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viernes, 30 de octubre de 2015

Gabriel Impaglione: Poemas



Gabriel Impaglione























los días como furibundas cadenas

los días como furibundas cadenas
tiraron del hombre
y hubo pan de fango y claridad de niebla
para los despiertos

En el mar la rosa caída
traía hasta la orilla sus pétalos marchitos

Fue un siglo de oscuros ejércitos y pájaros
quemados en vuelo

estallaba el miedo por doquier y siempre lejos
ilustres esqueletos sonaban sus mandíbulas
como ametralladoras

Nosotros vimos aquellas caravanas
ocultas por el follaje del olvido
deshojarse hasta perder el rastro

Eran hombres y mujeres de pechos consumidos
por el ayuno en la ruina y la caridad del tiempo

hacinados sobre lápidas se hicieron a la mar
la boca partida en el salitre
los cuerpos inertes en la red del oleaje

con todo el odio del mundo a las espaldas
gestas del plomo y la barbarie
y por delante nada

apenas una orilla para descansar el cuerpo
o los despojos
el hueso roído por el miedo

No se fuga de los cuchillos del desasosiego
El dolor llega va y viene en su oleaje
y regresa con oscuras noticias
Lleva la desventura hacia los viejos ayunos

La fuga se nutre de quemadas raíces
que se obstinan en tierra extraña.

No florecerá sino una tristeza tan aguda
como el silbido de las máquinas de muerte
que no tienen descanso.

última guerra

“Es así como se acaba el mundo
  Es así como se acaba el mundo
  Es así como se acaba el mundo
     No en explosión sino en gemido”
TS Eliot

la descomunal hecatombe brotará de un pozo
desde la raíz del tiempo tal vez o de los odios
y
mientras llueven galaxias y se mezclan los vapores
del último aliento en todas las lenguas

mientras se descosen las olas y asaltan las ciudades
llevando en andas barcos y rugidos
y
mientras las torres de la noche se hacen polvo
a los pies de las estatuas del día

mientras toda huella del hombre se sofoca
bajo el fuego y los cuchillos del olvido
y
mientras cada pequeño terrible final se desarrolla
en la más cruel oscuridad

ni cálculo o palabra ningún rito o brazo con espada
podrán descabezar a la
                                                   codicia

Un hondo estertor conmoverá el nacimiento del silencio.

han hecho del pan un dios destronado


han hecho del pan un dios destronado
hay quienes ya no creen en él

desde palacio se ordena reventar
esas bocas que lo nombran

abajo corren sus tres letras
como un río furioso.

Gaza


La playa tiene peligros que solo ven
los ciegos mercaderes de lo oscuro

ellos advierten con el ojo en la mira
y abren el aire para sembrar la nada
en nombre de la muerte

salpican de codicia por donde pasan
de dolor agudo y miedo y cuchillada

una vez
en julio
cuatro niños
jugaban en la orilla de Gaza

y uno a uno
mordidos por el fuego
cayeron al abismo cavado en la deshora
al tajo del horror que la bestia distribuye
con su funeraria mercadería

donde muerde ese dios instala su negocio
nombra un gerente plenipotenciario
y lo rodea de acorazadas guardias
de metálicos índices y justificaciones

he visto a esos niños remontar las olas
del Mediterráneo
echar a la marea su barco de espuma
dibujar en la arena un mapa del mundo perdido

y cuando saltaban por la borda del día
para ejercer los oficios de la risa
los mercaderes en sus uniformes
con sus gatillos y todos sus dientes
desde un monstruo marino artillado
partieron cada huesito cada ojo cada
risa de un golpe de ira y de billete

y los cuatro niños
hermosos en su fragilidad de barcaza
en plena faena
inmensos de luz
fueron hilo apenas de ay y de no entiendo
hundiéndose en la arena
penetrando el horror de la nada
que llueve sobre Gaza

en verdad


en verdad
estos ojos de no mirar sino los tuyos
no ven más allá

ver más allá es pura ilusión de la vanidad o los oráculos
jactancia pasada de moda
a quién le interesa lo que viene! Aquello que sucederá
sus antes y después!
Yo no veo más allá
el más acá ya es demasiado para mi cansancio
y no podría vislumbrar adelantarme decir una palabra
sobre cualquier cosa que flote
o se mueva en la línea de la mano o del horizonte
   por ejemplo
sobre lo que ocurrirá en plaza de la república
un día de estos bajo la influencia de las corrientes
cálidas de esta primavera en pleno invierno
   quién es uno para decir cosa habrá de suceder el minuto
que viene   el año que llega   el jueves próximo

yo jamás advertí hace diez años sobre esta guerra
no lo escribí
no lo pensé
ni lo volvería a hacer!

   Los poetas sabedores de nada con tanta palabra
encima    amamos armamos barcos pájaros viajes a la luna
banquetes para el pobrerío escopetas de agujerear la niebla
hacemos diminutas justicias anónimas
encendemos llamitas donde se calientan las manos
en ronda las preguntas
A quién le interesa perder el tiempo en inventar una pregunta
soltarla por ahí y sentarse a verla correr saltar arremolinarse
hasta rendirse sin pena ni gloria en el silencio más arduo
en la confusión más triste
en la respuesta exacta o la soledad invisible

Ahora me ocupo de ti que duermes
No lo sabes pero cada noche me ocupo en silencio
de tu silencio que me habla
me quedo alrededor   por el aire   cerca de tus manos
y desde allí contemplo el mundo
Atento a los rumores que salen de la noche a merodear
bajo el vaivén de las lámparas

atento a los pájaros que llegan de otoños lejanos
y trinan noticias increibles

En verdad pongo atención a las golondrinas
A veces escucho lo que no debo
y hago que miro para otra parte
   este es el punto:
ellas traen la memoria de paises remotos
llegan a los aleros de casa con luces de otros amaneceres

pero ellas tampoco ven más allá
ellas vienen de aquel más allá
  testigos del mundo a contrahora
narran aquello que espera en la hora que se avecina

y toda esta fiesta emplumada de una vereda a otra del mayo
en la isla
sea una asamblea internacional
  - pienso sin aventurarme a más-
donde se preguntan qué hacer    ellas
   las golondrinas   qué hacer con el mundo que se desploma
con las rutas de la primavera que suben y bajan
con la gravedad de la noche amenazante
donde todavía es mediatarde o mediasiesta
y quizá mañana sea tarde o jamás definitivamente nunca

Ellas se preguntan (las golondrinas)
mientras el hombre cae de rodillas ante su propia idiotez
mordido por las máquinas
hambreado por sus hambres
cercado por la miopía y las cartas de crédito
y las urnas funerario-electorales
donde deposita sus derechos triturados periódicamente a veces

Pero ellas se preguntan
pequeñas aladas brillantes en plena labor de albañilerías
si quedará en pie la casa y este pueblo y esta isla continuará
a flotar o vendrá el mar o el tiempo todo de golpe a deglutirla

quedan ya pocas certezas de lugar en el mundo
todo lo están llenando de estallido y mercados sin frutas
y se agota el tiempo para ver más allá
para venir desde más allá con noticias del después
que a nadie importan
y en verdad ni a mí ultimamente
que te miro dormida y con mirarte me basta en este ahora
de todo lo posible

mientras en un cristal del silencio
descompongo la luz que se cuela por la ventana
para proyectar la asamblea de las golondrinas
mientras hago como que no miro como que no me interesa

en verdad
quién prestará atención a las noticias del más allá
con tanto más acá cayéndose a pedazos

Pero no fui quien lo dijo hace diez años Yo no dije nada
  yo no escribí que esto iba a suceder
yo no sé sino una asamblea de golondrinas allá afuera.

Poética

descuelgo del silencio unas palabras

como frutas
que no tienen nombre.

Sin prójimo ni ahora Tal vez solo rutina


Sin prójimo ni ahora Tal vez solo rutina
en fuga
Trashumante
quien desanda la nada sin conciencia

Quien ha perdido su sombra en el silencio
Quien ha dejado caer un pedazo de hambre
de su boca.

Sin rebelarse.


Abril 18, 2030


No llueve sino un retumbar de huecos en los techos

alguna vez fue agua que vertió la medianoche, ahora
apagado rumor, como si viento del pasado en su furia
viniese a pisotear la tierra, a reclamar la sangre.


Abril 19, 2030


Con la piedra de este bosque alzaremos la torre
para llegar primero a la
gota
que
venga.


Abril 21, 2030


Se dice que era hierba, ondulaciones
en caida vertical de pura luz, alboroto
de pájaros, germinación.

Cuesta creer que en esta piedra
los hijos jugaran al centelleo del pez
florecieran las vírgenes en brazos
de la luna    celebraran los hombres
el vino y el trabajo.


Abril 26, 2030


Al erigir el gran mercado
que acabó con el tiempo
se dijo que el agua tenía
cuatro estados

Sólido
Líquido
Gaseoso

y privado.


Balcón


Barco en el palmo de mar
entre dos colinas.

Por ese intersticio cruzan lentos
a diario, a veces blancos.

Solo que ahora lo miro de tu mano,
es como una palabra que no dijimos
y navega el silencio.


del invierno


El frío al galope
en bestia invisible

por debajo de las puertas
su manifiesto escrito
a punta de cuchillo.


trabajo

Haremos de los pliegues del día
barriletes con música
tambor de las sombras
relojes de otro tiempo
para medir el fuego
para dar aviso desde abajo

entre todos otro idioma
que hable de nosotros


Huerta

El cerezo en su fulgor callado
y las ranas creen que es la luna.

  
¿Cómo se inventa un pájaro?

¿Cómo se inventa un pájaro?
¿Con puñado de viento emplumado
o corazón de vértigo en picada?


Testimonios

Aquello que en la noche sucede:
fuegos dormidos que despiertan
en el parpadeo de las bestias,
travesías de fantasmas
que agitan el ladrido y los postigos,
las pequeñas criaturas del rocío,
escrituras del amor sobre la hora,
distancias apiladas en el borde de otros mundos,
palabras perdidas que encuentran casa,
los huérfanos del cielo en su melancolía

todo

lo cuentan los pájaros al alba.


Gabriel impaglione (Villa Sarmiento, Morón, Buenos Aires, 1958) Reside en Sardegna, Italia. Poeta, traductor, director de la revista Isla Negra.