Graciela Aráoz |
X
Una mujer llora en la cocina. Detrás
del olor a locro.
Macera la carne con limón
y con su inefable tristeza.
Las lágrimas caen en la espuma de leche
que se derrama hasta la indolencia.
El aire se vuelve tan oleoso que debería irse
y apagar el día.
En la cocina una mujer se parte viva,
se corta los dedos, desangra.
El dedo va a la boca.
El dolor está detrás
del hilo dormido que se secó en el vientre,
detrás de aquel humo que se llevó el después.
Detrás, siempre y detrás de todo.
Cuando los olores se mezclan
ella destapa las cacerolas.
Es la única que se queda enjuagando el día
hasta que vuelva a ser.
Una mujer en la cocina.
XXXV
Dicen que estuve viva
y escribía en los pastizales con tizas de nácar.
Dicen que fui una viuda
y llevaba canciones quechuas al cementerio.
Que no lloraba, dicen.
Sólo cantaba
inmóvil
con mi lengua mestiza
Graciela Aráoz (Villa Mercedes, San Luis, Argentina) Poeta, ensayista. Ha publicado en poesía: Equipaje de silencio (1982); Itinerario del fuego (1991) y Diabla (2002, 2007). Su obra ha sido distinguida con los premios Tiflos (España, 1986); Vicente Aleixandre (España, 1988). Ha sido traducida al turco y japonés. En ensayo dio a conocer: Ángel García López: una renovación del símbolo en la lírica española contemporánea Fundación Alcalde Ruiz-Mateos (Rota-Cádiz, 1986). Actualmente colabora en diversos medios y es la presidente de la Sociedad de Escritoras y Escritores de la Argentina (SEA).
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