Myra Jara |
DESPUÉS DE DISTRAERME con los hombres me queda casi
siempre una sensación borrosa,
saciedad, o a veces nada, a veces un vacío catárquico
y conmovedor.
Tengo un tubo metálico que libera violencia ¿te
parezco violenta? pues lo soy, soy la dueña del tubo.
Las repeticiones y los ciclos me ocurrirán, tendré
siempre que expulsar cosas básicas de mi cuerpo, expulsar y obsesionarme
mecánicamente.
yo duermo con dos criaturas: un niño que sufre y uno
que hace sufrir. los dejo en la mañana para que si quieren se destruyan.
no les dejo cuartos, ni casas, no hay baños, creo que
no hay dolor… hay sobre todo divagación.
MI BOCA de la enfermedad no es grotesca
la rodea un pudor infantil, vanidad, aburrimiento
mientras él me dejaba
me lavaba la boca
ahora tiene una mujer ligeramente sensual
―sensualidad constructiva
y esa mujer tiene adultez
y también creación
ME INTERESAN las imágenes que a mí llegan y de mí
parten
y todo lo que gira en torno a mí
tiene la luz de mis ojos
todo lo que me conmueve
tiene impregnada la luz de mí.
el movimiento es blanco
la destrucción es blanca
HAY UN VIAJE en un tren de los italianos que te aleja
de Europa
El tren termina el recorrido en Ucrania, en un túnel
Las cabezas que descienden en el túnel Ucraniano se
mueven lentamente en el andén
Algunas cabezas se mueven hacia las escaleras
Las cabezas pequeñas de los niños se mueven, también
hay cabezas pequeñas de perros y de cisnes
Otras cabezas esperan en el andén por otro tren
A estas cabezas
quietas se les posan moscas negras e insectos
Quienes se embarquen, atravesarán la Siberia. Llegarán
a Mongolia,
Partirán después a pequeños lugares en el Asia.
El tren a Mongolia lo toman 10 o 15 personas
No suben todos los animales, hay quienes han tenido
que abandonar a sus perros y sus gallinas
La compañía no los quiere a todos
Acepta a veces a mujeres sin sus hijos
A hombres sin sus mujeres
Pocos entran en el tren, consigo llevan poco
Yo entro al tren cada mes, me llaman para que lo
limpie
Boto las cáscaras de los huevos, la cerveza, los
condones
Cuando termino de limpiar, respiro profundo
Escupo y
Me siento
Me llaman Señora los que vienen a darme el pago
Pero yo soy una mujer joven
He escogido el trabajo del tren para estar con las
vacas
Despreciar
La cantidad obscena de hambre.
No desprecio
El hambre, la sed de la gente subida con una idea de
aislamiento. Aquella que hará sutiles actos contra sí misma, en el Asia.
Así crece, eso es avejentar el mundo.
Limpio Mongolia
Voy fumando con una escoba por sus calles bárbaras
Sus habitantes son todos como frías abejas
Pero las mujeres son mejor como larvas, hinchadas,
salvajes y costureras
Limpio Mongolia y voy viajando
Cuando llego tengo sexo
Consigo hombres en el bar
Se van, antes me lavan el cuello.
En el tren, me lavan el cuello los obreros
Les voy contando cómo es mi hambre
El placer de la miseria ante el hambre.
Es necesario hacer miseria
Y les recuerdo mientras nos bañamos juntos, todos
desnudos:
Falta mucho para envejecer.
SABES CÓMO he venido de la cama hasta aquí?
Saliendo del corazón simple de la perra
Así llego, me siento aquí
Debo dinero a un hombre descortés
Debo dinero a un hombre vulgar que me ayudo a no
tenerte
No quiero pagarle. No tengo moral con él, quiero
robarle.
Por eso te hablo, ser pequeño
No dijiste nunca nada
Estar contigo por un mes fue exactamente como estar
sola
Te aborté en una hora, llegué adolorida al hotel que
renté.
A veces te recuerdo.
No eres exactamente un muerto.
Me siento sola.
Puedo recordarte y empezar a sentir algo por ti.
Tú eres mejor que un hijo.
De Mood (inédito)
Myra
Jara (Lima, 1987) Vive en Roma. Estudió
Humanidades en la
Pontificia Universidad Católica del Perú (Perú), la Jacobs University
Bremen (Alemania) y La
Sapienza (Italia); y practicó Danza Contemporánea en Lima y
Nueva York. Formó parte por dos años ―2012 y 2013― del staff del Festival Internacional de Poesía de Lima. Poemas suyos
han sido publicados en las revistas Le
Parole e Le Cose (Italia), La Otra (México) y Ny Tid (Finlandia).
Sobre la poesía de Myra Jara:
Es la única poeta seleccionada en esta muestra que no
cuenta con un poemario publicado a la fecha. Hasta ahora sus poemas solo han
circulado en revistas virtuales; no obstante, la potencia de sus versos, así
como lo novedoso en el tratamiento de algunos temas, me hace prever que consolidará
una voz a tener presente en la poesía peruana reciente. Su poesía divaga por
senderos en clave de confesión, con una visión crítica y a la vez distante de
sus propias experiencias, siendo esto último lo que le brinda objetividad a sus
versos. Algunos de los temas esenciales en su poesía son el recorrido por el
cuerpo como la geografía de una historia de tragedias o alegrías, así como la
pérdida como elemento detonador de la inspiración.
Mario Pera: Mirando sobre el heno. Muestra de poesía peruana reciente
Pesa. Pesa bastante y suele abrumar a no pocos el
saber que, de algún modo, eres heredero de las palabras de algunas de las más
grandes figuras de la poesía en lengua hispana. Tener entre esos “ascendientes
poéticos” a escritores de la talla de Eguren, Westphalen, Adán, Moro, Churata,
Eielson, Varela, Hinostroza, Cisneros o Watanabe, quienes conforman un
concierto bien afinado de voces, es una piedra muy pesada en el bagaje de
cualquier poeta. Y no hablo aquí de Vallejo por un olvido involuntario, sino
porque, por el altísimo nivel de su poesía, considero que este ha pasado a
formar parte de la tradición poética mundial, y no sólo de la peruana. Todos
estos poetas mencionados, y varios más, han elevado una valla tan inexpugnable
como espléndida para quienes apuestan en estos días por escribir poesía en el
Perú y publicarla. Siempre con la intención de estar a la altura de una de las
tradiciones líricas más sólidas e importantes en el siglo XX, como lo es la
peruana.
Sin embargo, llegados al nuevo siglo
y luego de un par de décadas en las que hubo un ensimismamiento de la poesía
peruana contemporánea (creo producto del conflicto social interno y de la
política represiva que gobernó el país en esos años), han saltado a la arena
nuevos autores quienes se encuentran en la ardua tarea de redefinir y
configurar un norte para la poesía escrita en un país que, valgan verdades,
poco o nada valora y aprecia la trascendental función que para su cultura,
identidad y desarrollo ostenta la poesía. Estos noveles poetas, quienes
iniciaron su obra en los primeros años de la década del 2000, y otros a partir
de la década del 2010, continúan en un caso condensando su propuesta y, en
otro, en plena indagación y estructuración de un proyecto poético personal.
Es en este panorama, quizá no tan
alentador, que han surgido las voces de poetas los que no tienen nada en común
pero que, de tenerlo, ese único punto es, a mi juicio, la responsabilidad y
voluntad férrea con la que abordan su labor creativa para acercarse (o
alejarse) del hecho poético y transitar por el centro y los límites, nunca bien
definidos, de la poesía.
En Mirando sobre el heno. Muestra
de poesía peruana reciente, mi intención es el
ofrecer una mirada a la poesía de autores peruanos nuevos, cuyo trabajo me
parece atendible y serio. Poetas a los que de manera arbitraria califico como
“jóvenes”, pese a que para muchos, sea por edad o por los méritos logrados por
su obra, ya no lo son. Como bien sabemos el criterio de juventud siempre tendrá
sus reparos, más aún en la poesía que es un terreno en el que aquel es un
concepto aleatorio, siendo que esta vez me decidí por fijar el límite de
selección para poetas que a la fecha (diciembre de 2014) han cumplido, máximo,
los 35 años de edad.
Se trata de poetas que han iniciado
su camino con la venida del nuevo siglo y quienes han nacido en distintas zonas
geográficas del país, por lo que proceden de entornos sociales y culturales
disímiles entre sí. Doce poetas peruanos, ocho de la capital y cuatro de
provincia, repitiendo estos mismos números en cuanto a género. Lo que espero
proporcione una visión general, jamás total, de lo que los poetas recientes
vienen creando por este lado del mundo.
Por supuesto, la presente muestra en
ningún momento pretende ser restrictiva o excluyente, y menos aún del tipo
canónico, pues ello sería un completo absurdo y, más, una necedad. Mi propósito
se centra aquí en dar a conocer parte de la obra lírica de jóvenes poetas
nacidos en Perú que, en mi criterio, merecen ser leídos con atención.