Esteban Moore, Horacio Verzi. |
Llegamos a la casa pasado el
mediodía/ fuimos recibidos por perros
ladradores
Ya se sabe lo que dicen: perro que
ladra…. / Sin embargo y por las dudas
que…
con cordialidad criolla/ a falta de timbre
batimos palmas
hasta que salieron los dueños de casa
----------------------y nos
abrieron el portón
Luego de los saludos y las
presentaciones de rigor
fuimos guiados en ordenada
procesión al patio trasero
donde nos acomodamos alrededor de
una mesa
/frente a la parrilla
a la sombra de un limonero cuyo
agrio perfume cítrico
flotaba intenso
en el aire -impregnando las fosas
nasales
alguien que declaró sufrir de
antiguo una alergia
--se
retiró un par de metros
El rostro de uno de los comensales
quedó casi oculto
detrás de una rama cargada de
limones que le rozaban la cabeza
Le ofrecieron hacerle lugar para
que pudiera correr su silla
/ponerse más cómodo
-aseguró estar bien --al tiempo que
confesó
que en toda su vida “nunca había
visto un limonero”
Entonces observó extasiado los
frutos en las ramas
-- acarició uno de ellos con la
yema de los dedos
Se lo veía más contento que gringo con tractor nuevo
Estirando el cuello olió un limón
aún verde
lo olfateó frunciendo la nariz
-inhalando el ácido -penetrante aroma
Debido a la insistencia del
alérgico se decidió mudar la mesa
al jardín del frente -a la sombra
de un ciprés calvo y un rojo ciruelo
que nos protegían del sol y su
blanquísima luz ardiente
Allí en ese selvático jardín
rodeados de madreselvas en flor /
y pitangas
observamos la mesa plena -las
rebosantes fuentes
/para el copetín
Mesa de entradas frías. |
salamines, aceitunas, gustosos quesos caseros
y por supuesto escocés y cerveza
oriental marca Patricia
–rubia entre las rubias–
una cerveza para recordar a mujeres
dulces de ojos claros
Instantánea de un sector del parrillero. |
Más tarde
vendrían morcillas saladas y
rellenas con nueces
/avellanas y almendras
las bandejas cargadas de chotos,
mollejas, ubre
/ las primeras piezas de asado
el jugoso lomo vacuno -pecho de
cerdo -un costillar de cordero
ensaladas multicolores y vino
de marca variada y cepa única
Tannat
Se habló mucho y a boca llena
alguien mencionó la pampa y esta
supo ejercer su magia
/en la conversación
sin embargo no hubo coincidencia
posible
–Sí..........
la connotación fue diversa
Uno de los presentes comentó que
para él representaba el desierto
los arenales salitrosos que
cuartean los rostros -carcomen los
cuerpos
secan las vías respiratorias
Otro
la imaginaba tendida y plana como
una mar dormida
-húmeda -feraz
el granero del mundo
No faltó quién la describió
quebrada por arboladas cuchillas
/ poblada de vacunos y gauchos
La pampa fue también ese día
la llanura de variados verdes del
sur de Brasil -el galope de los caballos
-el grito de los domadores pialando potros
Y también un tambo perdido en el
norte uruguayo
-donde un vasco –antes de que
aclarara ya le estaba tirando
/la teta a las vacas
Quizás nos faltó la presencia de un patagónico
para brindarnos una acabada imagen
del asunto –pero como se sabe
estos habitantes del sur
/no acostumbran
reunirse con gente de a caballo
Entre una cosa y otra llegó el
postre –frutas y helado
Alguien mencionó la madreselva que
estaba en flor
y el que nunca había visto un
limonero dijo:
“A las madreselvas las conozco
solamente por el tango”
Entonces consideré apropiado
levantarme de la mesa
-saludar y retirarme
pues como ya sabrán ustedes –hablar
del tango en la patria de Artigas
puede resultar para un argentino
/cuestión de riesgo
a los comensales:
Isabel Romero, Enrique Butti,
Mario Delgado Aparaín, Hernán Rivera Letellier, Luis Pereira, Leonardo
Martínez, Tabajara Ruas , Enrique Bacci
y al maestro asador Horacio Verzi.
Luego del asado, los dueños de casa Isabel y Horacio (Maestro Asador), se toman un respiro en su glorieta. |
Horacio Verzi (Montevideo, Uruguay, 1947). Narrador, ensayista,
periodista y docente . En 1983 obtuvo el Primer Premio de Narrativa
del Certamen Anual Latinoamericano EDUCA en Costa Rica por la novela “El
mismo invisible pecho del cielo”. Ha publicado las novelas “La otra
orilla” (Montevideo, 1987), “Los caballos lunares” (Montevideo, 1991) y
“Toda la muerte” (Montevideo,1999; mención en la categoría de novela
inédita en el concurso anual 1998 del Ministerio de Educación y Cultura del
Uruguay). Su relato “Reliquia familiar” obtuvo el Premio Iberoamericano de
Cuento Julio Cortázar (Cuba, 2004). En ensayo dio a conocer parcialmente el aún
inédito: ENTRE LA
EXPECTACIÓN Y EL DESENCANTO. Construcción y
autorreconocimiento de la identidad personal en la poesía y la narrativa de
Jorge Luis Borges (2010).
Horacio Verzi ejerció la docencia en La Habana, Cuba
(1977-1982) y trabajó como investigador en el Centro de
investigaciones literarias de Casa de las Américas (1981-1985). Asimismo
se desempeñó como redactor, corresponsal y editor de noticias en distintos
medios periodísticos en países de América Central y el Caribe. Su novela El
Infinito es Sólo una Forma de Hablar (2011) mereció el Premio Nacional de Literatura del Uruguay.