lunes, 7 de octubre de 2019

Esteban Moore: Charles Bukowski; ”nací para robar rosas en las autopistas de la muerte”


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Charles Bukowski


























práctica

pensar a cada momento en la muerte
es, cristo-jesús,
más complicado que acertar
un ganador en las carreras,
pero
es algo
en qué pensar.

recuerdo a Henry Miller
en el programa de t.v.
de Tom Snyder
Tom le preguntó a Henry (que
ya estaba muy viejo, entonces)
“señor Miller, piensa usted alguna vez
en la muerte?”

y él contestó con simpleza “por supuesto
que lo hago.”

recuerdo haber leído
un excelente poema acerca de la muerte
escrito por D.H. Lawrence:
“construye entonces
la nave de la muerte
pues has de recorrer
el largo camino
hacia el olvido”.

los cristianos poseen
ideas similares.
hace algunos días en la autopista
el automóvil que iba delante del mío
llevaba pegado en su  paragolpes
un autoadhesivo
con la siguiente leyenda:
“no mueras sin jesús”.

existen
además
-no lo olvides-
los tipos machos
en las fábricas en los bares
que se rompen la garganta gritando:
“el único modo de morir es
cuando estás acabando”.

bueno, eso yo también
lo he hecho.


cualquier
cantidad
de veces.


no era mi intención

ella confesó
sus motivos:

“cuando entré
por primera vez
en tucasa
miré a mi alrededor
...ví toda esa mugre
esa suciedad...
pero
vos eras
el primer hombre
en mi vida
que no poseía
un aparato de t.v.
fue en ese momento
que pensé
a este fulano me lo volteo”.

por supuesto
me disgustó
que
otra persona
decidiera algo por mí.

entonces
compré uno
de segunda mano
un blanco y negro
por $75.

pero ella todavía se trepaba
a la cama
conmigo.

por lo tanto
adquirí uno de pantalla
grande
a color y control remoto.
pero ella todavía se trepaba
a la cama
conmigo.

sin embargo...
sólo escuchábamos la radio
luego
comimos sandwiches
en el parque,
y ella me presentó
a todas sus hermanas
esperando
que todo
todo
llegara a su fin.


la espada

tarde en la noche
miro por t.v.
una película
cuyo personaje
es un chino
muy hábil
con la espada
él corta cabezas
o
atraviesa los cuerpos
o
rebana gargantas

la sangre borbotea
las cabezas ruedan
como buñuelos

la película
fue rodada
en el oriente

por lo tanto
es creíble

fumo
y
bebo
en la oscuridad

pienso

mi cabeza
todavía
en su lugar
mientras
este
hombre

mata 6
quizás 7 hombres en 3
minutos

desde mi
sillón
lo
observo

no siento
pena por
los muertos

porque
es
importante
que el hombre realice
su trabajo
correctamente

por supuesto
lo
no importante
es también necesario

muchas veces
son
la misma cosa
lo importante y
lo no
importante

mi cabeza
está
en
su
lugar

vuelco
en mi garganta
un trago
de licor
que viaja
directo
a la cabeza

y

continúo
frente
al televisor
eternamente
solo


Criaturas

un mundo plagado de hijos de gente exitosa
en bicicleta
recorriendo los bulevares de Hollywood
a las 3 y 11 pasado meridiano
de un martes por la tarde.

por salvar esta imagen algunos ejércitos murieron
murieron
esto es lo que muchas damas desean:
fracciones rellenas
seres que no son
pedaleando
o deteniéndose a charlar un poco
todavía sentados sobre las bicis
la suave brisa acariciando
sus rostros imperturbables.

no entiendo realmente nada
exceptuando quizás que los ejércitos matan
a la gente equivocada
pero usualmente lo hacen:
piensan que el enemigo
es aquel contra el que son dirigidos
en lugar de ser
aquellos que los dirigen: 
los padres de las criaturas.


esta noche

“tus poemas sobre las chicas estarán todavía por aquí
dentro de unos 50 años cuando las chicas se hayan ido,”
comenta mi editor por teléfono.

querido editor:
en este instante
las chicas han desaparecido.

Sé lo que querés decir

pero dame una sola mujer verdaderamente viva
esta noche
caminando en la oscuridad hacia mí

y te podrás quedar con todos los poemas

los malos
los buenos
o cualquiera que pueda escribir
después de éste.

sé lo que querés decir

¿sabés lo que yo quiero decir ?

(versiones Esteban Moore)




Charles Bukowski, nació en 1920  en   Aldernach, Alemania.  En 1922, su padre Henry, un joven soldado norteamericano, y su madre alemana, Katherine Fett, decidieron probar fortuna en  los Estados Unidos de América; allí se instalaron en los Ángeles, ciudad en la que el poeta y narrador vivió la mayor parte de su vida.
La niñez de Bukowski estuvo signada por la pobreza,  los años de la  depresión económica y,  un padre, que para desquitarse de sus propios fracasos, lo sometía a severos castigos corporales. En su juventud para olvidar aquellos años terribles comenzó su larga relación con el alcohol. Sin embargo, a pesar del sufrimiento, los años de la secundaria fueron fundamentales para él, ya que entró en contacto con la obra  de algunos autores contemporáneos que resultarían esenciales a su destino: Upton Sinclair, Ernest Hemingway Carson McCullers y D.H. Lawrence. Luego de finalizar sus estudios secunda-rios tomó algunos cursos y seminarios de periodismo y literatura en la Universidad de los Ángeles.
En 1941, su padre, luego de leer algunos de sus cuentos inéditos. decidió arrojar sus pertenencias a la calle. Aquí comienza una nueva vida para el escritor que inicia un prolongado viaje a  través de su país, nublado  por el alcohol, sobreviviendo gracias a una serie  de  trabajos temporarios: empleado de gasolineras,   ascensorista, lavaplatos, conductor de camiones y ope-rario en una fabrica de alimento para perros, entre otras cosas. 
En 1944, publicó en la revista Story  su cuento Consecuencias de una larga carta de rechazo  - Aftermath of a Lenghty Rejection Slip-, años más tarde regresó a Los Ángeles donde conoció  a Janet Cooney Baker, una mujer alcohólica diez años mayor que él con la que convivió durante una década.
En la década de los 50 Bukowski comenzó a trabajar en una sucursal del correo hasta que debió renunciar debido a que fue  internado en un hospital, la excesiva ingesta de bebidas blancas le produjo una  úlcera sangrante. Posteriormente en 1958 se emplearía nueva-mente en el correo, trabajó allí realizando tareas administrativas durante doce años, esta fue una época de profundo aprendizaje en el  oficio de la escritura, leyó todo lo que pudo y con desesperación y creciente curiosidad, como suelen hacerlo los autodidactas, luego se lanzó a escribir con método y disciplina periódica.
La relación de Bukowski con la poesía comenzó en 1955. Su primer volumen de poemas Flor, puño y gemido bestial -Flower, Fist and Bestial Wail- se publicó en 1959.
Estos primeros textos tenían muchos puntos en común con los de Robinson Jeffers, un poeta que admiraba la emoción, la energía y  que  quería dar cuenta de las confrontaciones sexuales y violentas entre  el hombre y la mujer.
En este período de su vida  conoció a Barbara Frye con la que contrajo matrimonio. La unión con Frye, una  rica editora de una pequeña revista de poesía, en la que Bukowski  dio a conocer varios de sus poemas, duró dos años. Luego de finalizada esta relación  vivió algunos años  con Frances Smith con quien tuvo una hija, Marina Louise.
En los 60 colaboró en varias oportunidades con la revista The Outsider, dirigida por J.E. Webb, en ella  también aparecían  los nombres de algunos autores que participaron de un proceso revitalizador de la lengua inglesa en su país: Lawrence Ferlinghetti,  Allen Ginsberg, Gary Snyder, Henry Miller y William Burroughs. Estas pequeñas publicaciones lo pusieron en contacto con un grupo de lectores que a través del tiempo le demostraron su lealtad. El fenómeno Bukowski comenzaba a desarrollarse. En 1969 la editorial inglesa Penguin lo incluyó en el volumen número 13 de su colección de poetas modernos. Este libro incluyó una selección de textos de otros dos poetas norteamericanos, el surrealista Philip Lamantia y Harold Norse, definido por William Carlos Williams como “ el poeta más importante de nuestra generación.”
El escritor quien  solía decir que  la frase “impulso poético”, eran  malas palabras para él, que al igual que “poético” o “amor” estaban desvalorizadas, debido al mal uso  que hacían de ellas demasiados impostores, publicó en 1971 Oficina de Correos ( Post Office) una novela en la que el personaje central Henry Chinaski, su alter ego, relata como sobrevive a la naturaleza tiránica del trabajo de planta permanente en una institución estatal. Le siguió Eyaculaciones, exhibiciones e historias de locura ordinaria (Ejaculations, Exhibitions and general tales of Ordinary Madness), obra en la que el director italiano Marco Ferreri se inspiró para realizar Historias de locura ordinaria protagonizada por Ben Gazzara y Ornella Muti. Distintos directores cinematográficos se interesaron en su obra y produjeron películas basadas en sus textos, éstas  lo acercaron al gran público:  Barbet Schroeder,  Mariposas de la noche (Barfly); Dominique Deruddere   Amor loco, el amor es un perro del infierno y Patrick Bouchitey,  Lune Froinde.  
El éxito de sus cuentos y novelas no lo apartaron de la poesía, ya que este género le permitía ejercer una crítica sutil  al  sistema social y de producción de su país, actitud ésta que acercó  su obra a un conjunto de lectores especializados que declararon su admiración por su trabajo. Entre los que se hallaban Jean Paul Sartre y Jean Genet.  Bukowski a pesar de todo su realismo descarnado alcanzaba momentos profundamente líricos, o  para decirlo de una manera que él hubiera aceptado sin quejas, hallaba  el giro poético a las experiencias cotidianas, sin olvidar que en muchos casos éstas eran la raíz del dolor, el sufrimiento y la muerte del hombre contemporáneo. Una de las consignas que le gustaba repetir era: “ si querés  escribir, tenés que tener algo para contar.” Palabras simples, contundentes y efectivas. Él supo respetarlas, esta conducta le permitió representar a todos aquellos que ya nunca podían  creer en el “sueño americano.”
En 1976, habiendo cumplido cincuenta y seis años,  viajó por primera vez al extranjero. El destino fue Vancouver donde invitado por algunos amigos, leyó sus poemas en un centro cultural de la ciudad. La fama intentaba  encerrarlo en su círculo mortal. Sin embargo el bardo de los barrios pobres de prostitutas y borrachos de la ciudad de Los Ángeles se negó a entrar en su juego.
En sus últimos años de vida para huir de sus admiradores se mudó de casa y  para impresionar a las esbeltas jóvenes  que doraban sus cuerpos en  las playas de Los Ángeles se compró un BMW. Aceptado por muchos de sus pares, entre ellos los sobrevivientes de la Generación Beat,  particularmente Lawrence Ferlinghetti, la crítica e infinidad de jóvenes poetas, no se olvidó de quien era ni de donde venía.  Continuó repitiendo hasta el cansancio: “ Como dijo Ezra , hacé tu T-R-A-B-A-J-O. De él  proviene el vigor y el maldito proceso creativo. Sólo así podrás poner baile y música  en tus huesos. Yo tengo que escribir, si me cortaran las manos, tipearía con mis pies. Y sepan nunca he escrito por dinero sólo para sobrevivir”. En una entrevista, ante las preguntas  del periodista sobre el destino y la  vocación, el viejo Hank se limitó a decir: ”nací para robar rosas en las autopistas de la muerte”.





































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