Jorge Guillén |
‘Dios te salve, te guié y te dé alas,
padre polvo que vas al futuro.’
César Vallejo
1
Aquella
antigua patria
debió
afrontar la gran edad moderna,
que
es un “un antiguo error”. Y no lo quiso.
Y
emprendió un retroceso violento.
Años
atroces, años de fracaso,
de fracaso esencial: una cruzada.
Tiranía. Bienestar.
Tantos coches por la calle
justifican que no hable
la
voz libre de la gente,
el espíritu viviente.
Tiranía. Corrupción.
2
Nos
sonroja nuestra Historia:
la
época del secuestro.
Esa
confusión de ideas
alcanza
un grado siniestro.
Los
criminales se crecen
inspirados
por el estro
de
la gran Revolución:
“el
sumo derecho nuestro.”
Monstruo
al fin el asesino,
que
es ya fantasma de espectro.
3
‘On murder considered as one of the fine arts’
De Quincey
Españoles
castizos,
absolutistas,
quieren
llenar de muertos
sus
grandes listas.
Todo
muy serio.
Ya
no hay lugar más grato
que
el cementerio.
4
Muchísimos asesinatos fueron
imprescindibles
para
crear y mantener la base
del
poder absoluto: el terror colectivo.
pero
el asesinato no es negocio.
El
hambre, siempre el hambre.
Tecnócratas
al cabo de los años,
ingeniosos
tecnócratas
inventaron
remedios.
Y
ante Dios y los hombres pudo justificarse
todo
lo criminal y el poder absoluto.
Razón,
la Economía.
¿Lo esencial será eso?
5
La
vida avanza plural.
no
según rigor de clave.
Inextinto
el material.
Tiempo
de espera. ¡Quién sabe!
6
¿El
vivir de tumbo en tumbo?
“Soñemos,
alma, soñemos.”
Inventemos
vida y rumbo.
7
Un
fondo inquisitorial
-Disparate-
Y
un autócrata moderno
-No hay debate-
Forman
un solo caudal,
río Orate
que
aspira a ser río Eterno.
8
Y
lúcido, pérfido, cáustico,
sin
saber de miel ni laurel,
escoge
la tabla de piedra
para
inscribir: “Me soy muy fiel.”
Nadie
más libre. Dictador.
¡Alabado
sea el peor!
9
Una
agonía muy larga.
En
sus concéntricos círculos
una
atención general
mezcla
iracundias y cálculos,
augurios
quizás de paz.
Otra
vez asoma el alba.
Los
gallos quieren cantar.
10
Muere
el tirano, muere el tiranismo.
Los
cómplices en duelo se lamentan
y
se yerguen, tonantes, militantes,
y
cada diez minutos
estalla
un cañonazo
con
fragor clamoroso,
que
resume el terror de aquella historia.
Fragor,
terror, final apoteosis
a
la desesperada…
11
Manuel Azaña
In memoriam
Sucedió.
La paz victoriosa
con un rigor
de tiranía
se impuso a los vencidos —siempre.
La tiranía, sí, se acaba.
No hay régimen sin Vencedores.
Aquella guerra, sí, se pierde.
12
Estalló entonces el acontecimiento
después de cuarenta años implacables,
a los cuarenta en punto de la Historia.
Y se irguieron los más pisoteados.
Víctimas respiraron en las cárceles
a los cuarenta en punto de la Historia.
Se estremecieron cómplices solemnes,
crujieron uniformes con sus cruces
a los cuarenta en punto de la Historia.
Sonrieron al
sol los perseguidos,
sus lares restauraron los dispersos
a los cuarenta en punto de la Historia.
Se sintieron felices las palabras,
volaron por el aire más que pájaros
a los cuarenta en punto de la Historia.
Bajo la omnipotencia del Poder,
entre ritos y prósperos negocios
a los cuarenta en punto de la Historia.
¿O eran las cinco en punto de la tarde?
Eran años –cuarenta- fugitivos,
a los cuarenta en punto, punto, punto.
13
a Víctor Navarro
—¿Qué es una guerra civil?
—Matanza entre discrepantes.
Atención: cada viviente
podría ser fusilado
bajo el mismo crimen, único.
Pude yo también morir.
El pueblo español en
pie de guerra
contra sí
mismo.
Juan
Gil-Albert
14
Época de gran mudanza.
Por fin se avanza.
Hay grillos en una olla.
Todo se embrolla.
De nuevo como otra vez.
Qué pesadez.
La Historia de esa Península.
Ínsula, ínsula.
Se ahoga en el agua el pez.
15
El bien y el mal siempre ju8ntos
ofrece el vivir humano.
Distinción capitalísima:
muchos son los incapaces
de asesinar a los hombres.
lector: no has matado a nadie.
Ni yo. Seremos amigos.
16
“Ce mot espagnol me plaît à plusieurs visages:
‘Defiéndame
Dios de mí.’”
Montaigne, Essais, 3 XIII.
Lleguemos al momento por fin equilibrado.
Atrévete a decirte, español tan patriota:
defiéndame Dios de mí.
Ese eterno proceso en retroceso,
mientras se esperan músicas divinas,
no impide a un corazón lanzarse ileso
tras ti, oh Paz, y lo que tu combinas.
17
Después de tantos años de poder absoluto
fundado en el terror —mata, miente, corrompe—
y tan honda la crisis general de la época,
degradación confusa de todo lo supremo,
desesperados hay con rabia, con desánimo
sin una perspectiva que implique actividad.
Nunca simplifiquemos: nula visión abstracta
sin contacto preciso con las siempre complejas,
distintas realidades y sus contradicciones,
que admiten una ayuda de esfuerzo esperanzado,
hostil a ese abandono del cobarde suicidio.
¿Quién va creando la historia?
Retroceso no habrá.
Su extensa obra reunida bajo el título de Aire nuestro es una intensa reflexión sobre la naturaleza, la historia y el destino del hombre. Su obra podría considerarse un único poema, preciso, sencillo y despojado, en el que se destaca una variada intertextualidad, la sátira política y la condena moral. La primera versión de una de las secciones de Aire nuestro, Cántico, quizás la más conocida y emblemática de su producción fue publicada por la Revista de Occidente en 1928 y constaba de 75 poemas; la final que incluyó 334 poemas fue publicada en Buenos Aires (1950).