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martes, 12 de julio de 2016

César Fernández Moreno: Plano de la calle Florida



César Fernández Moreno



























la calle Florida no va de norte a sur va de sur a norte
para este país tan caído en el sur es importante ir hacia el norte
                   hacia el polo magnético
acaso hacia  el remoto nordeste de donde trajeron a este país
acaso hacia el nordeste donde ya estaba fuerte nuestra América
en cuanto a la calle Florida dice no te metás
y al  llegar a su punta más septentrional  su brújula de diez cuadras se divide
oscilando como un surtidor como un delta sobre el borde curvo
                   de la plaza San Martín

pues bien la calle Florida nace de la calle Perú
pura por cruza de la calle Perú y el ingenio de algún viejo intendente
ya que al atravesar Rivadavia
Perú cambia de ser como todas las calles porteñas
en virtud de una ley misteriosa
el mismo cemento ennegrecido por el mismo hollín tiene distinto nombre
el hecho es que Florida no empieza en la tonante avenida de Mayo
sí donde Rivadavia es todavía una callejuela y no esa escalera a la luna
pero a mí no me engañan esa cuadrita entre la avenida y Rivadavia
                    también es Florida
la vida intrauterina de Florida
nace naturalmente por la parte de abajo por los pies del doctor Scholl
su infancia transcurre luego entre Rivadavia y la diagonal Norte
una cuadra confusa no se sabe si termina derecha en Bartolomé Mitre
                    o diagonal en la diagonal
ahí comienza la adolescencia de la calle Florida
ahí adquieren verdadera potencia las gargantas que venden la última
                     pero la última ley de alquileres
y verdadera densidad los caminantes que avanzan con sus pies sobre la calzada
                    y sus hombros sobre los del vecino
un gordo lee sentado en el borde de la fuente seca de Sáenz Peña
afloran de los subterráneos los compradores de cualquier cosa
los altoparlantes exigen toda clase de reivindicaciones
la repatriación del polvo de los huesos del brigadier general
si no se vuelan con el viento
al llegar a Corrientes se descubre la principal cualidad de Florida
dejar que la corten tangencialmente las virtudes y vicios de las demás calles
ella puede ser un mero vehículo hacia la pizza de Corrientes
pero se limita a cruzar neutral su curso grasiento y luminoso
sugiriendo pueden cambiarme si quieren por esta calle
                   que hoy se dice avenida
ahí está San Martín a mi derecha escupiéndose los dedos para  contar billetes
a mi izquierda Maipú secándose las palmas para toquetear mujeres
pero yo soy Florida consisto en seguir adelante vengan a ver
                   mis otras posibilidades

siga adelante arrastre sus zapatos junto al  lustrabotas que hace sonar
                    entre sus dedos una pila de monedas
diga que no al vendedor de ballenitas
reciba volantes verdes  con una mano
escuche al enfático que lo detiene en la calzada
y le habla dándose palmadas en los muslos
Florida se va poniendo intelectual artística
aparecen ánforas libros y cuadros en las vidrieras
a mano izquierda el Richmond lo invita a seguir
                    escribiendo este poema
a beber en el mismo sillón cualquiera donde Alfonsina se reía a carcajadas
diez pasos más y la calle Lavalle se le ofrece en tecnicolor 
bellezas para desear lágrimas para derramar bandidos para acribillar
si su vida es continuada vaya al cine por secciones y viceversa
o mejor imite al de actualidades
martes y viernes cambio de programa
el espectáculo empieza cuando usted acaba
prosiga por Florida Florida Florida
la multitud empieza a moverse acompasada y silenciosa
                     como  los extras en la filmación del baile final
vaya a exhibirse en las exposiciones
atraviese rápido Viamonte si no quiere casarse
                      repetidamente con una chica de filosofía y letras
y recuerde   con Drummond de Andrade
que  en la esquina de Córdoba y Florida
sólo aquel viejo colgado y sentado
de guantes y sobretodo ve pasar (es ciego) el tiempo que no observamos
el tiempo irreversible el tiempo estático
espacio vacío entre ramas

desde este ciego al norte se empina la burguesía
parece que el arte prefiere ahora decorar casas o cinturas
Florida es el trampolín desde donde saltan a Santa Fe las mujercitas bien
o por lo menos bien vestidas
imágenes de mujeres en la magnánima Florida
lanza contra los ojos de los hombres sin otro requisito que dejarse llevar
la mujer que nos cambia la vida
la mujer que nos hace vacilar un instante cuando pasamos a su lado
qué es lo más magnético la piel o la tela
el corpiño o el seno
tal vez precisamente ese contrapunto de naturaleza y cultura
la carterita dando quehacer a la mano
las rodillas tensando el prometedor diámetro de la pollera
el taco inverosímil empleando a fondo el tendón de Aquiles
y sobre todo el caminar
acercar o alejar del contemplador esa gravitación de formas
aquí es donde Florida misma se hace parte de la mujer en movimiento
deslizante camino donde las móviles mujeres avanzan
                   sin alejarse nunca de las miradas  que las van creando

a su vez el crepúsculo va buscando la manera de imponerse a la calle Florida
no le es fácil sin árboles
el hecho es que uno empieza s sentirse cansado de caminar de vivir
y se sale por fin de la calle Florida se desemboca en la plaza San Martín
con la misma naturalidad con que la vida debería desembocar en el paraíso

(1962)


César Fernández Moreno (Buenos Aires, 1919- París, 1985) Poeta, ensayista y traductor.