martes, 29 de marzo de 2011

Edgar Morisoli: Curacó.

Edgar Morisoli























Curacó



Tuvo que ser de sílex,
tuvo que ser de pedernal durísimo o acaso de diamante,
el hacha con que el sol labró este surco, abrió este tajo entre áridas mahuidas,
para que toda el agua del ande descendiera en demanda del mar.

(¿O tal vez fue la diosa más antigua
-ella, la Giradora-‘
la que marcó tan honda rastrillada cuando pasó danzando, trompo del remolino,
dura púa de cuarzo que taladró hasta el hueso las colinas del Sur?)

¡Siglos habrá cavado,
siglos habrá tardado en tallar este largo cañadón guijarroso, esta angostura
de la Puerta-de-Piedra,
los peldaños pulidos por remotos deshielos  o una vieja canción...!


Ponciano Anquito la recuerda, a veces,
cuando cruza silbando.








Edgar Morisoli, poeta. Nació en la localidad de Acébal, Santa Fe, en 1930. Desde muy joven se radicó en La Pampa, actualmente reside en la ciudad de Santa Rosa, donde trabajó durante décadas como agrimensor en diversos proyectos hídricos provinciales. Profesión que le permitió recorrer y conocer palmo a palmo las localidades y paisajes de su tierra de adopción.
En  1957 da a conocer su primer volumen de poemas  Salmo Bagual, al que le siguieron:  Solar del viento (1966); Tierra que sé (1972); Al sur crece tu nombre (1974); Obra callada (1994) Cancionero del Alto Colorado (1997); Bordona del otoño / Palabra  de intemperie (1998); Hasta aquí la canción (1999); Cuadernos del  rumbeador (2001); La lección de la diuca (2003); Última rosa, última trinchera (2005); Un largo sortilegio (2006) y Pliegos del amanecer (2010).
Su trayectoria poética ha recibido entre otras distinciones el “Reconocimiento a los creadores” otorgado por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (1997),  el premio
“Testimonio” (1997) concedido por el gobierno de la provincia de La Pampa y el Tercer Premio Nacional de literatura  (2004) correspondiente al rubro poesía concedido por la Secretaría de Cultura de la Nación.