lunes, 25 de marzo de 2013

Curso Escritura Femenina




Lawrence Ferlinghetti: Allen Ginsberg se está muriendo.









Allen Ginsberg se está muriendo
Lo dicen todos los diarios
Está en los noticieros de la tarde
Un gran poeta se está muriendo
Pero su voz
                       no morirá
Su voz está sobre la tierra
En el Lower Manhattan
en su propia cama
se está muriendo
No hay nada
que podamos hacer
Él muere la muerte que todos
Morimos
Él muere la muerte del poeta
Él tiene un teléfono en la mano
Y llama a todos
Desde su cama en el Lower Manhattan
En todo el mundo
tarde  en la noche
el teléfono está sonando
‘Es  Allen’
                 dice la voz
‘Habla Allen Ginsberg’
Cuántas veces lo han oído
a través de los largos grandes años
No es necesario que él diga Ginsberg
En todo el mundo
en el mundo de los poetas
hay un solo Allen
‘Quería contarte’ dice
Les cuenta lo que le está pasando
lo que está cayendo
sobre él
La Muerte esa amante oscura
cayendo sobre él
Su voz va por satélite
sobre la tierra
sobre el Mar de Japón
donde una vez estuvo parado desnudo
tridente en mano
como un joven  Neptuno
un hombre joven con barba negra
parado en una playa de piedras

Hay marea alta y las gaviotas graznan
Las olas rompen sobre él
                                  Ahora
y las gaviotas graznan
sobre las costas de San Francisco
Hay un viento fuerte
Hay grandes olas blancas
azotando el Embarcadero
Allen está en el teléfono
Su voz está sobre las olas
Yo estoy leyendo poesía griega
El mar está en ella
Los caballos lloran ella
Los caballos de Aquiles
lloran en ella
aquí junto  al mar
en San Francisco
donde las olas lloran
Ellas hacen un sonido sibilante
Un sonido sibilino

                             Allen

Ellas susurran
                             Allen

Lawrence Ferlinghetti




Nicanor Parra: Poema y Versiones (Ginsberg, Trejo, Moore).




Conversación Galante

-Hace una hora que estamos aquí
Pero siempre contestas con lo mismo;
Quieres volverme loca con tus Chistes
Pero tus chistes me los sé de memoria
¿No te gusta la boca ni los ojos?
-Claro que sí me gustan me gustan los ojos.
-¿Pero por qué no los besas, entonces?
-Claro que sí que los voy a besar.
-¿No te gustan los senos ni los muslos?
-¡Cómo no van a gustarme los senos!
-Pero entonces ¿por qué no reaccionas?
Tócalos, aprovecha la ocasión.
-No me gusta tocarlos a la fuerza.
-¿Y para que me hiciste desnudarme?
-Yo no te  dije que te desnudaras.
Fuiste tú misma quien se desnudó:
Vístase, antes que llegue su marido.
En vez de discutir.
Vístase, antes que llegue su marido.

(de Versos de Salón, 1962)


Gallant Conversation

We’ve been together a whole hour
but all you give me is the same old answer.
You want to drive me nutty with your follies
but I know your jokes by heart long ago.
Don’t you like the mouth or these eyes?
Certainly true that I like eyes.
So why don’t you kiss them after all.
Certainly true I’ll get to kiss them.
Don’t you like these breasts or thighs?
Why not, why wouldn’t I like breast.
Well the OK but where’s the action?
Well go and touch then, it’s about time.
I don’t like to touch them when I’m forced to.
And why did you make me get undressed ?
I didn’t  say to get yourself undressed
you took all you clothes off by yourself.
Get your clothes off by yourself.
Get your clothes back on  before your husband  comes
quit arguing (and)
get you clothes back on before your husband comes.

(translation Mario Trejo, Allen Ginsberg, Esteban Moore;
Naropa  Work shop; 15 -7-1990.)*
 
Naropa Institute, Boulder, Colorado.

Texto borrador yla versión final, ambos de puño y letra de Allen Ginsberg.
M.W. (Miller Williams)










*En Julio de 1990, por recomendación de Alejandro Manara, fui invitado a la escuela de poesía del  Naropa Institute,  en Boulder Colorado. Allí compartí un departamento durante dos semanas con Mario Trejo  (Varsity Townhouse Apartments, Ap.219)., un dúplex muy cómodo. Por las mañanas colaboraba  con Jack Collom en su taller de Mistranslations, en el que con los asistentes devolvimos al inglés desde el castellano una serie de traducciones que yo había hecho de Raymond Carver; divirtiéndonos y maravillándonos con los resultados.
 Al mediodía me iba solo a un puesto de comidas en un callejón detrás del instituto, Daddy Bruce´s, una prefabricada de madera con un gran mostrador y algunos bancos. El menú era simple hamburguesas caseras y chuletas de cerdo con fritas y cerveza o gaseosas.  Luego  regresaba al departamento me hacía una siesta corta o leía los poemas de Ginsberg y Ferlinghetti a quienes tenía a mi disposición paraaclarar mis dudas. A partir de la media tarde iba al instituto donde  revisaba el programa y salía  a caminar por un magnifico parque, o me dirigía a una librería de viejo, Aion Books.
Las noches eran repetidas lecturas de poemas, conferencias y mesas redondas, que terminaban a las 8.30 pasado meridiano. Después  podía cenar con Trejo en un restaurante tejano, donde servían unos bifes de chorizo, ensalada, papas hervidas y un tazón de sopa por $ 9.50 americanos, cerveza aparte o ir con los estudiantes a algún otro sitio.
Ide Hintze, el poeta austríaco, llegó cuando yo ya estaba instalado y descubrió una licorería donde vendían los productos de Trapiche.  Habiendo descubierto vino a buen precio organizamos entonces unos tallarinadas, noches de Spaghetti, en nuestro departamento.  Asistían los alumnos del taller de Ginsberg, Collom, a los que se les unían más tarde  Ginsberg y Ferlinghetti.  El departamento vecino estaba ocupado por el trompetista Don Cherry que luego de cenar se daba una vuelta con su novia hollywoodense.
Una mañana cerca de las 8.30 alguien golpeó la puerta, me desperté y fui a abrir, era Ginsberg que venía con una carpeta bajo el brazo. Me preguntó si no le daría una mano con una traducción de un poema de Nicanor Parra. Le pedí unos minutos, calenté un poco de café, me lavé la cara y nos pusimos a trabajar. Nuestra animada conversación despertó a Trejo, que desde su habitación murmuraba en voz audible!!!!quién carajo hace tanto ruido!!!!
Cuando bajó y lo vió a Ginsberg se tranquilizo y trabajó con nosotros. Terminada la traducción del poema de Parra, Ginsberg se fue a dar su taller, dejándome una copia manuscrita de nuestro trabajo.
Otro sí digo: Un domingo por la mañana fuimos con Trejo a caminar por la calle Pearl, en lo que podríamos llamar el centro comercial de Boulder. Las construcciones en esta calle eran todas de planta baja. Caminábamos tranquilamente cuando sucedió lo impredecible. Desde lo alto algo cayó,  golpeo suavemente en la frente de Trejo  y se depositó sobre mi pecho. Era una carta, el 9 de diamantes. Trejo, siempre lo recordaré miró para arriba, pero como ya lo dije era una calle de edificios bajos.  Se preguntaba como llegó esa carta desde lo alto, desde “el cielo”, dijo. Yo, todavía no me lo explico.
Esa noche Trejo me dió un sobre. Dentro venía la carta, el 9 de Diamantes pegada sobre una hoja de papel en el la que había escrito un breve saludo de despedida (qué aún guardo), pues el Lunes yo debía ir a Denver y tomarme un vuelo a San Francisco para encontrarme con Ferlinghetti.


Las Flores del Mall

Nueve diamantes sobre mi cabeza
rebotan sobre tu corazón
 Compagnons de vagabondage
The Rocky Mountains se abren como un decorado
El Pacífico nos espera
con sus olas abiertas
Punto y Banca
gana el nueve
Nosotros somos el diamante

Firmado Mario the Trexus,
para Esteban the More Moore.

Boulder, Julio23 , 1990.