Yves Bonnefoy |
BRIEFWEG A WARBENDE
Esto,
que yo recojo es una carta
yo
estaba ayer sobre la hierba, al borde del camino.
Ahí
están, las páginas que son manchadas de barro
La tinta
desbordaba las palabras, es ilegible.
De ello
queda ahora lo que es casi una luz,
el
desflecado de esos signos deshechos,
el
aguacero ha mojado una promesa,
la tinta
se hizo un arco de cielo.
Amamos
así las palabras del nubarrón,
ellas
también son una carta y nuestro señuelo
pero la
luz las atraviesa y las redime.
Voy yo a
descifrar esas frases?
No,
ellas me superan, a su pesar.
Yo sueño
que la noche es un día que se eleva.
NISIDA
Nisida,
una roca, un ruido de mar
al
chocar, contra la inmensidad del tiempo, contra los sueños
de
aquellos que duermen allí, pies fijos,
ojos
grandes abiertos sobre los restos de la infancia,
y
sumergirse en ese ruido, y allí nadar
hasta
otro mundo. Nausicaa
confiada
y alegre, en la orilla…
ama
soñar! Es una llave cuando faltan
todas
las otras llaves de las puertas del ser,
esas mal
nacidas hechas de hierro,
pues
soñar, es la belleza que busca existir.
Y la
belleza es amor, esa verdad
que a
ustedes los toma en sus brazos, también aquí
donde se
desea, ser un poco libre.
LIGHT IN AN EMPTY
ROOM
Yo
imagino, que vuelvo, adonde yo no sé,
es a la
vez lo íntimamente conocido
y un
lugar extraño. Yo he vivido aquí,
no, yo
no he dejado ningún rastro.
Y yo
estoy infinitamente triste, pero la luz
que
habita hoy todavía en este cuarto
se
eleva, viene a mí. Mira nosotros estamos viejos,
me dice
ella. Yo no soy más una promesa.
Por tu
vida por venir yo no quiero más
hacerte
creer que vida y muerte, es la misma rosa
que
florecerá una mañana,
en el
sueño de dos cuerpos que se unen.
Pero,
hablemos. Yo te diré en tu noche,
y cuanto
de ella es acogida gracias a mí,
yo he
recolocado el lienzo de mi sueño,
yo
descubro mi cuerpo, todas sus estrellas.
Este sol
en el cuarto vacío, es la noche,
acepta
tantear en la luz,
entra
para que tus ojos se abran más,
lo
mismo, para que ellos emitan sus rayos.
Donde
estamos nosotros, ciertamente, tu no lo sabes más,
pero
aquello que tus dedos tocan, eso respira.
Abandona
tus labios a mi respirar
antes de
dormirte, y pon tus manos sobre mí.
No está
el sol, de antiguos despertares
si
quizás él no estaba ya en ese gran momento.
Como has
vivido? Sería tu espejo
la
ventana, la cama de la habitación vacía.
LOS
CUADROS
Pero si
son ustedes, colores, eres tu luz
ustedes
son cuando él abre los ojos
delante
del día. Ustedes estaban de vigilia
cerca de
él durante la noche toda la noche
y
removían las manos en esa agua, el sueño
que eran
las olas, que se escuchaban
los
círculos de un secreto, que ustedes
sus
próximos, presentían en él y estaban
haciendo
suyos.
La
tierra es solo lo excedente del sueño,
una
vestimenta que se mueve en el cuerpo
de
aquello que tiene bello perecer,
que
nunca cesa.
Misteriosos
estos pliegues. Eso que ellos tenían.
Es el
sol de la noche detrás
de esos
árboles
es la
almendra de lo invisible que se abría.
(de
Ensemble encore (Todavía juntos) Traducción de Pablo Queralt)
Yves
Bonnefoy (1923-2016)Poeta, narrador, ensayista y traductor. Ha publicado entre
otros título: e Del movimiento y la inmovilidad de Douve (1953), luego Desierto
ayer reinante (1958 ) Devoción (1959) Anti Platón (1962) En la trampa del
umbral (1975), La lluvia del verano(1999), Debut y fin de la nieve(1999).
Pablo
Queralt : Es curador de poesía de la biblioteca de San Isidro, organiza el
Ciclo de
Poesía de la Biblioteca de San isidro y el Festival de Poesía de San
isidro, fue colaborador del suplemento cultural del diario El pregón de Jujuy y
diario punto uno de Salta. Publicó libros de poesía como Cansancio de lo
escrito, La flecha de Agustín, Poema de la nieve, Jazz, Perfume animal, Cocineros, La piscina,
Ser y ser visto, Nací en el cine, Raros sentidos. Top of Form.
Pablo Queralt |