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lunes, 16 de mayo de 2011

Rogelio Ramos Signes: Poemas.

Rogelio Ramos Signes



















Diario de ruta

No es niebla. Es humo lo que acontece en el paisaje.
Pasto seco que difunde su noticia con el viento,
concordia fugaz de antiguos adversarios.
Ella frena el motor de sus pensamientos
centímetros antes del precipicio.
Es mujer en desapego a los milagros
que ingresa y se retira de los espejismos
como quien bebe de una fuente sin dar las gracias.
Ella es un mantel de hilo que se agita sin premura,
promesa de desayunos bajo un árbol
en la vera cruz de dos caminos con historia.
El mundo la protege aunque ambos lo nieguen.
Profecías como caligramas. Gatos como perros.
Arsenal de palabras en desuso, por ahora,
que se resolverán en frases de caprichoso sentido.
Como un director de orquesta con su batuta
ella espanta las moscas con una rama de sauce.
Pronto llegará la lluvia a decretar finales.
Mientras tanto es humo lo que ocurre,
mensajes indios de dolor irreparable
volviéndose hilachas al paso de los camiones.


El fin de los bosques

Detrás de estos árboles
milagrosamente verdes
avanza otro mundo.
Las orugas mecánicas multiplican el desierto
y estás aquí
al alcance de mi mano
mirándome
preguntándome sin palabras
qué será de ustedes:
“¿Qué será de nosotros?”.
Como en mis sueños te he visto anciana
sé que sobrevivirás.
Sé también que criarás niños tuyos
aunque ignoro si serán nuestros.
Debo confesarte que he tratado de soñarme
pero no he podido.
El desierto avanza sin atenuantes,
Dios está de licencia,
mañana es asueto en la administración pública
y el jueves no tendremos ni siquiera
el alivio de esta sombra.

Acerca de una foto al pie del Tunari

La que sonríe sutilmente en la fotografía
frente a los portones
de la granja Patiño, en Pairumani,
es Marlén, de 14 años,
hija del señor Muriel
(desconocido por este cronista)
y de doña Etrudes Calatayud
(también en la foto)
48 años, desdentada ya,
de diestro y jocoso quichua.
A su lado, la señora Felisa
vecina del poblado de Vinto
de multisonoro aymara.
      (Se dice que la alcaldía de Vinto levanta una capilla
en honor a la Virgen de Urqupiña
con dinero del gobierno italiano.)
Y cerrando el grupo, Juan (el conductor del trufis
en el que viajamos esa tarde)
hombre de Quillacollo, silencioso aunque trilingüe.

El sol,
que en Amsterdam (dicen)
da su exacto color a las cosas,
o que en Lisboa elimina los tonos medios,
es un cuchillo de luz en Cochabamba,
un fantasma de vidrio
que ingresa en la cámara oscura
de tu máquina fotográfica,
un emisario del Inca
viajando en los destellos del tiempo.
Tierra aquí
tierra allá,
rota una y mil veces
el planeta en todas sus partículas.

Al fondo de la vista:
el pico del cerro Tunari
(5.000 metros sobre el nivel del mar)
telón exagerado, si se quiere
para fotografía tan modesta.

                                            (Quillacollo, Bolivia, 4/10/1990)


El cine nuestro de cada día


Matilde le lava la cabeza al señor Doneker,
mientras Antoine le acaricia las nalgas,
la panza y el pubis, a Matilde ( por supuesto).
Todo sucede en El marido de la peluquera
una película de Patrice Leconte de 1990.
Antoine es Jean Rochefort
y Matilde es Anna Galiena
(Dios existe, Anna).

Matilde, la esposa de Paul Verlaine,
está en Bruselas, Bélgica,
desnudándose en una habitación.
Matilde es Romane Bohringer
en El fuego y la sombra,
una película de Agnieszka Holland de 1995.
Dios sigue existiendo.
El nombre Matilde también,
al menos en el cine.

El personaje de Melanie Lynskey
en Criaturas celestiales
(de Peter Jackson, Australia, 1994)
se llama Paulina, así nomás, a secas.
Si se llamara Matilde
esto sería una experiencia religiosa.





Rogelio Ramos Signes (San Juan,  1950) vivió en Rosario, provincia de Santa Fe, en los años 60; y reside en Tucumán desde 1972. Ha publicado el libro de cuentos Las escamas del señor Crisolaras (1983), las nouvelles Diario del tiempo en la nieve (1985) y En los límites del aire, de Heraldo Cuevas (Premio “Más Allá” a la Mejor Novela de Ciencia Ficción publicada en la Argentina durante 1986), el libro de poemas Soledad del mono en compañía (1994), los volúmenes de artículos en ensayos Polvo de ladrillos (1995), El ombligo de piedra (dos ediciones en 2000 y 2001) y Un erizo en el andamio (2006), en la novela para jóvenes En busca de los vestuarios (2005).
Tiene más de 20 libros inéditos en diferentes disciplinas. Ha sido incluido en varios diccionarios de la literatura y en antologías nacionales e internacionales. Colabora con publicaciones de la Argentina, España, México, Colombia, Venezuela, Chile, Francia y los Estados Unidos.
Parte de su poesía ha sido traducida al francés, y parte de su narrativa, al inglés.
Ha coordinado talleres literarios y ha dictado conferencias sobre temas inherentes a la literatura en diversos encuentros y congresos.
Los poemas que componen La casa de té pertenecen a diferentes publicaciones en revistas, suplementos literarios, antologías, páginas web y a los libros inéditos Este desmesurado subtrópico, Composiciones náufragas, Poemas tontitos, Cierto pájaro, Poesía en el laboratorio, Epigramas nena, Gutenberg cooperativa de riesgo, El décimo verso (en proceso de impresión), Las bellaquerías detrás de la puerta, Linchamientos en el patio, En honor y vértigo y Décimas blancas. No se incluyen textos de los libros Arca de otro diluvio, Banalidades, Como una casuarina silbando en el médano, Hotel Carballido, Pretérito inconcluso y Tras el Amta Huazihul de cuchillo y lagarto a la cintura, por tratarse de obras conceptuales, de estructura unitaria.