirar/los monumentos al caído en sus ojos".
Lawrence Ferlinghetti, primer poeta laureado de EE.UU. (1998) y siempre beat a los 80 de edad, adopta en "Tomar posición sobre Irak: hablen claro" un tono incitador casi de letanía: "Y una vasta paranoia barre el país/Y Estados Unidos convierte el ataque contra sus Torres Gemelas/En el comienzo de la Tercera Guerra Mundial/La guerra con el Tercer Mundo/Y los terroristas en Washington/llaman a filas a todos los jóvenes/Y nadie habla/Y se llevan a todos los que usan turbante/Y expulsan a todos los inmigrantes raros/Y envían a todos los jóvenes/a los campos de muerte otravez/Y nadie habla/Y cuando acorralen/a todos los grandes escritores y poetas y pintores/La Fundacional Nacional de las Artes de la Complacencia/no hablará/Mientras todos los jóvenes/estarán matando a todos los jóvenes/en los campos de muerte otra vez/Y ha llegado el tiempo de que ustedes hablen/Todos ustedes amantes de la libertad/Todos ustedes amantes de la búsqueda de la felicidad/Todos ustedes amantes que duermen/profundamente en sus sueños privados/Ha llegado el tiempo de que hablen/Oh mayoría silenciosa/Antes de que vengan por ti".
El movimiento no se limita a EE.UU. El poeta canadiense Todd Swift no empeñó más de una semana en compilar Cien poetas contra la guerra. El volumen contiene textos de unos 25 poetas de Gran Bretaña y de Irlanda. Y a la página electrónica de "Poets against the war" afluyen poemas enviados desde Noruega, Australia, Jordania, Alemania, Francia, España, Suiza, Argentina, Turquía, Sudáfrica o desde el mero "Planeta Tierra". Nunca antes el mundo poético había sido levantado por semejante marea pacifista. El mundo a secas tampoco. Estos poetas no se engañan sobre el motivo de la guerra anunciada. "Cráteres de bombas/sangrando oro negro./El calor", dice un haiku de Alice Benedict, Richmond, California.

Lawrence Ferlinghetti, La Poesía como un Arte Insurgente.











La Poesía como un arte insurgente

Versión, Esteban Moore.




Los bosques de Arcadia están muertos,
su antiguo júbilo ha sido enterrado;
desde siempre el mundo se alimentó con sueños
ahora la gris verdad es su juguete pintado...

-William Butler Yeats-


Sí, qué tiempos estos
cuando escribir un poema sobre el amor
es casi un crimen
pues contiene
tantos silencios
acerca de tantos horrores...

-inspirado en Bertolt Brecht-


“Nos disculpamos por los inconvenientes,
pero esto es una revolución.”

-Subcomandante Marcos-


Te estoy enviando señales a través de las llamas.

El polo norte ya no se halla donde solía estar.

El destino manifiesto ya no se manifiesta.

La civilización se autodestruye.

Némesis golpea a la puerta.

¿Para qué sirven los poetas en épocas como éstas?
¿Cuál es la utilidad de la poesía?

La condición del mundo pide auxilio para que la poesía lo salve.
Si aspirás a ser un poeta, creá obras capaces de responder al desafío de los tiempos apocalípticos, aun cuando esto signifique que tu tono sea apocalíptico.

Vos sos Whitman, sos Poe, sos Mark Twain, sos Emily Dickinson
y Edna St. Vincent Millay, sos Neruda y Mayakovsky y Pasolini,
sos un norteamericano o un extranjero, podés conquistar a los
conquistadores con palabras.

Si aspirás a ser un poeta, escribí periódicos vivientes. Sé un reportero
del espacio exterior que envía sus despachos a algún editor supremo que
cree en la total revelación de los hechos y tiene un bajo umbral de tolerancia ante la mentira y sus mierdas.

Si aspirás a ser un poeta, experimentá con todo tipo de poéticas, rotas
gramáticas eróticas, religiones extáticas, efusiones paganas hablando en lenguas, rimbombante discurso público, escritura automática, apreciaciones surrealistas, monólogos interiores, sonidos hallados, delirios y enojos ―para crear tu propia voz, tu voz que subyace allí, una voz límbica, tu voz original, una voz primal.

Si decís que sos un poeta, no te quedes sentado ahí nada más. La poesía no es una ocupación sedentaria, no es la práctica del “sentados, por favor”. Parate y tirales con lo que tengas.

Tenés que desarrollar una visión amplia, cada mirada un atisbo del mundo. Expresá la vasta claridad del mundo exterior, el sol que nos ve a todos, la luna que derrama sus sombras sobre nosotros, los quietos estanques en los jardines, sauces donde canta el oculto zorzal, el atardecer que cae sobre las riberas del río, y los grandes espacios que se abren hacia el horizonte sobre el mar... la alta marea y el canto de la garza real... Y la gente, sí, la gente, en toda la tierra, hablando las lenguas de Babel. A todas ellas dales una voz.

Tenés que decidir si el canto de los pájaros canta el éxtasis o la desesperación, así sabrás si sos un poeta trágico o lírico.

Si aspirás a ser un poeta, descubrí una nueva manera para que los mortales habiten la tierra.

Si aspirás a ser un poeta, inventá un nuevo lenguaje que todos puedan entender.

Si aspirás a ser un poeta, hablá las nuevas verdades, aquellas que el mundo no puede negar.

Si aspirás a ser un poeta, esforzate en transcribir la conciencia de la raza.

A través del arte, dale un orden al caos de la vida.
Creá nuevas noticias.

Escribí más allá del tiempo.

Reinventá la idea de la verdad.

Reinventá la idea de la belleza.

En la primera luz intensidad poética.
En la noche intensidad trágica.

Escuchá el rumor de las hojas y la música de la lluvia.

Apoyá tu oreja sobre el suelo y escuchá el movimiento de la tierra, el surgimiento del mar, y los lamentos de los animales que están muriendo.

Concebí el amor más allá del sexo.

Cuestioná todo y a todo el mundo, incluyendo a Sócrates, que cuestionó todo.

Cuestioná a “Dios” y a sus amiguitos en la tierra.
Sé subversivo, cuestionando constantemente la realidad y el status quo.
Esforzate en cambiar al mundo de tal manera que ya no habrá necesidad de ser un disidente.

Hiphopeá y rapeá tu camino hacia la liberación.

Intentá ser un animal que canta, que se ha transformado en el proxeneta de un rey pacifista.

Leé entre las vidas y escribí entre las líneas.

Tus poemas deben ser algo más que avisos clasificados para los corazones rotos.

Un poema debe cantar y volar con vos o será un pato muerto con un alma en prosa.

Un poema lírico debe elevarse más allá de los sonidos hallados en la sopa alfabeto.

Escribí las palabras de los astrónomos que han visto con Heinrich Olber el sitio donde todo es luz.

Recordá que “la noche, unas pocas estrellas” tiene más fuerza poética que todo un catálogo de los cielos.

La imágenes en tu poema debieran ser jamais vu, nunca déjà vu .

Las palabras pueden salvarte allí donde las armas son inútiles.

Decidí si un poema es una pregunta o una declaración, una meditación o una protesta.

Reinventá a América y al mundo.

Trepá la estatua de la libertad.

Desconfiá de la metafísica, confiá en la imaginación y refertilizala.

En lugar de intentar huir de la realidad zambullite en las carnes del mundo.

Si decís que sos un poeta, cantalo no lo conceptualices.

No permitas que se diga que una imaginación indolente ahogó la basura de tu corazón.

Reuní nuevamente la narración de una historia y la voz viviente.

Sé el narrador de grandes historias, incluso de las más oscuras.

Dale una voz a las calles sin lengua.

Convertí las palabras comunes en poco comunes.

Peleate con el destino del hombre como lo hacen los amantes celosos.

Besá el espejo y escribí sobre él lo que ves y oís.

Poeta, sé el espía de Dios, si Dios existe. Artista, retratá su ojo,
si es que tiene uno.

Sé un oscuro ladrador frente a las carpas de la existencia.

Observá la rosa a través de anteojos con los colores del mundo.

Sé un ojo entre los ciegos.

Bailá con los lobos y contá las estrellas, incluso aquellas cuya luz aún no ha llegado aquí.
Sé inocente, no seas cínico, como si recién hubieras aterrizado sobre la tierra, asombrado al observar el sitio donde has caído.

Cuestioná con un corazón puro el inescrutable significado de las cosas y nuestro destino tragicómico.

¿Tenés el don del encanto y estás rodeado del asombro? ¿Tenés el loco sonido?
Sé un tonto zen.

El brillo de sol de la poesía lanza sombras. También tenés que pintarlas.

Nunca podrás ver u oír o sentir demasiado. Si podés soportalo.

Luchá para recobrar la inocencia del ojo de la infancia.

Componé sobre la lengua, no lo hagas sobre la página.

Como un budista, escuchá el ritmo de tu propia respiración.

Bajá la voz y hablá desde tu pecho, no lo hagas a través de la nariz.

Cuando leas tus poemas, no trates de romper los cristales de las ventanas
del próximo barrio.

En este arte, no tenés maestro de canto, salvo tu oído interior.

Serás tan grande como tu oído. Si éste es de lata, mala suerte.

Igual que los humanos los poemas poseen defectos fatales.

Cantá, Hola!

Escribí un interminable poema sobre tu vida en la tierra o cualquier otro lugar, una poesía más grande que la vida.

Un gran poema deberá nacer de la suma de todos tus poemas, registrando más que la superficie de la realidad, más que “aquello que pasa por la ventana”.

Hallá la realidad más allá de sí misma, si existe tal cosa.

Tu lenguaje debe cantar, con o sin rima, para justificar que éste sea en la tipografía de la poesía.

Tenés que hacer algo más que poesía de “la palabra hablada”, hacé poesía de la “palabra cantada”.

Apoyá tu voz en un instrumento musical o otros sonidos y dejá que tus poemas florezcan en canto.

Escuchá a los cantantes folklóricos del pasado y del presente que son los verdaderos poetas del canto.

Leé entre las líneas del discurso humano.

Hacé que tu mente aprenda a recorrer el camino alrededor de tu corazón.

Tu vida es tu poesía. Si no tenés corazón escribirás poemas sin garra.

Eludí lo provinciano, buscá lo universal.

No talles piedras. Sumergite en el mar buscando la poesía, cada poema un pez con vida.

Decí lo indecible, hacé visible lo invisible.

Pensá subjetivamente, escribí objetivamente.

Perseguí la literalidad de la imaginación. Lo concreto es lo más poético.

Imaginá largos pensamientos en breves oraciones.

Si aspirás a ser un poeta no pienses que los subterfugios del pensamiento son poesía.

Tres líneas cualesquiera no hacen un haikú. Se necesita una epifanía para que se produzca.

Luego de una lectura de poemas no te sometas a una sesión de preguntas y respuestas. La poesía excita las mentes. Las preguntas y respuestas rebajan la poesía a prosa. ¿Acaso le preguntan a un cantante folk que explique sus canciones?

Como un campo de girasoles, el poema no debe ser explicado.

Si un poema debe ser explicado, esto es el fracaso de la comunicación .

Un poeta no debe discutir el arte de la poesía o el proceso creativo. Es más que un secreto del oficio, mistificándose en sus misterios.

Lo que diga un poeta acerca de su trabajo es una defensa que no debería llevar a cabo.

¿Querés ser un gran escritor o un gran académico, un poeta burgués o un poeta radicalizado en llamas?

¿Podés imaginar a Shelley asistiendo a un taller de escritura?

Sin embargo los talleres de poesía pueden desarrollar comunidades de amistad poética en el corazón de América, donde tantos pueden sentirse solos y perdidos pues no hallan espíritus afines.

Si tenés que enseñar poesía golpeá la pizarra con la tiza de la luz.

Ninguna idea, sólo en los sentidos. Nihil in intellectu quod non prius in sensu.


Si aspirás a ser un gran poeta, relacionate con poetas que piensen. Son difíciles de hallar.

La poesía del pensamiento se abstiene del éxtasis.
Leé a los novelistas épicos, los poetas proféticos, los grandes contadores de historias, las grandes mentes.

Frecuentá las librerías.

¿Que tenés en la mente? ¿Qué pensás hacer? Abrí la boca y dejá de balbucear.

No tengas la mente tan abierta, pues se te puede caer el cerebro.

Transformate en una mente nueva y hacela más nueva aún.

Barré lejos las telas de araña.

Cultivá la disidencia y el pensamiento crítico. El primer pensamiento puede ser el peor pensamiento.

Perseguí la ballena blanca pero no le claves el arpón. En lugar de ello capturá su canto.

Otorgate permiso para realizar deslumbrantes vuelos de la imaginación en fantásticos planeos.

Tenés que ir más allá de las grandes expectativas y las más terribles profecías que todos albergamos.

Si aspirás a ser un gran poeta, sé la conciencia de la raza.

Resistí mucho, obedecé menos.

Desafiá al capitalismo con su disfraz democrático.

Desafiá todos los credos políticos, incluido el populismo revolucionario y el socialismo patotero.

Considerá el sufismo, especialmente su éxtasis tántrico en el cual la poesía compuesta en la lengua es la guía hacia el corazón y también hacia el alma.

Glorificate en el pesimismo del intelecto y en el optimismo de la voluntad.

No soples burbujas de desesperanza.

La poesía es semilla y pimpollo, no es una ramita.
Fumala para volarte.

Generá la alegría colectiva frente al rostro del desaliento colectivo.

Liberá secretamente todo ser que veas en una jaula.

Liberá a los pobres y enfurecé a los déspotas.

Hacé sonar tu grito bárbaro sobre los techos del mundo.

Grazná el gran graznido.

Sembrá tus poemas con la sal de la tierra.

Defendé a los tontos y locos.

Observá la eternidad en los ojos de los animales.

Observá la eternidad, no una próxima noche, sino esta noche.

Expresá lo inexpresable.

No seas demasiado complejo para el hombre de la calle.

Sé un ave de canto, no un papagayo.

Sé un canario en la mina de carbón. (Un canario muerto no es solamente un problema ornitológico.)

Sé también un gallo que despierta al mundo.

Escribí poemas breves con la voz de los pájaros.

El canto de los pájaros no es producido por máquinas. Dale alas a los poemas para que vuelen hacia las copas de los árboles.

No complazcas, muy particularmente no complazcas al público, ni a los lectores, ni a los editores.

No halagues a la Mente Media de América ni a la sociedad de consumo. Sé un poeta no un mercachifle.

No desmerezcas a los académicos que sostienen que el poema debe contener integridad, armonía, radiaciones, verdad, belleza, bondad.

Hacete al mar en barcos, o trabajá cerca del agua, y remá en tu propio bote.

¿ Por qué escuchar a los críticos que no han producido grandes obras?

No produzcas poesía por metro.

No escribas segundas versiones de las realidades virtuales.

Sé un lobo en la majada de corderos del silencio.

No te patinés en la cáscara de banana del nihilismo, incluso cuando escuches el rugido de la nada.

Tenés que llenar el oscuro abismo que bosteza detrás de cada rostro, cada vida, cada nación.

Hacé un poema de cada una de tus experiencias y sobreponete a la miopía del momento actual.

Atrapá instantes, cada segundo es una pulsación del corazón.

Ocultá tu celular y estate aquí y ahora.

Buscá lo permanente en lo evanescente, en lo que huye.

Hacé ondas permanentes, y no sólo en las cabezas de las mujeres, estilizadas en la peluquería.

No juegues con tu bigote en sótanos desesperanzados escribiendo boberías incomprensibles.

¿ Por qué vivir en las sombras? Hacete un lugar en el barco del sol.

No permitas que digan que tu poesía es una mierda.

No permitas que digan que tu poesía es para los pájaros.

Reíte a carcajadas de aquellos que dicen que tus poetas son unos inadaptados o terroristas potenciales y un peligro para el estado.

No permitas que digan que tu poesía es una neurosis de la cual muchos no se recuperan.

Reíte de aquellos que dicen que toda la poesía ha sido escrita por el espíritu santo y que vos sos solamente un escritor fantasma.

Nunca, nunca creas que la poesía es irrelevante en las épocas oscuras.

No permitas que digan que los poetas son parasiti.

Reíte de aquellos que sostienen que la poesía es subvencionada por la Inseguridad Social.

No les creas cuando te dicen que nadie invierte una moneda en la poesía en el mercado de valores de nuestra cultura de los casinos.

No abras tu boca, salvo que tengas la urgencia del canto.

Si no tenés nada que decir no lo digas.

No sermoneés de este modo. No digas No.

Burlate de aquellos que dicen que vivís en el mundo de los sueños. Soñá tu propia realidad. Acampá en las riberas de la realidad.

Reíte de aquellos que te dicen “ Escriba prosa joven, escriba prosa”.

Salí de tu ropero. Ahí adentro hay demasiada oscuridad.

Tené el valor de ser un guerrillero poético no violento, un antihéroe.

Templá lo intemperante de tu voz con la compasión.

En las viñas de la ira cosechá las uvas para hacer el vino nuevo.

Recordá que los hombres y las mujeres, seres sufrientes, viven el extásis y el dolor infinitamente.

Levantá las persianas, abrí tus cerradas ventanas, elevá el techo, retirá las cerraduras de las puertas, pero no arrojes los tornillos a la basura.

No destruyas el mundo si no tenés algo mejor para reemplazarlo.

Desafiá a Némesis, la diosa vengativa, la diosa de la envidia.

Comprometete con algo más allá de vos mismo.

Demostrá tu pasión.

¿Si pudieras arrebatar la fama de las llamas, dónde estaría tu arco ardiente, dónde tus flechas del deseo, dónde tu incendiado ingenio?

Cuando el poeta se baja los pantalones, su “ars poetica” como sus nalgas deben ser evidentes, abriéndole el paso a las erecciones líricas.

Las clases dirigentes comienzan las guerras, las clases bajas combaten en ellas. Los gobiernos mienten. La voz del gobierno muchas veces no es la voz del pueblo.

Hablá. Actuá. El silencio es cómplice.

Se el tábano del estado, pero también su luciérnaga, su bicho de luz.

Y si tenés dos piezas de pan, hacé como hicieron los griegos, vendé una y con la moneda del reino comprá girasoles.

¡Despertate, el mundo está en llamas!

Que tengas un buen día.



Buenos Aires, Diciembre, 2008.

Escuela de Poesía, Festival de Medellín.

XIV ESCUELA DE POESÍA DE MEDELLÍN
En el contexto del XX Festival Internacional de Poesía de Medellín
(8 al 17 de julio de 2010)
INSCRIPCIONES ABIERTAS
Fundada en 1996, las actividades de la Escuela de Poesía de Medellín se han desarrollado en el contexto del Festival Internacional de Poesía de Medellín, con el ánimo de ampliar y consolidar el conocimiento asociado a la experiencia poética y sus diversas manifestaciones. En ese ámbito, tan enriquecido, se desarrollan cursos, talleres, conferencias y paneles que se erigen como auténticos aportes a la formación poética e intelectual del público asistente, constituido por estudiantes, profesores, poetas, realizadores de talleres de creación poética, autodidactas, estudiosos de los temas de la poesía y personas que, en general, estén auténticamente interesadas en las actividades de la Escuela.
Se han realizado, desde su fundación hasta el 2009, 13 versiones, en las que se han ofrecido 81 cursos, 67 conferencias, 45 talleres y 40 coloquios, de los que se han beneficiado alrededor de 2500 personas. Todos los cursos y demás actividades son planeados, diseñados y desarrollados por destacados poetas del mundo, quienes, además, participan en el Festival.
En la XIV Escuela de Poesía de Medellín (9 al 17 de julio de 2010) se realizarán 33 actividades distribuidas en diez cursos, once talleres de poesía , nueve conferencias y tres paneles.

La participación es de carácter gratuito.
PROGRAMACIÓN
CURSOS (10)

Alhaji Papa Susso (Gambia)
EN TORNO A LA KORA Y LA POESÍA DEL GRIOT
9 y 10 de julio. 10 a.m.. U de A . Auditorio 10-217.

Renato Sandoval (Perú)
SOBRE LA TRADUCCIÓN DE POESÍA
9,10 y 11 de julio. 10 a.m.-12m. . 9 y 10 de julio en Bellas Artes (Sala Beethoven).
El 11 de julio en el Gran Hotel (10 a.m.)

Ángela García (Colombia)
TODO ES MUERTE O AMOR
SOBRE LA POESÍA DE JORGE GAITÁN DURÁN
10, 11 y 12 de julio .10 a.m-12m.. Gran Hotel. Salón medellín.

Esteban Moore (Argentina)
POESÍA DE LA GENERACIÓN BEATNIK
10, 11 y 12 de julio. 2 p.m.-4 p m.. 10 y 12 de julio en U de A. auditorio 10-217.
El 11 de julio en el gran Hotel (10 a.m)

Tarsicio Valencia (Colombia)
LA POÉTICA DEL NUEVO MUNDO EN LAS CRÓNICAS DE INDIAS
12, 13 y 14 de julio. 2 p.m-4p.m. Museo de Antioquia (Sala de proyecciones)
Umberto Senegal 

INICIACIÓN EN EL HAIKU
Para niños
12, 13 y 14 de julio. 10 a.m-12 m.. Casa de la lectura infantil. Comfenalco de La Playa.
Vito Apshana (Colombia, nación Wayuu)
EL PENSAMIENTO MÁGICO EN LA CULTURA AMERINDIA
13, 14 y 15. 10 a.m-12 m.. Museo de Antioquia (Sala de proyecciones)

Rei Berroa (República Dominicana)
MIGUEL HERNÁNDEZ Y LA GENERACIÓN DEL 27
14,15 y 16 de julio. 10 a.m.-12 m.. Biblioteca Diego Echavarría Misas. Itagüí.

Rafael Patiño (Colombia)
VALOR POÉTICO Y MÁGICO DE LAS PLANTAS
14,15 y 16 de julio. 10 a.m-12m. Gran Hotel.
Marco Mejía
LA IMAGEN POSIBLE
(En torno a la imagen poética)
12, 13 y 14 de julio. 2 p.m.-4 p.m...Museo de Antioquia (Sala del alcalde) 

TALLERES (11)

Andrea Cote (Colombia)
POESÍA Y VELOCIDAD
12 de julio. 10 a.m-12m. CEFA. Auditorio #2
*
Berenice Pineda (Colombia)
BOSQUE MÁGICO
Taller para niños
12 de julio. 4 p.m- 6 p.m. Museo de Antioquia. Sala del alcalde.
*
José Libardo Porras
LA POESÍA EN LA PROSA
12 de julio. 10 a.m.-12 m. Bellas Artes. Sala Beethoven.
*
Argemiro Menco
LA LÚDICA EN LA PRODUCCIÓN DEL TEXTO POÉTICO
13 de julio. 4 p.m-6 p.m. INEM. Sala de proyecciones.
*
Consuelo Hernández
EL POEMA COMO LUGAR DE CONVERGENCIAS
13 de julio . 10 a.m-12 m.. Bellas Artes. Sala Beethoven
*
Claudia Trujillo
EL CORAZÓN DEL SILENCIO (Sobre el haikú)
14 de julio . 4 p.m- 6 p.m. Gran Hotel. Salón Medellín.
*
Gustavo Adolfo Garcés
EL TALLER DE LA LLAMA (POESÍA, PEDAGOGÍA Y DERECHOS HUMANOS)
14 de julio. 5 p.m . Corporación jurídica LIBERTAD. Cr 47 #53-45. Edificio Vicente Villa.
Walther Espinal

ADIVINACIÓN Y POESÍA EN EL MUNDO GRECORROMANO
14 de julio. 4 p.m-6 p.m..Gran Hotel. Salón Zafiro.
*
Juan Diego Velásquez
Taller: EL OJO ESTRÁBICO DE BUÑUEL
15 de julio . 4 p.m-6 p.m. Gran Hotel. Salón Medellín.
*
León Gil
TALLER EXPERIMENTAL: FÁBRICA DE POESÍA
15 de julio. 4 p.m- 6 p.m.. Casa del Maestro. Sala múltiple piso 4.
*
Sara Beatriz Posada
POÉTICA DE LA FÍSICA
15 de julio 4 p.m-6 p.m. Gran Hotel
*
CONFERENCIAS (9) :
Gastón Bellemare (Canadá)
SOBRE EL FESTIVAL INTERNACIONAL DE POESÍA DE TROIS RIVIÈRE.
10 de julio. 10 a.m. Auditorio de la Alianza Colombo-Francesa

Domingo Alfonso (Cuba)
POESÍA CUBANA SIGLO XX: “LA GENERACIÓN DE LOS AÑOS 50”
12 de julio. 10 a.m.. U de A. Auditorio 10-217.
Luis Fernando Peláez (Colombia)

CARTAS DE AGOSTO
Imágenes y textos
MAMM Ciudad del río
13 de julio 4 p.m.

Verónica Zondek (Chile)
ANIMALES DESAGRADABLES
(El Quehacer Poético Chileno Post-Dictadura)
13 de julio. 4 p.m. U de A. Auditorio 10-217.

Gloria Posada (Colombia)
PALABRA Y ARTE
Una mirada detenida a la obra de Adolfo Bernal
14 de julio. 6:30 p.m. Museo de Antioquia. Sala del Concejo.
Carlos Mesa (Colombia)

LA LABOR POÉTICA
15 de julio. 6:30 p.m. Museo de Antioquia. Sala del concejo
Lasse Söderberg (Suecia)

EN TORNO A LA VIDA Y OBRA DE ARTHUR LUNDKVIST
(Poeta sueco contemporáneo, viajero, lector y traductor de poetas latinoamericanos)
15 de julio 10 a.m -12 m. Sala Beethoven . Bellas Artes
Piedad Bonnett (Colombia)

RAZÓN, SABER E INTUICIÓN
El proceso de escritura de la poesía
15 de julio. 4 p.m. U de A. auditorio 10-217.
Gabriel Arturo Castro (Colombia)

SOBRE LA METÁFORA
16 de julio. 10 a.m. Museo de Antioquia . Auditorio Casa del encuentro.
*
PANELES (3):
SOBRE POESÍA COLOMBIANA
Panelistas: Jotamario Árbeláez, Óscar González y Gabriel Jaime Franco .
10 de julio. 11 a.m.. Museo de Antioquia. Auditorio Casa del Encuentro.
*
SOBRE LA TRADUCCIÓN DE POESÍA
Udo Kawasser(Austria), Esteban Moore (Argentina) y Rafael Patiño (Colombia)
17 de julio. 10 a.m.. Universidad de Antioquia. Auditorio 10-217.
*
ARTE, CULTURA Y PAZ
Óscar González (Colombia) y Gregor Barié (Alemania)
13 de julio. 4 p.m . Cámara de Comercio. Auditorio.

Cursos:
Renato Sandoval (Perú)
SOBRE LA TRADUCCIÓN DE POESÍA
9,10 y 11 de julio. 10 a.m.-12m. . 9 y 10 de julio en Bellas Artes (Sala Beethoven).
Ángela García (Colombia)

TODO ES MUERTE O AMOR
SOBRE LA POESÍA DE JORGE GAITÁN DURÁN
10, 11 y 12 de julio .10 a.m-12 a.mGran Hotel.
Rei Berroa (República Dominicana)

MIGUEL HERNÁNDEZ Y LA GENERACIÓN DEL 27
14,15 y 16 de julio. 10 a.m.-12 m.. Biblioteca Diego Echavarría Misas. Itagüí

Taller:
Walther Espinal
ADIVINACIÓN Y POESÍA EN EL MUNDO GRECORROMANO
14 de julio. 4 p.m-6 p.m..Gran Hotel. Salón Zafiro. Salón Zafiro.

Poemas, Sam Hamill.








EM y SH, Bar La Poesía, Buenos Aires.
Fotografía Mong-Lan






Versiones Esteban Moore, Buenos Aires.



Las redes




En algún sitio alguien
a la orilla del mar
al calor de una pequeña hoguera
está desenredando
las pesadas redes del deseo.

Trabaja despacio, sus dedos sangran,
su mente a un tiempo y a medias,
piensa....... escucha........
sabiendo que sólo el mar alimentará su sed.





El don de lenguas




Todo aquello que hurto, lo doy.
Una vez, rodeado de pinos tan altos
como estos,
la misma luna creciente deslizándose, suave,
a través de la altura,
yo estaba sentado, acurrucado sobre mis rodillas,
en compañía de un amigo, fumando, bebiendo té,
intercambiando historias de coyotes y mentiras.

Él me dijo algo acerca de las palabras,
que cada una de ellas es un nombre,
y que cada nombre es el de Dios.
Yo que no tengo ningún dios
permanecí sentado en la vastedad del vacío,
tan callado como podía en el silencio.
Un sendero que puede ser nominado no es el sendero.
Cada una de las palabras refleja
el Espíritu que no puede ser nombrado.
Cada palabra un don, su valor en exacta proporción
al espíritu en que ésta es entregada.

Así habladas, estas palabras que entrego en este instante
por medio del chino antiguo de Lao Tzu,
fueron robadas veinticinco siglos más tarde
por este un humilde ladrón.
La Palabra es sólo evidencia de lo real:
en la lengua hopi no hay ballenas;
en el inglés norteamericano no existe el Cuarto Mundo.






Viejos huesos





1.

Pensando en libros durante toda esa tarde tranquila
partí leña. Recordé entonces a Snyder

haciendo un mango para su hacha
mientras él a su vez recordaba

a Ezra Pound treinta años antes
recordando a Lu Chi.

Usando el hacha, la olvido.
Cerrando mis ojos, veo.




2.


Treinta y un narcisos amarillos
florecen en el pequeño jardín.

La semillas caídas del aliso cubren todo
con sus pequeñas escamas de oxido.

Una brisa atraviesa las colinas siempre verdes.
Trinos de pájaros distantes.

Cuando Hui Neng destruyó las sutras,
sus huesos ya se habían transformado en polvo.








3.

Deseando únicamente un buen verso orgánico,
escribí mil sonetos.

Deseando un poco de paz,
plegué mil grullas de papel.

Cada disciplina una nueva evasión,
cada grulla de papel una finta.

Basho sabía absolutamente nada acerca del agua
hasta que oyó a esa rana.





Un dragón en las nubes



Es el solsticio―
caliente, seco,
el aire demasiado pesado para moverse,
una bruma azulada cubre las montañas.

He estado asándome al sol
en compañía de la fábula de Elena
/ de Euripides.

Silenciosamente,
un pinzón hembra vuela desde el cedro
y se posa en el marco de la ventana abierta.


Entonces me doy cuenta
de su curiosidad.
Ella me está observando,

se acerca dando pasos breves,
cautelosamente.

La belleza de lo trágico,
la tragedia de la hermosura,

no sabe ni le interesa recordar.

Sólo sabe dos cosas:
que el mundo es plano,
y que vive de este lado

del único río que no podrá
atravesar en su vuelo.

Observa las esmeraldas en el pasto
y allí, solo ve semillas.

Nuevamente se mueve, se acerca aún más,
mueve la cabeza hacia los costados,
inspecciona mi cuerpo desnudo.
Sus ojos son grandes
y están agobiados por su sabiduría,

como los ojos de Kawabata
que sólo sabían
de la tristeza y la belleza.

Cierro el libro muy despacio,
apoyo la cabeza sobre mis brazos,
y miro sus ojos:

se transforma en mi amante
en mi maestro del dharma.

Morris Graves* sostiene que los pájaros
habitan un mundo donde el Karma no existe.







El ganado de Dresden



Ah, las ruinas del corazón humano.
un granero envuelto en llamas,
una catedral bombardeada,

las sombras de formas casi humanas
caen, se levantan, se deslizan,
silenciosamente se turnan
para entrar alternativamente
en la oscuridad o en la luz― Napoleón
o los eslavos que murieron
a lo largo del agonizante Elba.

Las viejas manos azules de mármol
del albañil colocaron piedra sobre piedra,
y las manos sangrientas de los amargos

las hicieron añicos.
Nos condujeron por las calles
como ganado. Lloramos

pero nadie acudió. Una cosa
es amar a otro ser humano,
otra saber

y recordar
como murió lo bello.





Perdido en la traducción



Olav Hauge escribió, "Lee a Lu Chi
y creá un poema." Robert Hedín
solo, sentado en la oscuridad, traduce
el poema de Hauge. En soledad
frente a mi mesa de trabajo en las horas
que preceden el amanecer, leo a Hedín
que lee a Hauge que lee a Lu Chi,
a quien traduje hace veinte años,
mientras aprendía este oficio del poema.

Hauge que desconoce la lengua china
invita a otro huésped sin nombre
a nuestra pequeña conflagración.
¿ A quién ha estado leyendo Hauge ?
Quién sabe... ¿ Quién sabe ?

La primera luz gris del alba y la lluvia de agosto
Se filtran suavemente a través de los árboles.
Sí. Le leeré mi poema a los cuervos.






Dos pinos



1- Yun Chia reconsiderado

El viento en los pinos
la luz de la luna temblando en el arroyo
en la medianoche profunda
en la tarde más fría:
¿ Qué significa?


2. El pino de Hakutsu.

Un gran pino se sostiene solitario
a un lado de una vieja casa de piedra.
Examinados en detalle:
es como encontrarse
frente a frente
con ancianos sabios.





Montañas y ríos sin fin


Luego de hacer el amor, somos como ríos
que descienden de la cima de las altas cumbres.

Permanecemos en la quietud, nos movemos
tranquilos en la profundidad del peligro―

dos ríos penetrando el océano
serenos, como si nada tuviera importancia:

sosegadamente, pero con gran energía
confluyendo en las aguas cada vez más profundas.





Lo que el agua sabe



El alma debe aprender a perdonar aquello que la boca canta.
A los ojos del mundo una rata es tan moral como un monje.
Sin embargo, el corazón es un río
derramándose de sí mismo, un río que no puede ser vadeado.

Este río desemboca en una bahía
y se vuelve sobre sí mismo con la marea entrante,
transporta el canto del somorgujo y la sal
de lo indescriptiblemente humano.

Un águila distante penetra la boca de otro río
allí ya no nadan los salmones y, sus anchas alas planean
río arriba hasta desaparecer en la nada de donde vino.

Sólo el pensamiento permanece. ¿ Careciendo de la astucia del águila
o de la sabiduría del gorrión, hacia donde me dirigiré,
ahogándome en el dolor ? ¿ Quién sabrá lo que los árboles saben ?
Lo que sabe el joven arce con su paciencia de arañas o ¿ qué es lo que confiesan
/los sauces ?

Déjenme ser agua. El corazón se derrama en olas.
Escuchen lo que las aguas nos dicen.
Viento, se nuestro amigo.
No existe nada que no pueda perdonar.





La flor de la orquídea




En el instante en que me pregunto
si la orquídea va a morir
ella florece

y no puedo explicar la emoción
en mi corazón, ni por qué tanto placer
proviene de ese pequeño capullo
en el extremo de un delgado tallo,
de esa pequeña flor
sanguínea roja dorada

abriéndose en el apogeo del verano
pequeña, perfecta en su plenitud.

Incluso para un poeta
de cabellos blancos y rostro curtido,
ella es en su pureza, erótica,

pistilo y estambre, polen,
rocío del mundo, una cucharada
de tierra y de agua.

Ella es erótica
porque en el corazón del nacimiento
la muerte afirma su existencia,

y el efecto dramático de los viejos prismas luminosos
del alba, allí en las húmedas ramas del cedro,

profundísimo misterio
mientras lavo la vajilla al atardecer
o bromeo con mi esposa,

quien a cada momento se vuelve más bella
simplemente porque uno de nosotros ha de morir.



Ojos bien abiertos


La pequeña niña de piel aceitunada
me mira detenidamente
desde la fotografía

sus ojos inmensamente abiertos,

bellísimos ojos de un castaño intenso
brindan en silencio, testimonio
a ese dolor tan viejo como el mundo.

Ella era joven,
y muy bella, tan bella como sólo
los jóvenes suelen serlo,
pero en su belleza
soporta callada
las calamidades:

pues sus lágrimas se han agotado.

Cerré la revista y me dirigí
a la pila de leña
partí algunos troncos, pensando,

" Esta noche su fuego es probablemente
una fogata abierta,
sus llamas brillantes
izándose como pendones lamen el aire
flamean en la brisa."


Cuando era un niño
oí acerca del derramamiento de sangre en Korea,
del ejército rojo posado en nuestro umbral,
y también de las bombas que para siempre

aniquilarían nuestro mundo.



Me refugié debajo de mi pupitre como el resto de este mundo tonto.



En Okinawa, vestí el uniforme*
y porté armas
hasta que mis ojos comenzaron a abrirse,
hasta que me ahogué
con el orgullo del cuerpo de marines,
hasta que me dí cuenta
de lo deliberado de mi ceguera.

¿ Cuánto dolor es una vida ?
¿ Qué es lo que se puede hacer
si no nos ponemos del lado de los desaparecidos, los asesinados,
los huérfanos
nuestros propios niños armados, y damos testimonio

con nuestros ojos bien abiertos ?

En mi niñez asustado de la noche
y llorando en mi cama,
mi padre me decía un poema o cantaba,

"Monturas vacías en el viejo corral,
hacia dónde cabalgarán esta noche."

Homero pensaba que los muertos llegaban
a un campo de asfódelos.
"Musashino," cerca de Tokyo, significa
"la llanura de Musashi,"
el camino del guerrero lavado en sangre.

Las canciones de guerra son cantadas
al son del ritmo de las viejas marchas―
Oh, sí cono nos gusta honrar a los muertos.

¿ Un mundo sin guerras ?
¿ Quién sino un niño o un tonto
podría imaginar tal cosa ?


Los líderes de las corporaciones se educan
con El arte de la guerra de Sun Tzu.
"Todos deploramos la guerra," dice el presidente
mientras ordena nuevos bombardeos,
"pero Dios está de nuestro lado."

¿ Cuál sangre es cristiana,
cuál musulmana, judía o hindú ?

La niña hermosa con sus bellos ojos tristes
me observa, pero
no ha hablado. ¿Qué podría decir ?

Ella sobrelleva la carga de hallar otro camino.

En sus ojos, las ruinas, el temor,
los zapatos que no pueden ser llenados, las manos
que nunca acariciarán su cabello.

Pero, escuchen y oirán su voz,
baja, triste, dolorida.
―Ya está en tu interior―


un latido, un susurro,
promesas rotas―

si sólo pudieras oir

con tus ojos bien abiertos.





El poema de Nueva York




Me siento en la oscuridad, sin amargarme
exactamente, no estaba esperando el amanecer
que ya comenzaba, a las seis y veintiún minutos,
en un día de octubre su luz grisácea detrás de los árboles.
Me siento, respirando, la mente girando sobre su rueda.

Hayden escribe, " ¿ De qué sirve la poesía
en tiempos como estos ? Y yo supongo
que entiendo cuando él dice, " Un poeta
simplemente no puede comprender
ningún significado en tanta matanza."

No obstante, atrapado por el horror,
me vuelco hacia la poesía, no la prosa,
ella me ayuda a discernir cosas―
del modo en que puedo― las mentiras, asesinatos
y las hipocresías que te quitan el aliento


de aquellos que dirigen una nación
o una iglesia. "¿ De qué sirve la poesía ?"
me senté 12 de septiembre del dos mil uno de esta era,
y leí a Rumi y besé el suelo.

Y ahora que millones se mueren de hambre
en el nombre de la guerra santa. Toda guerra
es santa. Es la misma historia patética
de la que se derivan
la "proporción bíblica".

Oigo el eco de los pasos de Pilatos
sobre el adoquinado, la voz de Joe McCarthy
insultando en el senado, el 'muchacho gordo' estalla
mientras todo el firmamento se estremece.
En la ciudad de Nueva York, el choque de los aviones

y el subsecuente desmoronamiento de los edificios
produjo ondas sísmicas. Para comenzar a hablar
de los muertos, de los que están muriendo... ¿ cómo
puede todavía un poeta hablar de proporción, en estos tiempos ?
Sin embargo, como dijo el viejo griego,
"Caminamos sobre los rostros de los muertos."
El oscuro firmamento del otoño crece azul.
Solos entre cenizas y huesos y ruinas,
Tu Tu y Bashõ escriben el poema.
El último vestigio de furia ciega se desvanece


y una muda tristeza se asienta,
como el polvo, para el largo, muy largo trayecto. Pero...
si no me pongo de pie y canto,
si no me levanto y bailo nuevamente,
los bárbaros triunfarán.

Si es necesario besaré la espada que me matará.






Acerca de la muerte de James Oscco Anamaría


Cuando hallaron su cuerpo
en el basural
cerca del puente Pachachaca
en Abancay,

nadie pudo decir
quien fue el que
le arrancó
las uñas de los dedos,

quien le rompió las piernas
quien le extirpó el ojo
o quien finalmente lo degolló.

Nadie pudo decir
quien fue el que lo arrojó al basural
como un mensaje en una botella.

Nadie pudo decir
quién fue
mucho menos por qué.

Pero alguien sabe
la mano de quién está en el cebador
y la de quién en el gatillo del arma.


¿ Que habrá dicho el joven poeta
para merecer la muerte ?
¿ Fueron los autores de esta tragedia
los miembros de un escuadrón de la muerte ?

¿ Entrenados por la CIA ?
Nadie puede decirlo.

Alguien conoció el delicado
roce de su lengua
mientras ésta traía a la vida cada
vocal y consonante del poema.


Alguien recuerda
la lágrima en su ojo
cuando habló de la muerte de Lorca,
el timbre de su voz
cuando habló del Pueblo.

Alguien recuerda como soñaba
de una música democrática
a la sombra de los Andes,
de una poesía con alas.

Seguramente el joven poeta sabía
que la poesía es amor,
y en este mundo
el amor es cosa peligrosa.



A partir de Borges





Nadie es la madre patria. Los mitos de la historia
no podrán vestir la desnudez del emperador,
ningún discurso conferirle poder a los votos inexistentes,
ni honrar a los que viven en la pobreza
con nuestros himnos a los muertos. Nadie
es la madre patria. No lo son los héroes de nuestros
viejos genocidios, las guerras indias, ni aquellos
que navegaron hacia el oeste con cargas de carne humana
en cadenas, ni aquellos en cadenas que fueron traídos
contra su voluntad para trabajar y procrearse y morir
al servicio de sus amos, amos
cuyos hijos serían los que hoy y ahora son nuestros amos.

No, no hay héroes, excepto aquellos
quienes despiertan para saludar al amanecer con las manos vacías
y el corazón agobiado en un tiempo brutal. Ningún juramento
o solemne promesa revela aquello que existe en el corazón o la mente.

No, nadie es la madre patria. O quizás todos lo son.
Pues, ¿ quién puede vivir sin un país del corazón ?
Y sin embargo gritamos, "¡ Nosotros !" Gritamos, " ¡ Ellos!"
Yo rindo tributo a aquellos.
Resisto entre los exiliados.
La verdadera democracia no será conquistada
a punta de una pistola cargada, ni el honor fundarse
en himnos o paradigmas baratos
basados en la mentira social. Nadie es la madre patria.

Ésta no podrá ser hallada en la grandilocuencia
de los pomposos imbéciles del pueblo que aspiran a cargos públicos
sólo porque desean el poder. Ni en el brillo
de las medallas en el uniforme vestido por un hombre
cuyo pensamiento es uniforme y obediente
mientras jura su lealtad.
La madre patria es un estado de gracia, de paz,
un nuevo mundo que pacientemente nos aguarda.
La madre patria es un estado de la mente, una luz
inundando el jardín, un momento trascendental
una conciencia compasiva, algún verso extraordinario
en algún viejo poema que revela, ejemplifica
una posibilidad... en el tiempo... en el tiempo...

Bangkok, Mong-Lan.



Esteban Moore, Mong-Lan, Alfred Corn, Bar La Poesía, Buenos Aires 2010.













BANGKOK [neon lights]

O the orchids of Bangkok!
O the luxuriant ladyboys, their devilish seductive smiles
O the decadence, the freedoms of Bangkok!
your serpentine ways
into another unawares our embrace defined night-days
one thinks in embraces

young girls from the village pretend to be go-go girls
naked from waist up
city girls completely naked
Go-go girls dancing like embarrassed sardines
in the lady-boy club an effervescent pretend land . . .
Miss Brazil, Miss Mexico,
Miss France, Miss Singapore, surgically amplified.

in another bar
birds breathless up cunts,
ping pong balls inserted, being thrown out
birds flying out of cunts
needles & needles being pulled out of cunts.
a whole string of sharp needles
razors being pulled out a whole string
of razors being pulled out.

-- Mong-Lan

from The Antioch Review, Winter 2005, v. 63, no. 1

Jorge Luis Borges. Three Poems.



Jorge Luis Borges-Esteban Moore, Buenos Aires, 1975.
Strolling to Confitería Richmond
.


















Jorge Luis Borges. Three poems.
Versions Esteban Moore, Buenos Aires, 2009.






Le regret d’Heraclite

I, the man in whom so many were
Shall never be him in whose arms
Matilda Urbach knew love.

Gaspar Camerarius, en Deliciae Poetarum Borussiae, VII, 16.







Sonnet to wine

In what kingdom, in what century, under what silent
conjunction of the stars, on what secret day
that stone has not preserved, emerged the valiant
and singular idea of inventing mirth and play ?
With autumns of gold it was created. Wine
flows red along with the generations
and on the ardous road like the river of time
pours on us its music, its fire and its lions.
On the night of joy or on the hostile day
it exalts the glee or soothes the horror
and this new dythiramb that I sing today
was sung by the Arab and Persian before.

Wine, show me the art of seeing my own history
As if it were already a handful of ashes in memory.





To Wine




Your name shines in Homer's bronze
Black wine that brightens up man's soul.

For centuries and more from hand to hand you've gone
From the Greek's rhyton to the German's horn.

You were there in the dawn. On the way you bestowed
Your fire and your lions to the generations.

By that other river of night and days
Flows yours acclaimed by friends and mirth.

Wine that along the world's history runs
Like a Euphrates, patriarchal and profound.

In your living crystal our eyes have found
A red methaphor of Christ's blood.

In the impassioned verses of the Sufi
You are the scimitar, the rose and the ruby.

Let others in your Lethe sad forgetfulness drink;
The joy of shared fervor in you I seek.

Sesame that opens ancient nights for me
And in the hard darkness, alms and candlestick.

Wine of mutual love or red conflict
I'll summon you some day. So be it.

Paul Hoover. La verdadera poesía norteamericana.










The Real North American Poetry

Paul Hoover


Talk delivered as part of Semana de las Letras and las Lecturas, Teatro el Circulo, Rosario, Argentina, on Wednesday, August 8, 2007

The poetry that we all practice, which is most active in us and real, is that of our received tradition in negotiation with current offerings toward change, which Ezra Pound called the new. If we are fortunate, we have available a substantial national literature and folk culture, a world that is ours, with its wealth of history and mythology, and highly original views. Lorca had The Gypsy Ballads, cante jondo, qasidas, ghazals, Galician folk culture, and a rich sense of place in Granada. Emily Dickinson had Amherst, Massachusetts, a hymn book, and her brother’s wife, Susan Gilbert, next door. They made pies together, and on 1, 775 occasions Emily wrote a poem. Lorca was shot to death in a scene from a Goya painting, illuminated by the lights of his killers’ cars; the site was a hilltop garden associated with ancient Moorish poetry. One poet worked in the public arena, the other private. Nothing in their social lives and history could have predicted the intensity of their poems. It’s a mystery how lived experience transforms to the Real, capital “R,” and we feel its rare power; how the poet, after polishing her silver, goes upstairs to write, “The Feet, mechanical, go round - / Of Ground, or Air, or Ought - / a Wooden way / Regardless grown / A Quartz contentment, like a stone - .” It seems that poems don’t become real until something unpredictable and almost foreign rustles through the language. This is why it is so difficult to know poets from their poems. It’s also why a social poetry, or poetry of manners, often falls short. The real stuff of poetry comes from another set of intuitions. Undoubtedly I am biased on this subject. With Maxine Chernoff, I recently translated the poetry of Friedrich Hölderlin. Now all rivers appear to “nose” at their banks, move torturously downhill.
I’m under a special obligation today because of the tricky word “actual” that came with the assigned topic. I can tell you about poetry in the United States from my particular perch on the cliff side of its culture, which is that of the “innovative.” I can dare a few observations on the postmodern imagination. (Is that a contradiction in terms?) But how can I explain to you what has happened to U. S. culture and political life in the last 7 years, its impact on our sense of a real, actual, or imagined world? To watch television news in the United States is to witness the imaginary in the making. All is false consciousness and bad faith. Today as I write this George Bush explained that his commutation of Scooter Libby’s jail sentence was done in a “fair and balanced way.” “Fair and balanced” is the catch phrase used by the notorious Fox News to describe their reporting, when in fact it’s the most ideological loaded news in contemporary journalism. Our sense of dislocation is nearly total, because all is “spin”: the health of the health care system (now 38th in the world, just ahead of Slovenia), the seriousness of global warming (over 50 percent of U.S. “cars” are gas-wasting Sports Utility Vehicles), the reason for the Iraq occupation (there were no weapons of mass destruction, but Hussein was a bad guy anyway), and the reason we can’t bring the soldiers home (3,700 brave soldiers can’t have died in vain). The psychic condition of U. S. citizens is now comparable to that of the little girl in Pan’s Labyrinth as she faces the monster in the basement. You want to run for your life, but something is so fascinating about those plenteous glistening grapes, you want just one more bite of the table’s excess.
The U. S. poet Sam Hamill was part of a previous Semana. He has done much to place poetry at the service of just cause. This is hard to do, because poetry resists the declarative mode; it leans toward indirection, drama, and uncertainty. Indeed, as we shall see, a new mode of poetry in the U.S. values opacity and a stop-start sequence of fragments. It’s difficult to persuade by such means. That man with the national flag at the ramparts, what exactly is he declaring? It sounds like, could it be, a series of empty signifiers?
We are immediately aware of the new in poetry, because it lies outside received practice. If it’s a very successful new practice, as Abstract Expressionism was in painting, it’s irritating, even infuriating, and then amusing and instructive. In the final degree of reception, this new practice is a beloved part of everyone’s practice. This was the case with Romanticism, Modernism, and now aspects of the postmodern, particularly in the area of “the word as such,” in which poetry expresses its own materiality rather than an individual cry of the heart. Major turns such as the figurative to the abstract, transcendental to material, and subjective to objective usually coincide with a major philosophical or historical shift—wars, the rise of large cities; the movement from agricultural to industrial to technological economies; Nihilism, Nietzsche, and the death of God; communism’s challenge to capitalism; and, as we have recently observed, a return to predatory capitalism and colonialism worthy of the Gilded Age. A survey shows that more U. S. children desire to be famous, just famous, than admired for a particular achievement. Our Zeus and Athena are Brad Pitt and Angelina Jolie.
Here’s a short poem I wrote on the subject, because two of my poetry students asked how they could “get famous”:
Famous

Famous snow falling,
covering a mountain famous for its snow.
Famous cedars leaning in the wind.

A stone is famous at the bottom of the river.
But the river is normal enough.
It goes from here to there.

The famous dust is falling,
in nondescript corners and the famous corners, too,
where you stood or I stood

and someone will be standing
for the first time soon. Cup famous for some reason.
Bowl famous to its spoon.

Sunlight famous, most famous of all
as it climbs the garden wall.
Famous moon, coming through night

notorious for its darkness,
and Earth that is famous only on Earth,
with its sweet smell of history.
In preparing for a new course, Poetry Machines, I realized the large degree to which postmodern art has been impacted by Russian Futurism, especially Khlebnikov’s poetry of the “self-sufficient word” and Malevich’s Black Square and White on White paintings, 1913. If you add Mallarmé’s ideas as outlined in “The Crisis on Poetry,” 1895, and Dada’s contribution of found art and performance poetry (1916), you have much of what we consider to be advanced practice today. I am not trying to suggest that U. S. poetry lacks force and inventiveness. There are many exemplary poets. I tug at this theme because I wonder how long Late Modernism will extend its reign; how social change, which is coming quickly, will impact our views of expression; and, perhaps this is the same question, whether poetry will continue on its course of relativism, indeterminacy, and reflexivity. Have we ceased speaking to history, or are our current modes the only way to address it?
I have used the phrase “individual cry of the heart.” Poetry does issue a cry, or call; even objectified kinds of expression do so. The call is for attention, and contains the promise of something to be attentive to—a heartrending story, humor, scenery, Shakespeare’s beautiful language. In the fine arts, a certain seriousness is anticipated. Eisenstein wrote that film drama is a “montage of attractions”; that is, of calls for attention: “the ‘chatter’ of Ostuzhev no more than the pink tights of the prima-donna, a roll on the kettledrums as much as Romeo’s soliloquy, the cricket on the hearth no more than the cannon fired over the heads of the audience” (Eisenstein 230). In cinema, the viewer experiences diegesis, the sense that what he is watching is trustworthy, real as can be, and therefore true. This happens even in dramatic films built on fiction. In poetry, sound, freshness of metaphor, and word magic (Emily Dickinson’s phrase “Zero at the Bone,” for instance) compel you to be present at this solemn, happy, or otherwise uncommon moment. Even when the words are not specifically visual, such as “green apple” or “dead man,” they open up a world. Nouns are a problem for the non-imagist. They make present this thing (clown) and that thing (tower) in a specific and personal way, offering camera angle, texture, lighting, and even dramatic context, depending on your own set of universal particulars—your oak tree, your green Platonic hill. The postmodern idea that you must leave the poem half-made (so that the reader can participate in its making) needs to be examined. The reader has always participated, no matter how the rules of reading change, from the blank verse of Paradise Lost to imagist poems. If Mallarmé leaves holes in his texts, we read them, too, as presences. Here is a page of A Tomb for Anatole, fragments written on the death of his son in 1879 but not published in France until 1961:
to see him dead
— the mother’s fears
on the funeral bed
from the moment the playing
stopped in I
— end of I
break
voice that cries until
that — for the mute child

(Mallarmé107)

The breaking of voice, staggering progress, and zig-zag lines are perfect for elegy, and they speak volumes. Vallejo’s “Pienso en tu sexo” ends with one of the neologisms for which his poetry is famous.
Oh, honeyed scandal of twilights
Oh, mute outcry

¡Odumonuertse!

(Tapscott 99)

Unless you have the original Spanish text available, you won’t understand the last line. It’s the next to last line read backwards, letter by letter: “Oh estruendo mudo.” But the reading is successful emotionally even if you miss that detail. It’s dramatically clear that the speaker and lover has uttered a nonsense vocable at a crucial moment.
I mention Mallarmé and Vallejo because their work relates to aspects of U. S. poetry, especially the breaking of continuity and formal gamesmanship. But such matters would have no interest, if it weren’t for the poems’ lyric intensity, or call. As with songs and movies, we want to be in a state of attention so true that we experience stillness. The marvel of a good poem spoken out loud is not how it is acted—a dramatized poem, with professional actors, is always a bit ridiculous—but how it stills the room. The poem’s call arrives, and the listeners sit at attention. Often this purity of attention subsides before the poem is complete. It hardly matters, because what we remember of a work is what Horace called dulci (as in dulci et utile) the sweetness of the thing. The lingering of such attention may be what Ezra Pound meant by the phrase “only emotion endures.”
At present in the United States, as happens with each generation, formerly marginal practices have taken the high ground and made their assumptions appear to be the natural way to write. Two chief lines of thought weave together as the innovative dominant. The first is the New York School influence emerging primarily from the work of John Ashbery and Barbara Guest, which I call the “abstract lyric.” A late-romantic mode that seeks beauty in philosophical indeterminacy, it is an expressive and yet rigorous poetry that finds truth in never finding the truth it seeks. Leading back to the playfully brilliant poetry of Wallace Stevens, French Surrealism, Dada, Raymond Roussel, the paintings of di Chirico, Mallarmé more than Rimbaud, and the German Romantic concepts of Schelling and Novalis more than any sublime of English Romanticism, this mode romanticizes authorship even as it de-centers it. Ever more elusive, this author compares with Stevens’ Snow Man, who, “nothing himself, beholds / Nothing that is not there and the nothing that is”). My essay on the New York School, “Fables of Representation,” deals extensively with this influence.
The second line of thought, language poetry, emerged in two competitive camps, New York and San Francisco, in the late 1970s. Its modernist forebears are Ezra Pound, primarily for The Cantos; Gertrude Stein, for Tender Buttons and her concept of the “continuous present”; the William Carlos Williams (there were more than one) who wrote “The Botticellian Trees”; the long-overlooked Objectivists, particularly George Oppen and Louis Zukofsky, whose most-loved figure has become Lorine Niedecker, the accessible Wisconsin who married a one-armed fisherman; and the Projectivist or “Black Mountain” poets Charles Olson and Robert Creeley, who took Pound’s assertion “technique is the test of man’s sincerity” to heart. It’s easy to recognize, as well, the influence of Ashbery’s The Tennis Court Oath, 1963. The language poets have been so successful at establishing their program that leading figures Lyn Hejinian and Charles Bernstein hold endowed chairs at Berkeley and Penn, respectively. Stylistically, language poetry is similar to the Mallarmé fragment quoted earlier, but without its emotional commitment. It is a poetry for the mind and, to some degree, the smoke without the fire.
I consider the above poetics to be the “real” North American poetry, because they offer the most successful reading from Modernism to the present. More young poets have drawn from these sources than any other, and such poetry is now produced in graduate writing programs.
The generation to follow language poetry, roughly 35-45, is referred to as “post-language,” a term that is accurate in suggesting a “mainstreaming” of the avant-garde. A softer, more forgiving set of complexities emerge. In the post-language era, the constructivist and materialist claims of language poetry, which had been sharpened in the early post-Vietnam War period, have far less immediacy. The “word as such,” with its challenge to beauty, bourgeois subjectivity, and authorship, loses its moral force and becomes another tool of the poet’s trade. Expression returns, but tempered by the culture of oblique and distanced expression that preceded it. Literary criticism begins to speak of the “postmodern lyric,” which describes much of the work we publish in our literary magazine, New American Writing. But how does the postmodern lyric differ from the traditional?
Here are two examples from my own work. In 2005, I published Poems in Spanish (2005), none of which appear in Spanish but adopt the manner of Lorca, Sabines, Neruda, Vallejo, and the Portuguese language poets Carlos Drummond de Andrade and Fernando Pessoa. Their poetry has a candor, humor, depth, cadence, and emotional weight that I have always admired. Writing through such a stylistic mask granted me license to be truly lyrical for the first time. I recently completed another manuscript, “Sonnet 56,” that consists of 56 formal variations on Shakespeare’s Sonnet 56, some of which are genuinely lyrical on the poet’s theme of love—for instance, “Villanelle,” “Epigram,” and “Homosyntactic Translation”—and some of which are humorous, such “Course Description” and “Answering Machine.” Yet all express Shakespeare’s theme of love’s need of renewal. Lyricism was an especially unexpected result of the form “Homosyntactic Translation,” which calls for replacing the original’s major parts of speech—nouns, verbs, adjectives, and so on—with other words of the same kind. As with Poems in Spanish, the eccentricity of the concept and some of its forms finds balance with the traditional , potentially sentimental nature of love poems. Some of you will recognize the influence of Raymond Queneau’s Exercises in Style (Gallimard, 1947).
In its extreme of sophistication and diminishment of its bohemian wing, the new American poetry risks becoming unobtainable even to the highly literate reader. This is where performance poetry and the new phenomenon of Flarf come to bear. To “flarf” is to use software mechanisms such as the Google search engine to find incongruous and sometimes thematic language for the poem. Incessantly ironic, it is popular with poets under the age of 40. In their exuberance and sheer silliness, practices like Flarf and poetry slams return a sense of carnival to a poetry culture increasingly determined by academic professionalization.
Young poets today often obtain the M.F.A. degree and a Ph.D. in English before attempting to “enter the marketplace,” as we say. In 1955, the year Ginsberg wrote “Howl” and “A Supermarket in California” in Berkeley, there were perhaps two university creative writing programs in the country, at University of Iowa and University of Washington Seattle. Bohemianism was thriving, and the romance of the road was real, down two-lane highways through small towns that had not a single Walmart store. In Mill Valley, California, down the hill from where I now live, Jack Kerouac, Gary Snyder, and Allen Ginsberg rented a house from one of the herdsmen on a dairy farm. This house and band of fellows provided the setting for Japhy Ryder and other characters in Kerouac’s novel Dharma Bums. You may have attended Columbia University or Harvard, as many of the postwar avant-garde did. But the rest of life was lived “by the seat of your pants,” as the idiom goes. You wrote poems and showed them to friends. When you were ready, you drove to Rutherford, New Jersey, to meet the keen-eyed doctor, William Carlos Williams. This was a test of value at the highest level. Such initiations now take place at more than 350 college and university writing programs.
Perhaps I seem nostalgic for things as they were. I do wish for a return to innocence, intelligence, and civility in our public discourse. Because of its ceremony, sobriety, and grasp of ultimate things, poetry can lead us in that direction. Of the arts, it especially is a soul-making activity. I am alarmed by the brutality of life in the United States as it is now constituted, and I’m wary of poetry that has no response to this fact.

-Friday, July 13, 2007

Works Cited


Eisenstein, Sergei M. The Film Sense. Translated and edited by Jay Leyda. New York:
Harcourt, Brace and Company, 1947.

Mallarmé, Stéphane. A Tomb for Anatole. Translated and with an Introduction by Paul Auster.
San Francisco: North Point Press, 1983.

Tapscott, Stephen. Twentieth-Century Latin American Poetry: A Bilingual Anthology. Austin:
The University of Texas Press, 1996.






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