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jueves, 8 de septiembre de 2016

José Manuel Arango: poemas con perro




José Manuel Arango

























Señor y perro


1

El señor
y —echado al lado suyo— el perro.
Han parecido por parecerse, el señor y el perro.

Y, de pronto, el perro se alebresta,
las orejas se paran.
Una mariposa lo incita,
sale ladrando.

La mariposa llega,
llega y se alza,
va y viene. Vuela,
traza anchos círculos,
baila.

Parece divertirse burlándolo,
se sabe lejos de su alcance.

2

Ahora el perro gruñe entredormido.
Quién sabe qué sueños lo inquietan.

(Rilke veía una máscara
en la faz peluda del perro.)

Montañas

1

Con el vaso en la mano, mirando las montañas,
le acaricio el lomo a mi perro.

Estas montañas nuestras
del interior,
casi olvidadas de tan familiares,
casi invisibles de tan vistas,
no es seguro siquiera que no sean
enseres en un sueño.

Estas montañas hoscas
que se adelgazan,
que se ensimisman en notros.

Ya sólo acaso una manera
de la voz,
del paso,
del gesto.


2

Me gusta acariciarlas siguiendo con los ojos
morosamente
sus líneas abruptas,
mientras en sus dorsos la luz
de modo imperceptible
va del verde al azul
al violeta.

Me gusta acariciarlas con los ojos,
como acaricio
el lomo de mi perro con la mano
libre.


José Manuel Arango (Carmen del Viboral, 1937- Medellín, Colombia, 2002). Poeta y traductor. Ejerció como profesor de filosofía y de lógica simbólica en la Universidad de Antioquía.