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lunes, 14 de noviembre de 2016

César Cantoni: Poemas





César Cantoni




























Mi perro me habla


Mi perro me habla y yo lo escucho.
Es ordinario y callejero,
como los perros de Diógenes.
De ahí, tal vez, proceda su sabiduría.
No fue a la escuela,
no tuvo guías que lo guiaran
ni consejeros que lo aconsejaran.
Ergo, puede pensar libremente
(éste es su mérito más grande)
y, además, con alegría
(algo poco habitual en el que piensa).
En su filosofía, no cabe el platonismo;
tampoco hay margen para ídolos
ni mitos traídos de los pelos.
Como no recibió bendiciones,
nadie lo tiene en cuenta en el debate:
“No es más que un perro indigno”, aseguran,
y le arrojan un hueso con desprecio.
Sí, mi perro me habla y yo lo escucho.
A veces, yo también le hablo a mi perro,
pero, ¿qué puedo explicarle?
Él ve claramente el horizonte
donde mis ojos sólo ven la bruma
del discurrir civilizado.



Tirabombas, barbudo y con melena


La revolución, para ser justos,
ya la hizo Cristo.

¡A quién se le iba ocurrir
poner la otra mejilla,
soltar cándidamente:
“Amaos los unos a los otros”!

(Tamaño tirabombas
sólo podía acabar crucificado.)

¡Y encima socorrer a los pobres,
solidarizarse con los enfermos,
marchar junto a pérfidos y prostitutas!

¿No es esto, acaso, ser de izquierda?

A la izquierda de Cristo está el Sinaí;
a la derecha, la historia universal.

Y todo lo demás es religión.



Dicen que el amor alarga la vida


Dicen que el amor alarga la vida. Y, por lo visto,
también ayuda a escribir bien: Onetti
tuvo cuatro esposas –sin contar infidelidades–
y vivió voluptuosamente 84 años.

Otro que supo amar con creces (aunque pasó
sus mejores años en la cárcel)
fue el poeta turco Nazim Hikmet:
“Llegué a estar loco de celos por mujeres que amé”,

confesó en un poema autobiográfico.
Y agregó sin rubor: “Engañé a mis mujeres,
pero nunca hablé mal a espaldas de un amigo”.
Sí, al menos sus amistades gozaron de lealtad.

Neruda tampoco se quedó en aprontes. En su caso,
habría que hablar de María Antonieta,
de Delia, de Matilde –sus esposas legítimas–,
entre otras historias no tan claras.

Y están los que penaron en soledad,
pero tuvieron su Ophelia –como Pessoa–
o su Felisa –como Kafka–, amores contrariados
que se apropiaron de su corazón.

Esto confirmaría que detrás de un gran hombre
siempre hay una mujer –o dos... o quizá tres...
o acaso un centenar– y que, además, para escribir El Quijote
es necesario estar enamorado.


Poemas de “Un arte invisible”, 2016



César Cantoni (La Plata, Buenos Aires, 1951). Su obra poética publicada incluye los
siguientes libros: Confluencias, 1978; Los días habitados, 1982;  Linaje humano, 1984; La experiencia concreta, 1990; Continuidad de la noche, 1993; Cuaderno defin de siglo, 1996; Triunfo de lo real, 2001; La salud de loscondenados, 2004; Diario de paso, 2008; El fin ya tuvo lugar (2012); Un arte invisible, 2016. Publicó, además, la plaqueta Irlanda, 1998, y los cuadernillos Intemperie y otros poemas, 2006, y Latencia: poesía y dictadura, 2013. Figura en más de veinte antologías poéticas, entre ellas: Antología de la Nueva Poesía Argentina, 1980;Poesía entre Dos Épocas (Argentina 1976-1983 / Inglaterra 1930-1939), 1985;Años de Ceniza y Escombros (Nueva Poesía de los Años ’80), 1988;70 Poetas Argentinos (1970-1994),l994;Poetas Argentinos Contemporáneos, Tomo VI 1997;Entre la Utopía y el Compromiso. 16 Poetas Argentinos, 1997;Poesía hacia el Nuevo Milenio. Antología de Poetas Argentinos, 1999; Poesía de pensamiento. Una antología de poesía argentina, 2015.Algunos de sus poemas fueron traducidos al inglés, francés, italiano, portugués, catalán, griego y ruso. Administra el blog de poesía platense “Los poetas no van al cielo” (www.lospoetasnovanalcielo.blogspot.com.ar). Reside en su ciudad natal.