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jueves, 18 de diciembre de 2014

Washington Benavides: Reencuentro con Beatriz

























                            “Donna m’aparve sotto verde manto
                                   vestita di color di fiamma viva.”
                                    (La Comedia. Paraíso. Dante.)



El reencuentro, según Borges, habría ocurrido

la mañana del 13 de abril del año 1300.
El viajero vivo, al fin, encontrará a la responsable
de su tormentoso y enigmático viaje por los Reinos
De La Muerte. Allí, entre otras dignidades
y símbolos oclusos, está la mujer de su vida
y de su muerte:

                        “vestita di color di fiamma viva”

Borges, admirablemente, reflexiona

que el autor del poema, no puede, aún en su sueño,
engañarse, y el reencuentro será duro.
Y la donna angelicata le dirá terribles verdades
que harán llorar al implacable exiliado florentino.
Sí, el ha creado esa mágica trama de tercetos
para jibarizar todo el medioevo; tal vez...
O para soñar que la mujer que no fue suya,
hubo otras mujeres (“las damas/escudos” de La Vida
Nueva) y ello se transparenta en los episodios
de los lujuriosos, y su profunda y conmovedora
reacción ante Paolo y Francesca...Tal vez,
reedificar en un poema el Tiempo. Tal vez,
pero Borges (finamente) insinúa ¿si no compuso
esa catedral endecasílaba, sólo para (soñar)un
reencuentro con la muerta amada, y adjudicarle
a ella la indulgencia divina que le permitió
semejante viaje? ¿Beatriz lo amó?- Eso quisiera-
Contestará el escéptico que mira nuestro texto
por sobre el hombro...  ¿Sueño entonces, sin la substancia
que la vida impone?

                      “Cosí orai; e quella, si lontana
                        come parea, sorrise e riguardommi;
                        poi si tornó all’etterna fontana”

                        (Oré yo así; y aquella que lejana
                         tanto se hallaba, sonrió mirándome;
                         volviendo luego a la eternal fontana”)

De  la inacabable y dura experiencia del viajero
queda, entonces, esa misteriosa sonrisa
casi de La Gioconda, y ese mirarle
para volverse luego a sus asuntos del Espíritu...

  (Inédito. Setiembre 2010. Montevideo)

Washington Benavides (Tacuarembó, Uruguay, 1930) Poeta, traductor y músico. Maestro quien hace varias décadas me supo indicar, en una noche cargada de humedad rioplatense, en la “valiant” Montevideo que leer.
 Ha publicado, entre otros títulos: Tata Vizcacha (1955); El poeta (1959); Poesía (1963); Las milongas (1965); Los sueños de la razón (1967); Poemas de la ciega (1968); Historias (1970); Hokusai (1975); Fontefrida (1979); Murciélagos (1981); Finisterre (1985); Fotos (1986); Tía Cloniche (1990); Lección de exorcista (1991); El molino y el agua (1993); La luna negra y el profesor (1994); Los restos del mamut (1995); Moscas de provincia (cuentos, 1995); Canciones de Doña Venus (1998); El mirlo y la misa y Los pies clavados (2000).
Entre  los autores que ha traducido se cuentan: Guimarães Rosa, Oswald de Andrade, Carlos Drummond de Andrade y Affonso Romano de Sant’Anna.
Sus poemas y canciones han sido musicalizados y grabadas por: Alfredo Zitarrosa, Daniel Viglietti, Eduardo Darnauchans, Héctor Numa Moraes, Carlos Benavídez, Los Olimareños y Los Zucará.