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sábado, 8 de enero de 2011

Raymond Carver: Vos no sabés qué es el amor (una tarde con Charles Bukowski)

Raymond Carver (1938-1988)




















Vos no sabés qué es el amor
(una tarde con Charles Bukowski)



Vos no sabés qué es el amor
dijo Bukowski
tengo 51 años
y estoy enamorado de esa pendeja
me pegó fuertísimo
pero no te preocupés
ella también está enganchada
así debe ser mi viejo
yo me les meto en la sangre
y ya no pueden olvidarme
Tratan de alejarse
pero finalmente vuelven
todas ellas vuelven
salvo ésa
que dejé plantada
Me hizo llorar y mucho
bueno en realidad
en esos días
tenía la lágrima fácil
Por favor
no me dejes tomar bebida blanca
me pongo mal –me vuelvo despreciable
Yo podría sentarme con Uds.
hippies queridos
y chupar cerveza toda la noche
sí diez latas o más de esta cerveza, y nada
 –todo bien es como agua
Pero si tomo licor
empiezo a tirar gente por la ventana
ya lo he hecho
Vos no sabés qué es el amor
Porque no te has enamorado
así de simple
yo tengo esta mina joven
que es muy, muy hermosa
Ella me llama Bukowski
Bukowski repite con su voz
suave y melodiosa
yo le contesto QUÉ
Vos no sabés qué es el amor
te estoy tratando de explicar
y no me escuchás
Si el amor irrumpiera en esta habitación
y les pateara el culo
ninguno de Uds.
podría reconocerlo
En una época pensaba
que las lecturas de poesía
eran un modo de entregarte
Mirá yo tengo 51 años
conozco algo la calle
sé que significa una lectura
pero me dije Bukowski
cagarte de hambre
es la peor de las entregas
Entendéme nada es lo que debiera ser
Ese tipo –cómo se llama
sí ese tal Galway Kinnell
ví su foto en una revista
Tiene su pinta
pero es profesor
Cristo Dios imagináte eso
Pero Uds. También enseñan
y yo ya estoy insultándolos
qué voy a hacer
No  -no sé quién es
y ese otro menos
Todos son insectos
egos desproporcionados
Yo ya no hago muchas lecturas
pero ésos que construyen
una reputación
basada en 5 ó 6 libros
son todos unos insectos
BUKOWSKI dice ella
Por qué escuchás
música clásica todo el día
Eso te sorprende
no imaginás a una bestia como yo
escuchando música clásica
todo el día
Brahms Rachmaninoff Bartok Telemann
Carajo no puedo escribir en esta casa
Demasiado silencio muchísimos árboles
prefiero el centro de la ciudad
ése es mi ambiente natural
pongo mi radio en FM y la música
la música clásica fluye toda la mañana
y me siento frente a la máquina
y enciendo un habano
y lo fumo así de esta manera
así
INTENSAMENTE
Me digo Bukowski
sos un tipo con suerte
Bukowski viviste todo
sos un viejo con suerte
El humo azul flota
en la habitación y yo miro
a través de la ventana
observo la avenida Delongpre
Veo a muchas personas
caminando por las veredas
Apago el cigarro
aspiro profundamente
y comienzo a escribir
Bukowski esto es vida
Pienso
es bueno ser pobre
es bueno tener hemorroides
es bueno estar enamorado
Pero vos no sabés lo que es
Vos no sabés qué es el amor
Si la vieras comprenderías
todo lo que te quiero explicar
Ella imaginó
que fui a su casa
a encamarme
Ella adivinó mis intenciones
me lo dijo
Mierda tengo 51 años
ella sólo 25 y estamos enamorados
Ella es sumamente celosa
Jesús esta es la belleza total
Me dijo
que me arrancaría los ojos
si yo salía con otra mujer
Entendés esto es el amor
Que saben Uds.
Les voy a contar algo
he conocido a tipos en la cárcel
que tienen más estilo
que las personas
que vienen a esta universidad
a las lecturas de poemas
Son chupasangres
que quieren comprobar
si las medias del poeta
están limpias
si usa desodorante
Creánme no intento defraudarlos
Quiero que recuerden algo
en esta habitación hay un solo poeta
sólo un poeta esta noche en la ciudad
y ese poeta soy yo
Qué mierda saben Uds. de la vida
Qué saben de cualquier cosa
A quién de Uds. lo echaron del trabajo
Quién fajó a su hembra
A quién lo apaleó su hembra
A mí por ejemplo
me echaron de Sears Roebuck
cinco veces
y me recontrataron otras tantas
Trabajaba en los depósitos
ya tenía 35 años
y me echaron porque creían
que yo robaba galletitas
Sé de qué se trata
Estuve ahí
Tengo 51 años ahora y estoy enamorado
Esta pendeja me dice
Bukowski
le contesto siempre
QUÉ
Tenés la cabeza llena de mierda
BEBÉ vos sí que me comprendés
Ésta es la única hembra
hombre o mujer en este mundo
de la que aceptaré
comentarios de esta índole
Vos no sabés qué es el amor
Todas vuelven finalmente
salvo ésa de la que ya te hablé
Estuvimos juntos siete años
y nos chupamos todo absolutamente
Hay un par de dactilógrafos
esta noche en esta habitación
pero escasean los poetas y no me sorprende
Tenés que conocer el amor para escribir poesía
y….
Vos no sabés qué...
Ése es tu problema, el amor
Dame un poco de eso puro sin hielo
Bueno ya es hora de comenzar el espectáculo
Sí si ya sé lo que dije
Sólo un trago más
tiene buen sabor
Vamos quiero terminar esta lectura temprano
Y después no se descuiden
no se acerquen a las ventanas

(versión Esteban Moore)




Raymond Carver (Clatskanie, Oregon, EEUU, 1938- Port Angeles, Washington, EEUU, 1988). Clatskanie era un pequeño pueblo a orillas del río Columbia  dedicado a la industria de la madera. Su padre, que trabajada en uno de los aserraderos locales afilando las hojas de las sierras, era alcohólico. Un buen narrador de historias, solía contarle  acerca de sus excursiones de pesca y caza y, sobre su abuelo, un personaje que para sobrevivir durante la Guerra de Secesión combatió para ambos bandos.
La familia Carver se mudó a Yakima, estado de Washington, donde Raymond terminó sus estudios secundarios. En su juventud su material de lectura preferido fueron las novelas de Mickey Spillane y las revistas dedicadas a las actividades y deportes al aire libre.  
En 1956, se casó con Maryann Burke, su novia de la secundaria, de dieciséis años de edad, quien estaba embarazada. En esos años, para sostener a su familia, Carver trabajó como empleado de limpieza, obrero en un aserradero, dependiente de farmacia y vendedor. Luego de tres años de pequeños fracasos en su ciudad natal, decide radicarse  con su mujer y sus dos hijos en Paradise, California. Aquí se inscribe en un taller de escritura creativa dictado por el novelista John Gardner. Esta experiencia fue decisiva en su vida. Muchos años más tarde  le confesó a Jay McInerney que durante toda su vida, mientras escribía, sentiría la presencia de Gardner,  aprobando  o desaprobando  las  palabras, frases y estrategias elegidas.
En 1963, finaliza sus estudios de literatura en la Universidad de Humbolt, California y  en la de Iowa.  En este  período de su vida caracterizado por la estrechez económica, empleos  mal pagos, la falta de tiempo para escribir y las dificultades para establecerse como escritor, el bourbon que lo acompañó durante décadas, se transforma en su único y exagerado consuelo.
En la década de los 70, ya convertido en un alcohólico de tiempo completo, sobrevive dictando talleres de escritura  en distintas universidades y publica sus dos primeros libros de cuentos. En una oportunidad coordinó junto a John Cheever un taller  en la Universidad de Iowa. Éste recuerda que lo único que hicieron bien ese semestre fue emborracharse. El 2 de junio de 1977 comienza a participar en reuniones de  Alcohólicos Anónimos y abandona definitivamente  la bebida.
En la década de los 80 varias cosas habrían de cambiar en su vida: se divorcia, forma pareja con Tess Gallagher - se casarían en Reno en 1988, dos meses antes de su muerte - y es nombrado profesor de literatura en la Universidad de Syracuse. El editor de Esquire, Gordon Lish, publica varios de sus cuentos, su círculo de lectores se expande continuamente y la crítica comienza a reconocer las virtudes de su prosa y de su poesía. Fue distinguido con el premio O.Henry; obtuvo la beca de la Fundación  Guggenheim y en dos ocasiones la del National Endowment for the Arts; el premio Mildred and Harold Strauss, otorgado por la American Academy and Institute of Arts and Letters; el Premio Levinson de poesía ; la Universidad de Hartford le otorga un doctorado; recibe el Premio Brandeis de ficción e ingresa  en la American Academy and Institute of Arts and Letters.
La tarea, de proporciones whitmaneanas,  que se impone Carver, un hombre que revitalizó el cuento corto  y el poema narrativo, es la de integrar a la tradición literaria de su país la vida y los sueños  de  obreros y empleados. Rescatar, expresar  la voz de todos aquellos que con sus salarios mínimos o cheques de desempleo, quedaban excluidos del sueño americano propuesto por la industria del cine, la televisión y la publicidad.
Su vida asumió visos paradojales, hijo de un obrero, pobre y alcohólico, vivió la mayor parte de sus días al borde de la exclusión social, hasta que en sus últimos años,   los complejos designios del destino lo transformaron en un escritor con un público devoto, admirado por sus pares  y miembro de la academia. A pesar de ello, nunca olvidó sus orígenes, ni de donde provenía la materia de sus historias.
En un artículo, La libreta de notas de un narrador, publicado en el New York Times en febrero de 1981, Raymond Carver narra que él no eligió las formas breves del cuento y el poema narrativo para expresarse, los adoptó por necesidad y urgencia. Lo hizo en una época en la que durante el día se desempeñaba como  dependiente en un comercio y, luego, en las primeras horas de la noche, baldeaba el salón de un restaurante y barría su playa de estacionamiento. Terminaba agotado recuerda, sólo podía escribir los sábados o domingos, siempre y cuando su mujer, que era  camarera, tuviera alguno de estos días libres para hacerse cargo de los hijos. Estos géneros, que ya no abandonaría, eran  los únicos  que le brindaban la posibilidad de  elaborar una idea y concluir el  texto en una sola jornada.
Finalmente, cuando todo indicaba que el sueño de disponer de todo su tiempo para escribir sería una realidad, no logró desarrollar su primera novela. En esta ocasión fue la vida la que se lo negó, murió de cáncer de pulmón a los 50 años de edad. 


En la elección de los géneros no existió la premeditación de una estrategia. En cambio sí la hubo en sus lecturas, una que  no le dio demasiada importancia a las recomendaciones de la academia, ni a las modas de la época surgidas de los medios universitarios. Noticias de ella están diseminadas en la gran cantidad de entrevistas que le realizaron. En ellas asimismo se  puede advertir que en el momento en que el interlocutor deseaba saber  más acerca de sus lecturas y las influencias que éstas tuvieron sobre su obra, desplegaba maniobras y tácticas de ocultamiento, destinadas a manipular los datos concernientes a este aspecto de su formación y oficio.
Negó enfáticamente  las influencias literarias. La única influencia que reconocía como escritor  era la del propio comercio de  la vida: criar los hijos, trabajar dos turnos, no tener para pagar la luz y el gas, o divorciarse. Éstas eran las cosas que según él habían modelado su escritura. No obstante y a  pesar de la convicción de su negativa, traza cuidadosamente el mapa de sus lecturas y deja indicios ciertos de como éstas funcionaron en el armado de su poética. 
La suya es una biblioteca que guarda tanto a cuentistas como a poetas, elegidos de acuerdo a su anhelo, el mismo que tuvo  Sherwood Anderson a principios del siglo XX, transformar nuevamente su país y el habla de su gente  en materia elocuente, significativa. Entre ellos se hallan narradores como Sherwood Anderson, Willian Faulkner, Ernest Hemingway; Tobias Wolff; Richard Ford, Donald Barthelme, Antón Chekhov; Flannery O'Connor; Eudora Welty y Willian Gass, y los poetas Ezra Pound, William Carlos Williams, Robert Frost, Galway Kinnell,  W.S. Merwin, Ted Hughes, C.K. Williams y Robert Hass, rodeados de los nombres ineludibles de la literatura universal, y de los libros de infinidad de poetas y cuentistas jóvenes  en quienes Carver decía hallar la frescura de la lengua.
Ellos compartieron con él el complejo proceso de su realización como escritor, uno que   adoptó como guía una frase de Ezra Pound  que copió en una ficha de 3 por 5 pulgadas y  conservó siempre en su lugar de trabajo: "la precisión del enunciado es la única y verdadera moralidad de la escritura".