Bassem Al-Meraiby |
Cuando el poeta eleva su espejo
El rostro de Bagdad es una sombra y un incendio.
El rostro de Bagdad, esas blancas piedras
que se reflejan en el agua de los tiempos.
El rostro de Bagdad
en tu espejo es fuego, una lluvia de meteoritos,
tempestades y el estallido de los cielos;
como un profeta fatigado por la visión de sus ojos,
se halla realmente agobiado por aquello que está viendo.
Tú levantas tu espejo
y le pides que la imagen deje de sangrar
que cese el flujo constante de la sangre sobre las afiladas piedras,
ésa es mi madre patria.
Y tus ojos están repletos de lágrimas,
el Tigris es un tatuaje sediento que rodea tu cuello
......................
El rostro de aquello que amas te lleva lejos
tu amor te impulsa hacia el viento y los bosques de lluvia
entonces tus pasos serán tu exilio.
Y tu madre patria se oculta bajo una piedra de sangre.
¿Quién podrá retirar esa piedra? Le preguntas al poema,
que se oculta detrás de dos lágrimas,
mientras tú señalas en el horizonte esas dos heridas
que el corazón abraza: el Tigris y el Eúfrates.
El horizonte es tu espejo,
con tu valiente corazón sigues la llama feroz
la sigues como si fueras un ala.
Tu ala esboza el destino de las ciudades de la oscuridad
en el libro de las tormentas.
Allí el exilio es otra madre patria,
desde el momento en que tu canto se desarrolló
el libro de las tormentas permanece abierto en tus manos.
Mientras tú meditas con una desconsolada sabiduría
acerca de todo aquello esparcido en los vientos.
¿Qué noche o qué amanecer te abrazará a tí poeta?
No existe el camino mientras los países se hallen encerrados en su destrucción.
Tu sendero es la madre patria.
Una tierra tramada por piratas
En la tierra que surge de la mirada
que el halcón fija sobre su presa
existen palabras que resuenan constantemente
palabras que giran perpetuamente
entre dos pájaros posados en un árbol solitario
entre el sacrificio y su horror
entre el arroyo y la piedra
entre la sombra y el fuego
Tierra golpeada por el terror
es lo que queda de la mirada del muerto
el murmullo de un árbol astillado
en el portal un hacha remojada en chispas,
chispas que pueden iluminar la negritud de las raíces
En el libro de la oscuridad
en el que el abatimiento resplandece
compartiendo el destino de los árboles
y el hacha
y el río
antes de la madrugada repleta de estrellas
donde la noche brilla con mayor intensidad
y los secretos son doblemente callados
En sitios donde las palabras son evitadas
y todos están sumidos en la ferocidad y la sangre
y en promesas y lágrimas
yo observo a las personas
como se les sirve su miseria para que la beban
y como los transforman en leña para el fuego
en los bosques de su ruina
En una tierra rescatada con una lágrima
sólo existen piratas felices
siguiendo un río imaginario
en busca de un tesoro que ha nacido muerto
Tierras que se apilan
en los fabulosos mapas de diestros piratas
y tierras que se derraman
a través de ríos olvidados
y rocas en plena caída
y los pies que caen de los acantilados
a través de los mapas robados a nuestra ascendencia,
una tierra permanece
suspendida lágrima:
entre el ojo
y la escena que observa
(versiones Esteban Moore H.)
BASSEM AL-MERAIBY (Bagdad, Irak, 1960) Pertenece a la generación de poetas que se destacaron en la década de los 80 del siglo pasado. Ha publicado siete volúmenes de poemas y en 1988 su obra fue distinguida con el premio Yousef AlKhals prize (1988). Vive exilado en Suecia.