Washington Benavides |
Casi desparramado,
Bajo el quincho solidario
Pasan “músicos” que hace tanto
No venían a estos árboles,
Los músicos son unos pajaritos
De mediano tamaño, el dorso de color marrón oscuro,
casi acanelado el pecho.
Siempre en bando. Rápidos y fugaces
Sobre la avena estéril, sobre los pastos
Recién cortados por un operario.
Cantan. Una música que huele a pasto,
A reflejo de las nubes en la acequia,
A urgencias de apareo.
A dulce clima.
Ya se fueron. Volaron hacia otros campos.
Las desafinadas langostas verdes tratan
De mejorar sus arreglos
(No sea que Nicolo –el gran violinista
Iracundo- les quiebre sus arcos).
Sigo despatarrado. Increiblemente,una
Perdiz chica pasa junto a mi, sin empacho
Ni miedo. En otros tiempos…
Al fin veo a una viudita blanca.
(Desolado ante los desmanes de los
Fundamentalismos, fustigan mi visión:
Garrote vil, torres con horcas,
hachas fulmíneas,lapidaciones,Rocas Tarpeyas,
“la soluciòn final” con càmaras de gas,
Piras humanas de la Santa Fe, cruces romanas,
Venenos socráticos, elixires borgianos,
Inyecciones letales, sillas eléctricas,
Fusilamientos, la “refalosa” de federales
Y unitarios, los despenadores oficiales
De los ejércitos, la espada isabelina,
El puñal tribunicio, el sicario de trece
Apuntando y acertando. Los degolladores
De Barranca Yaco, la cabeza del Chacho
Peñaloza, los niños del último ejército
Guaraní ante el sádico Conde D´eu;
Los N N de cualquier territorio…)
Salto, como mordido por crucera.
El tiempo está cambiante y de la Cuchilla
De Haedo baja en carretón siniestro
una tormenta.
También asoma en la dulzura de este
Mundo, una Tercera Guerra nada fría.
¿A los señores de la guerra no enfrentarán
Los hijos de la patria grande?
(Entre nubes
y rayos. Enero del 2015. Iporá)
Washington
Benavides (Tacuarembó, Uruguay, 1930)
Poeta, traductor y músico. Maestro quien hace varias décadas me supo indicar,
en una noche cargada de humedad rioplatense, en la “valiant” Montevideo que
leer.
Ha
publicado, entre otros títulos: Tata Vizcacha (1955); El poeta (1959); Poesía
(1963); Las milongas (1965); Los sueños de la razón (1967); Poemas de la ciega
(1968); Historias (1970); Hokusai (1975); Fontefrida (1979); Murciélagos
(1981); Finisterre (1985); Fotos (1986); Tía Cloniche (1990); Lección de
exorcista (1991); El molino y el agua (1993); La luna negra y el profesor
(1994); Los restos del mamut (1995); Moscas de provincia (cuentos, 1995);
Canciones de Doña Venus (1998); El mirlo y la misa y Los pies clavados (2000).
Entre los
autores que ha traducido se cuentan: Guimarães Rosa, Oswald de Andrade, Carlos
Drummond de Andrade y Affonso Romano de Sant’Anna.
Sus poemas y canciones han sido musicalizados y
grabadas por: Alfredo Zitarrosa, Daniel Viglietti, Eduardo Darnauchans, Héctor
Numa Moraes, Carlos Benavídez, Los Olimareños y Los Zucará.