martes, 21 de enero de 2020

Circe Maia: poemas




Circe Maia








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Inevitable

Te muestran el camino
por el cual no quieres andar
pero no hay vuelta:
si sigues vivo
el ejército de las calamidades
te dará alcance.

Te dará vergüenza
de ti mismo.
Parece que tu yo verdadero
se desprendió y salió y te cuesta alcanzarlo.

Va demasiado rápido.


Diferencia


Lo que fue,
todavía se asoma
de a ratos.

Lo que no fue
grita un grito
 horroroso

con su boca sin labios.



Era otra cosa


Ya se resbala.
Se ve muy poco.
Ya casi nada.

Mientras, la flecha
del pensamiento
en nada acierta.

No acierta en nada.
Cae herida, la víctima
menos pensada.



Viaje


Bloques de sombra contra el cielo claro
los montes de eucaliptos cortan en trozos
                               /la remota línea del horizonte.

Aquí hacia el sur ya no se ven más cerros
y detrás de los árboles va una línea rojiza
diciendo que se acaba una luz que no es tuya
que nada tiene que ver con tus palabras.



Voces en el comedor


La puerta quedó abierta
y desde el comedor llegan las voces.

Suben por la escalera
y la casa respira.
Respira la madera de sus pisos
las baldosas, el vidrio en las ventanas.

Y como por descuido se abren otras puertas
como a golpes de viento
y nada impide entonces que se escuchen las voces
desde todos los cuartos.

No importa lo que dicen.
Conversan: se oye una,
después se oye otra.
Son voces juveniles,
claras.

Suben
peldaños de madera
y mientras ellas suenan
—mientras suenen—
sigue viva la casa.



Circe Maia (Montevideo, 1932) Una de las más claras y destacadas  voces de la poesía hispanoamericana contemporánea. Reside en Tacuarembó, donde durante la dictadura sobrellevó un doloroso exilio interior. En 2007  rebeca linke editoras publicó su Obra Poética. Tardíamente reconocida a partir de 2007 con los premios: Nacional de Poesía, Bartolomé Hidalgo y  la medalla Delmira Agustini. En 2012 la Academia Nacional de Letras del Uruguay le rindió un merecido Homenaje.












Aldo Luis Novelli: Elvira y sus amigas



Aldo Luis Novelli




















Elvira

me escribe Elvira:
me dice que está todo bien
que después de la muerte de papá
en ese accidente con el hacha
que le cortó la cabeza
se siente mejor
que ya no tiene esa repetida pesadilla
que dejó las pastillas para dormir
y que ahora bebe menos.

me dice que aunque tenga 63 años
éste sábado va a salir
va a ir a bailar a la milonga
y que se repite todos los días
que ella puede
y que no es tarde
para conocer a alguien.

al final de la carta
me escribe como cuando éramos chicos:
elpehapachapaespetapa
enpenupuespetropolupugaparsepecrepetopo.


Noticias sobre Elvira

Les voy a ir informando sobre Elvira porque hay varias personas preocupadas por ella. Inclusive la llaman y le escriben dándole consejos sobre que hacer con la herramienta guardada en ese lugar.


Elvira escucha la radio

Elvira tiene la radio encendida
canta con la boca cerrada
mientras baila abrazada al escobillón
sobre el piso de madera
de la pieza oscura de su pequeña casa.

Elvira se siente bien.
Está juntando amor en su cuerpo.


Elvira se asustó

Elvira se encuentra bien.

el sábado se fue a la milonga
con una vecina.
un señor de fina estampa
se acercó a su mesa
inclinó apenas la cabeza
y le extendió la mano
la compañera la empujó
por debajo de la mesa
mientras le decía por lo bajo:
‘andáaaa, dale andá’.

bailó dos canciones muy separada
deese señor serio y callado
que la miraba con cierta vergüenza
hasta que en un momento él le preguntó
si podía visitarla el domingo por la tarde.

Elvira se asustó mucho.
le dijo: ‘NOOOO!’
y se fue casi corriendo a la mesa
que ocupaba con su amiga
que la miró condescendiente
le apretó apenas el brazo
y le dijo: ‘Elvi Elvi, mi querida…’.


Elvira está descalza

Elvira baila descalza
en la cocina.
Elvira hace dos días
que no come
pero no le importa
prefiere bailar
con la luna reflejada
en las baldosas del piso
y beber vino en una
copa alta y fina.
Elvira baila y olvida
el revólver apoyado en la mesada.

Elvira baila
y en cada giro de su cuerpo
se acerca más y más
a la luna.


Elvira está encerrada

Elvira estuvo todo el día
encerrada en su casa
ayer hizo lo mismo
no prendió el televisor
no salió al patio
a regar los malvones
las fresias y los alelíes.
no es que haya estado
tirada en la cama
sin hacer nada.

estuvo todo el día
mirando por la ventana
viendo a la gente
que entraba y salía del almacén.
viendo los rostros
de esos hombres
cargando su bolsa con salamines
mortadela y vino tinto.

en algunos
vió la mirada de su padre
y un temblor le recorrió
el cuerpo
como un rayo sin luz.


Elvira sueña

Elvira sueña
con un hombre
corriéndole la silla
para que tome asiento
a la mesa
de mantel blanco
un pimpollo de rosa roja
dos copas
el hombre destapando la champaña
mirándola a los ojos
brindando con ella
Mozart en el tocadiscos
perfume masculino
en el aire
sus ojos llorosos
se lleva la copa a la boca
y su vientre se colma de burbujas.

sus ojos llorosos
en medio de la cocina
el silbido de la pava en la hornalla
corre la cortina
de la pequeña ventana
y la noche se mete en su cuerpo
siente en su mano un temblor profundo
naciendo en sus entrañas
que le recorre placenteramente la sangre.


Elvira y sus gallinas

me escribe Elvira
ella siempre me escribe cartas
no sabe de las nuevas tecnologías
va hasta el kiosco de la esquina
y me deja la carta en la estafeta postal
ahora me escribe menos
no puede pagar el estampillado
hablamos por teléfono
me dice que no entiende
como la gente votó a un abusador
le digo que eso no se sabe
y no se puede decir
sabemos que es un insensible
un apátrida, un perverso pero…
“yo sí lo sé, conozco esa mirada”
no le respondí
cuando se le mete algo en la cabeza
mejor no discutir con ella,
pero es cierto
que es muy perceptiva
tiene un don que pocos tienen.

Después hablamos de los pollos y las gallinas
“con el frío las gallinas no paren”
“aunque yo las tengo abrigaditas
cubiertas con nylon y con una salamandra”
“pero tienen miedo” me dijo
“son hembras y temen por sus hijos”
casi me río, pero me contuve
creí percibir que lloraba.



 Aldo Luis Novelli (1957) Poeta, cuentista, ensayista, inquisidor del alma humana y habitante de bares nocturnos. Analista de Sistemas, coordina talleres de poesía y realiza crítica literaria. Nació en la ciudad de Neuquén, Argentina, en una madrugada de juerga y carnaval. Vivió hasta los 13 años en Challacó, un campamento petrolero en medio del desierto patagónico, hoy un caserío fantasma y luego vagó por el país hasta retornar al terruño, la ciudad de las manzanas prohibidas enclavada en el valle de las quimeras, donde reside actualmente.

Ha publicado: “La noche del hastío” Ed. Limón – Neuquén-2003; Plaqueta “16 poéticas” Ed. Limón – Neuquén-2004 -“Agonistas del fin del mundo” Ed. “La luna que” – Buenos Aires-2005 – “Desierto” Ed. El llanto del mudo” –Córdoba-2007; “Mínimo mundo” fragmento, tirada de 90.000 ejemplares - Edición del Min. Educ. de la Nación - 2008 -, “Estúpidos mirones de televisión” Ed. Textos de Cartón – de C. Nieva - 2009 – Córdoba; “Archibaldo, el gran exhibicionista” Ed. Cartonerita Solar – Neuquén-2009; “Luz y sombra” - Ed. Homo Scriptum - Monterrey – México de A. Botto y Ed. El barco ebrio Nueva York – EEUU de C. Aguasaco - 2011; “mínimo mundo” Ed. Llanto del mudo – Córdoba - Argentina – 2012, PlaquetaSoloiloco del solo’ – Ed. Cebolla de vidrio La mano en la sed -2016 – Rock en el desierto’ Ed. De La Gieta – San Martín de los Andes - 2016.