Javier Alejandro Robledo |
Dos
poéticas
Es facil ser un poeta maldito.
Vomitar cocodrilos sobre las cúpulas de los
templos heridos.
Atormentar cachorros con la pezuña del adoquín
oxidado.
Masticar abrojos y lamparitas eléctricas sobre
el filo del cordón.
Lo difícil es
Esgrimir un pulpo azul sobre el estrado del
abismo.
Alumbrar un icosaedro en la frente del
almendro.
Plantar un rayo en el hueco de la esfinge
y que viva.
Antepasados
Quien olvida su origen
olvida su destino.
En mil heridas abrían la tierra
cicatrizaban con granos
el quedar del paisaje
latente
hasta que
tizas las gotas
dibujaran brotes sobre la pizarra del valle.
Luego
caminaron los pies sobre el agua
y la nave desgarró la trenza de los cabos.
Se abrieron como dos labios las costas:
cúmulo
de venas espectro
y
de carnes una esperanza.
Se habrán atado al mayor para resistir el
canto de esas sirenas
y con quilla como arado a-hora habrán surcado
quién sabe cuánto.
Ojos abiertos, ojo planeta,
asteroide minúsculo interiormente poblado de
geografías,
de flora y de fauna extrañísimas.
Ojos abiertos, al continente.
Y llego, también grano, cúmulo potencial, y
pongo
oreja en tierra
sobre el rastro de los rostros.
Mire que ir y pararse justo ( ante mi
comparecen...) sobre la marca en el roble que el tiempo profundiza ( siendo el
año mil ochocientos...) surco, surco en dirección opuesta y escarbo con la
pluma como una sonda ( de profesión labrador...) descubrir con mi asteroide el
astroluz ( declaro el nacimiento de...) y resurgir brote de tronco
( hijo de Don...) refrescar la conciencia ( y
de Doña ) a ellos ( acta número, de esta burgueña tierra... ) los inmateriales
ahora ( sin mas que declarar ).
Los que pusieron antes pie en tierra
labraron
el ser de mi nombre
pintaron
el niño que palpita en mis yemas.
Los que en soga trenzada de coraje, crearon y
amaron.
Los que en la punta de una península habrán
grabado:
Un
grano más soy
y
sin embargo
un
mar
se
orienta hacia mí.
Fueron tiempo tendido,
y
en la trama, punto cruz
como yo.
Son este vuelco de corrientes y cataratas de
relámpagos
que
me atropella
esta
guerra civil de razones y sentidos
este
pulular de fantásticos
este
ser ahora y otro en un segundo.
Olas de visión empujan como motores antiguos e
invisibles.
El niño mirando al oso, ya no verá partírsele
la nave.
Vibración añeja busca su fin y su origen:
y llego ahora
soy y descifro
la Vuelta
escondida en el reverso de aquel
pasaje.
Javier
Alejandro Robledo (Buenos Aires, 1962) Poeta,
realizador audiovisual, performer y productor cultural. Ha publicado en poesía:
Labrapalabras (1990);L abastarda palabra (1994); Cartas desde el Torbellino
Azul (2000) y Antología poética (2006). En 2003 publica un volumen de relatos Elhabir,
un personaje inadjetivable”.