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miércoles, 28 de marzo de 2012

Rodolfo Alonso: Poemas pendientes.

Rodolfo Alonso (Ouro Preto, Brasil)






















Oui, Madame, je m’appelle Lyon


El hombre hermoso y su perro cortejan a la fornida señorita.

El perro hace ejercicios de destreza para distraerlos, como si fuera un burgués
 amaestrado.

La fornida señorita, hija de la cortesía, amó al perro y se escapó con él para
 dedicarse a la piratería.

Mantuvieron una delicada amistad con el capellán dominico, pero el 
contramaestre los expulsó de la nave.

Desde entonces bogan.


El amor del siglo

a Jacques Prévert,
                                                                                          evidentemente

Este amor
amenazado por la infamia
de sus propias infamias,
este amor rondado por la sombra,
asediado por la ruptura,
resquebrajado,
este amor
capaz de darlo todo,
sumamente incapaz,
este amor desconfiado,
que se teme imposible,
este amor
que no puede explicarse,
ni prestar atención,
ni hacer favores,
este amor
azuzado por los celos
y por el mal humor,
por la impaciencia,
por la desdicha
o el simple dolor,
este amor perdurable,
efímero,
fuerte, profundo,
desigual, vencido,
este amor que se arrastra,
implora, tarda,
este amor
que no puede
consigo mismo,
que puede
apenas vislumbrarse,
asomarse,
darse a conocer
apenas,
este amor que duda,
que inunda,
que arrastra,
que ensombrece,
este amor desmesurado,
espléndido,
egoísta, pequeño,
este amor que se inclina,
que bebe allá en tu sombra,
que se asombra, que muerde,
que desmenuza, que hunde,
este amor que se aturde,
que chilla, que rechina,
este amor reluciente,
resplandeciente, altivo,
este amor que se vende,
este amor
libre en el viento,
esclavo en la ciudad,
este amor que no sabe,
que sabe
(o le parece),
este amor que hierve,
que fermenta,
este amor cobarde,
vanidoso,
inaccesible, fiero,
este amor poco explícito, poco
comunicativo, poco todo,
este amor que no puede,
que no se anima,
que no sabe si es amor,
este amor complicado, antojadizo,
poco experimentado,
este amor quebradizo,
que no merece ni siquiera ese nombre,
este amor que fracasa,
que no puede salvarse,
que no logra vivir,
este amor que no da explicaciones,
que no alcanza a explicarse,
que no se hace entender,
que no se entiende,
este amor que no sabe
que no puede durar,
este amor que no quiere la guerra
y que da guerra.


Después


Después de desconfianzas y terrores
fracasos y conquistas
después del vino bueno y el mal gusto
la palabra adecuada
el paso en falso

Después del desafío y la esperanza
la mirada inicial
lo que nos duele

Después de la tormenta y el aroma
estruendoso de la tierra ofrecida
después de los relámpagos
feroces de la suerte
la hembra en ansia
la canción del mendigo
los sueños que vendrán
los médanos del hábito

Después de derrochar el día indicado
después de ser de hacer
de hacer posible
e imperecedero lo imposible
después de haber llegado tarde
cuando no lo esperaban

Después del tiempo roto
el alba intacta
después de borrar huellas
de unos pasos perdidos
de abrazar la costumbre
para que no la dejes

Tiene cara de pocos amigos la mañana
hablas para no verte
te tapas con tu sombra
y la sombra futura se acrecienta
para ocultar el mundo
inusualmente vivo

Los clarines del día
le devuelven sentido te reinstalan
en la vida que no te necesita
en el despiadado amanecer

Y en la ávida sombra
con que el abismo te enceguece
algo nos vive o se burla de nosotros
o es tal vez puro azar puro nonsense
estalla la poesía el porvenir
se hace historia quebrada en este instante
aquí y ahora para siempre


Crónicas del Proceso
a Franz Kafka,
      con toda modestia

Parecía presumirse un panorama
preferible: una fraternidad latente, un coro
subyugado. Pero la cosa vino a dar
en cambalache apenas, mancebía,
trastienda de tartufo, cuchitril
de usurero, lenocinio, caverna
de bandoleros pobres,  noche de miserables
lomos mojados por la lluvia
que nunca cesará.


Un jazmín del país para el regreso
de Alfredo Zitarrosa a su país

el pájaro-zitarrosa vuelve con la primera luz de amanecer
a su país delicado y temible

es un país pequeño es una luz pequeña
pero la voz cantora es grande como el mundo

tuvo que irse con las primeras sombras
largas o no pero sombras de tiempo de amenaza

hoy sigue siendo un cantorcito patético y cordial
(como sus guitarristas inefables como un país vecino)

que vuelve a entre los suyos contento de estar junto
a su pueblo sus aires sus vientos sus palabras

en medio del alba que todavía no se mostró del todo
en medio de la vida que asoma otra vez la cabeza

una esperanza cruje rechina se levanta
pequeña como una voz enorme como el mundo

liviana honda indeleble entrañable infinita


Funeral del álamo

Daba luz, daba lumbre,
daba ánimo.

Una plaga ha roído
por dentro hasta matarlo
al árbol más querido, al
estremecedor y estremecido
álamo carolina
que desde la vereda
con el viento en sus hojas
daba voz a mi casa.

Yo me he quedado mudo
con él.

Y el mismo Haroldo Conti
(quizá, seguramente)
dondequiera que esté
pensando en su balada
también habrá hecho una mueca
de disgusto.







Textos incluidos en “Poemas pendientes”, de Rodolfo Alonso, con prólogo de Lêdo Ivo (Alción Editora, Córdoba, 2010). Reeditado en México por la Universidad Veracruzana (Xalapa, 2011). En curso de traducción para su edición en Brasil (Topbooks Editora, Rio de Janeiro).


R.A. (Tilcara, Argentina)
RODOLFO ALONSO (Buenos Aires,1934) Poeta, traductor, ensayista y ex editor argentino. Es una voz reconocida de la poesía latinoamericana contemporánea. Fue el más joven de la legendaria revista de vanguardia “Poesía Buenos Aires”. A partir de “Salud o nada”, publicó más de 30 libros, la mayoría de poemas pero también de ensayo y narrativa. Dirigió su propia editorial, que llegó a publicar 260 títulos. Primer traductor de todos los heterónimos de Fernando Pessoa en castellano, que fue también la primera en América Latina (1961). Tradujo asimismo a muchos otros importantes autores del francés, italiano, portugués y gallego, entre ellos Cesare Pavese, Giuseppe Ungaretti, Paul Éluard, Marguerite Duras, Eugenio Montale, Carlos Drummond de Andrade, Jacques Prévert, Dino Campana, Antonin Artaud, Guillaume Apollinaire, Pier Paolo Pasolini, Charles Baudelaire, Murilo Mendes, Antonin Artaud, Manuel Bandeira, Rosalía de Castro, Paul Valéry, Olavo Bilac, Stéphane Mallarmé, André Breton, Lêdo Ivo, Georges Schehadé, etc. Antologías y libros suyos fueron publicadas en Argentina, Bélgica, Colombia, España, México, Venezuela, Francia, Brasil, Italia, Cuba, Chile. Escribió textos para cine, como el célebre corto metraje “Faena”. También ha escrito sobre artes visuales, y muchos de sus libros fueron ilustrados por grandes artistas argentinos. Premio Nacional de Poesía (1997), junto a Juan Gelman. Orden “Alejo Zuloaga” de la Universidad de Carabobo (Venezuela, 2002). Gran Premio de Honor de la Fundación Argentina para la Poesía (2004). Palmas Académicas de la Academia Brasileña de Letras (2005). Premio Único de Ensayo Inédito de la Ciudad de Buenos Aires (2005). Premio Festival Internacional de Poesía de Medellín (Colombia, 2006).