Isidoro Blaisten |
‘El ruiseñor canta
mal’
Jean Cocteau
Nada
más que su voz de costurera sola
de
mendigo golpeando en una estrella.
Nada
más que su voz y una violeta pisoteada
/ mojándose en la lluvia.
Nada
más que su voz y una luna de cartón y cabaret llorando.
gastadas
lágrimas de glicerina
mientras
un hijo muere y se caen las lágrimas
como
harapos al borde de violines.
Nada
más que su voz que un arlequín escucha
en
un gran hospital abandonado
mientras
quizás la nieve
un
bulevar
la
cárcel
digan
que también la conocieron.
Quizás
hacia las dos de la mañana
cuando
bajan los ojos las cortinas
una
puta, un solterón, un saltimbanqui
alguien
que alguna vez miró bajo los puentes
alguien
que alguna vez lloró bajo la lluvia
digan
que también la conocieron.
Murió
a la hora en que los solitarios
caminan
agachados
doblan
la vida como un diario
la
guardan bajo el brazo.
Esa
mañana
Buenos
Aires amaneció lleno de lluvia.
Junto
a las hojas muertas
un
gorrión se moría de alas a la calle.
Isidoro Blaisten (Concordía, Entre Ríos, 1933₋Buenos Aires, 2004).