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lunes, 16 de mayo de 2011

Bogotá: XIX Festival Internacional de Poesía.

Bogotá, 2011









Este año, el Festival Internacional de Poesía de Bogotá ( 5-12 de mayo) celebró su versión número XIX convocando a lo más selecto del género a un evento en el que los asistentes  compartieron sus experiencias  con poetas de diferentes nacionalidades y lenguas, conformando un escenario propicio para rendir homenaje a la poesía.

El Festival, fundado y dirigido por el poeta  Rafael del Castillo,  decano de los de su tipo en Latinoamérica, es un evento concertado de forma permanente y formal con el Ministerio de Cultura y se viene realizando anualmente de manera ininterrumpida desde 1992.

Rafael del Castillo, EM


Cuenta además con el apoyo de otras entidades oficiales como la Secretaría de Cultura y el apoyo directo de representaciones diplomáticas acreditadas en Colombia; así como con el de diversas instituciones comprometidas con el desarrollo cultural en Colombia como la Universidad Pedagógica Nacional, la Feria Internacional del Libro, la Cámara Colombiana de la Industria Editorial, el Gimnasio Moderno, la Universidad Nacional de Colombia, Colsubsidio, Biblored y el Fondo de Cultura Económica, entre otros.

En esta versión participaron poetas de Argentina, Colombia, Cuba, España, Guatemala, y Venezuela. El aporte especial de otras lenguas estuvo a cargo de escritores provenientes de Canadá, Estados Unidos y Sri Lanka.

Entre los poetas participantes se destacaron importantes voces de la poesía contemporánea como los poetas Stephanie Alcantar de México; Esteban Moore de Argentina; Víctor Rodríguez Núñez de Cuba; Alejandro Luque de Diego, Uberto Stabile, Jaume Pont, Jordi Virallonga, Luis Miguel Madrid y Ramón Ripoll de España; Humberto Ak'Abal de Guatemala,  José Javier Sánchez de Venezuela e Indram Amirthanayagam de Estados Unidos.

Humberto Ak'abal, Víctor Rodríguez Nuñez, EM


El evento rindió un  homenaje al maestro CARLOS EDMUNDO DE ORY (Cádiz, España, 1923 – 2010)  creador del Postismo a quien se le dedicaron exposiciones y documentales así como la publicación de una antología poética de su obra, acompañada por textos de autores iberoamericanos con fotografías sobre su vida y obra. 

Adicionalmente se llevaron a cabo otras actividades que de una u otra forma refuerzan el compromiso con la poesía, sus temáticas y cultores como  el homenaje al  poeta colombiano de reconocida trayectoria e incidencia, el maestro JAIME GARCÍA MAFFLA a quien se dedicó una publicación que incluye una antología sobre su obra.
Asimismo se dictó el  curso  denominado “POESÍA, VOZ PLURAL” que reunió a las destacadas  poetas  Maruja Vieira, Patricia Ariza, Liliana Gastelbondo, Luz Helena Cordero  y Luz Mery Giraldo.   Los poetas invitados tuvieron oportunidad de leer sus textos en Valledupar, Cali, Medellín y Cartagena.    

EM, Lectura Feria del Libro.


Luis Miguel Madrid: El sacrificio de ganar.

Luis Miguel Madrid

















DOLENCIAS

El sacrificio de ganar
Me duele el pelo cuando pienso en ti,
cuando pienso en ti me duelen las plaquetas,
las anginas operadas en el 75 y los huecos
que tengo entre los dedos de los pies.
Son achaques entrañables que me alivian
de aquellas otras dolencias que sufría
cuando te conseguía olvidar.

LA PENÚLTIMA

El cine de las sábanas blancas
Mentir no es grave cuando andamos
casi ya de retirada, apurando la penúltima
en el último bar.
Tampoco las verdades tienen importancia
cuando estamos a punto de ser nadie,
poco antes de caer sobre los charcos
de las seis de la mañana.
En esos momentos uno lo comprende todo,
por ejemplo,
que lo importante pasó de largo
y  de la vida sólo conoció los arrabales

OLVIDOS

El sacrificio de ganar
Para Eva
Junto a ti me olvido de los papeles leídos,
de los cuadros vistos, de toda aquella cultura estabulada,
del arte de subasta, de los genios repetidos
con los que gastaba cuatro noches por semana
y todas las mañanas de domingo.
Junto a ti me pongo un güisqui
y me desparramo en el sofá
extasiado en el oficio de mirarte.

YO NO SÉ

El cine de las sábanas blancas
Me echaría novia pero el caso
es que no tengo interés ni vocación.
Tampoco tengo muy claro para qué puede servirme,
ni cómo se usa, cuánto dura la garantía,
y si llegado el caso,  se puede devolver
recuperando el tiempo y los sentidos abonados.


LUIS MIGUEL MADRID (Madrid, España, 1960) Se licenció en Filología Hispánica en la Universidad Complutense especializándose en literatura hispanoamericana y relativismo centrípeto.
Su actividad literaria abarca una variada producción como poeta: Rua das janelas verdes –Premio Internacional Arcipreste de Hita-, La caja italiana, Bomarzo, María de los demonios, El cine de las sábanas blancas, etc; como dramaturgo: Coño, El día que me hice caca, Tripa de guanajo, Dulce desazón, etc, y también como cuentista, crítico literario, letrista o chascarrillero.
Es fundador y director de la revista de cultura BABAB, socio fundador de ARDE (Asociación de Revistas Digitales de España), presidente de la sociedad editora MAÑANA ES ARTE y colaborador en diversas revistas y organizaciones artísticas.
Ha sido seleccionado para representar a España en el Festival Internacional de Poesía de Bogotá (Ediciones XIII, XV, XVII, y XIX) y Feria del Libro de Manizales, habiendo sido seleccionado y publicado en varias antologías de poetas españoles/colombianos.
Con El sacrificio de ganar Luis Miguel Madrid cierra un ciclo poético repleto de contradicciones, completando por fin una ideología difícil de explicar.




Rogelio Ramos Signes: Poemas.

Rogelio Ramos Signes



















Diario de ruta

No es niebla. Es humo lo que acontece en el paisaje.
Pasto seco que difunde su noticia con el viento,
concordia fugaz de antiguos adversarios.
Ella frena el motor de sus pensamientos
centímetros antes del precipicio.
Es mujer en desapego a los milagros
que ingresa y se retira de los espejismos
como quien bebe de una fuente sin dar las gracias.
Ella es un mantel de hilo que se agita sin premura,
promesa de desayunos bajo un árbol
en la vera cruz de dos caminos con historia.
El mundo la protege aunque ambos lo nieguen.
Profecías como caligramas. Gatos como perros.
Arsenal de palabras en desuso, por ahora,
que se resolverán en frases de caprichoso sentido.
Como un director de orquesta con su batuta
ella espanta las moscas con una rama de sauce.
Pronto llegará la lluvia a decretar finales.
Mientras tanto es humo lo que ocurre,
mensajes indios de dolor irreparable
volviéndose hilachas al paso de los camiones.


El fin de los bosques

Detrás de estos árboles
milagrosamente verdes
avanza otro mundo.
Las orugas mecánicas multiplican el desierto
y estás aquí
al alcance de mi mano
mirándome
preguntándome sin palabras
qué será de ustedes:
“¿Qué será de nosotros?”.
Como en mis sueños te he visto anciana
sé que sobrevivirás.
Sé también que criarás niños tuyos
aunque ignoro si serán nuestros.
Debo confesarte que he tratado de soñarme
pero no he podido.
El desierto avanza sin atenuantes,
Dios está de licencia,
mañana es asueto en la administración pública
y el jueves no tendremos ni siquiera
el alivio de esta sombra.

Acerca de una foto al pie del Tunari

La que sonríe sutilmente en la fotografía
frente a los portones
de la granja Patiño, en Pairumani,
es Marlén, de 14 años,
hija del señor Muriel
(desconocido por este cronista)
y de doña Etrudes Calatayud
(también en la foto)
48 años, desdentada ya,
de diestro y jocoso quichua.
A su lado, la señora Felisa
vecina del poblado de Vinto
de multisonoro aymara.
      (Se dice que la alcaldía de Vinto levanta una capilla
en honor a la Virgen de Urqupiña
con dinero del gobierno italiano.)
Y cerrando el grupo, Juan (el conductor del trufis
en el que viajamos esa tarde)
hombre de Quillacollo, silencioso aunque trilingüe.

El sol,
que en Amsterdam (dicen)
da su exacto color a las cosas,
o que en Lisboa elimina los tonos medios,
es un cuchillo de luz en Cochabamba,
un fantasma de vidrio
que ingresa en la cámara oscura
de tu máquina fotográfica,
un emisario del Inca
viajando en los destellos del tiempo.
Tierra aquí
tierra allá,
rota una y mil veces
el planeta en todas sus partículas.

Al fondo de la vista:
el pico del cerro Tunari
(5.000 metros sobre el nivel del mar)
telón exagerado, si se quiere
para fotografía tan modesta.

                                            (Quillacollo, Bolivia, 4/10/1990)


El cine nuestro de cada día


Matilde le lava la cabeza al señor Doneker,
mientras Antoine le acaricia las nalgas,
la panza y el pubis, a Matilde ( por supuesto).
Todo sucede en El marido de la peluquera
una película de Patrice Leconte de 1990.
Antoine es Jean Rochefort
y Matilde es Anna Galiena
(Dios existe, Anna).

Matilde, la esposa de Paul Verlaine,
está en Bruselas, Bélgica,
desnudándose en una habitación.
Matilde es Romane Bohringer
en El fuego y la sombra,
una película de Agnieszka Holland de 1995.
Dios sigue existiendo.
El nombre Matilde también,
al menos en el cine.

El personaje de Melanie Lynskey
en Criaturas celestiales
(de Peter Jackson, Australia, 1994)
se llama Paulina, así nomás, a secas.
Si se llamara Matilde
esto sería una experiencia religiosa.





Rogelio Ramos Signes (San Juan,  1950) vivió en Rosario, provincia de Santa Fe, en los años 60; y reside en Tucumán desde 1972. Ha publicado el libro de cuentos Las escamas del señor Crisolaras (1983), las nouvelles Diario del tiempo en la nieve (1985) y En los límites del aire, de Heraldo Cuevas (Premio “Más Allá” a la Mejor Novela de Ciencia Ficción publicada en la Argentina durante 1986), el libro de poemas Soledad del mono en compañía (1994), los volúmenes de artículos en ensayos Polvo de ladrillos (1995), El ombligo de piedra (dos ediciones en 2000 y 2001) y Un erizo en el andamio (2006), en la novela para jóvenes En busca de los vestuarios (2005).
Tiene más de 20 libros inéditos en diferentes disciplinas. Ha sido incluido en varios diccionarios de la literatura y en antologías nacionales e internacionales. Colabora con publicaciones de la Argentina, España, México, Colombia, Venezuela, Chile, Francia y los Estados Unidos.
Parte de su poesía ha sido traducida al francés, y parte de su narrativa, al inglés.
Ha coordinado talleres literarios y ha dictado conferencias sobre temas inherentes a la literatura en diversos encuentros y congresos.
Los poemas que componen La casa de té pertenecen a diferentes publicaciones en revistas, suplementos literarios, antologías, páginas web y a los libros inéditos Este desmesurado subtrópico, Composiciones náufragas, Poemas tontitos, Cierto pájaro, Poesía en el laboratorio, Epigramas nena, Gutenberg cooperativa de riesgo, El décimo verso (en proceso de impresión), Las bellaquerías detrás de la puerta, Linchamientos en el patio, En honor y vértigo y Décimas blancas. No se incluyen textos de los libros Arca de otro diluvio, Banalidades, Como una casuarina silbando en el médano, Hotel Carballido, Pretérito inconcluso y Tras el Amta Huazihul de cuchillo y lagarto a la cintura, por tratarse de obras conceptuales, de estructura unitaria.



Florencia Gargiulo: Travesti.

Florencia Gargiulo
















Travesti


Te vistes, desvistes, avestruz de luces punzantes
Y agria es la aceptación de tu derivado
Eres la mala ecuación del mundo desconcentrado,
Que te conoce y prefiere ignorarte
Para luego acusarte, de perversión y enfermedad
Y...Acaso, en este mundo de sombras enmascaradas
¿Nosotros, no nos travestimos?

¡Ja!

Y ay pucha que es fácil mirar con bata, café y faso
Ese carnicero, chorizo regalado
Que el dólar aumentó, la papa esta cara, huelgas, 
Y Ernesto mató a 3 hombres.
Todas las noches te desnudan con los faroles
Agazapados te miran, babeados por la publicidad,
De tus pechos, no madre, leche no dan.

Cuan filosa es tu lengua y cuan firmes tus piernas
Caballo salvaje, para soportar tanta podrida huerta
Que la noche es fría, y esos tacones rojos,
OH, guerrera mía, hacen eco en tu soledad marchita
Que tiene sueños como yo, que fue un bebe como vos
¿Quiénes somos nosotros para juzgar?
Y bueno, si ese tatuaje en tu pecho hablara mujer.


Rompe- cabezas


Desde que mamá murió,
En todas las madres veo a mi madre,
Como si se proyectara claramente hacía mí,
Un holograma de su sonrisa en otro cuerpo;
Sutiles movimientos,
Miradas, formas, palabras, tonalidades.

Pequeños destellos de oro,
Que se me pegan como un imán al metal en mi piel,
Y yo solo me enternezco, y me dejo caer,
En aquellas pestañas ajenas, que no puedo tener

Desde que ella murió,
Desde que la reina no irrumpe en mis palabras,
Yo solo poseo las piezas imaginarias,
De cada madre que no es la mía,
Y con todas las piezas posiblemente infinitas,
Formo mi rompecabezas del olvido

Auque no es mi cabeza la que ha roto,
Y el olvido no sea la respuesta
Me enamoro de cada palabra,
Como un buzo usado que, alguien tejió y yo compré.


Florencia Mayra Gargiulo (Buenos Aires, 1991) Poeta.