Robert Duncan |
Ni nuestros vicios ni nuestras
virtudes
harán que el poema
prospere. “Surgieron
y murieron
simplemente como lo
hacen todos los años
sobre las rocas.”
El poema
se alimenta en el pensamiento, sentimiento, impulso,
para engendrarse por sí mismo,
una urgencia espiritual
saltando en las oscuras escaleras.
Esta belleza
es una persistencia interior
hacia el origen
esforzándose contra
(dentro) la corriente del río
un llamado que escuchamos y
contestamos
en lo
tardío del mundo
bramidos primordiales
de los
que el mundo más joven podría nacer
en el
aljibe donde caen las avellanas
no hay salmones
están
batallando la corriente y las cascadas, dificultosamente,
ciegamente lográndolo.
Esta
es una imagen apta para la mente.
Una
segunda: un alce retratado por Stubbs*,
donde la
extravagante cornamenta del pasado año
yace sobre el suelo.
El
solitario poema con rostro de alce luce
nuevas cuernas,
iguales,
“un
poquito pesadas, un poquito artificiales”,
su única
belleza el ser
todo alce.
Robert
Duncan (Oakland, California, 1918- San Francisco, 1988) Poeta, ensayista y
autor teatral. Tuvo una destacada presencia en la escuela de poesía del Black
Mountain College y en el Renacimiento poético de San Francisco. En la década de los 40 fue codirector del Experimental Review, donde publicó trabajos de: Henry Miller, Anais Nin,
Lawrence Durrell, Kenneth Patchen, William Everson, Aurora Bligh (Mary
Fabilli), Thomas Merton, Robert Horan y Jack Johnson. En diversos aspectos su poética
se relaciona con la de Charles Olson: el verso projectivo, la forma del poema
moldeada por la respiración del poeta. En su constante búsqueda de la
renovación de las formas sostenía que existía una relación entre las ciencias modernas y la antigua sabiduría
de los poetas. Respecto de sus poemas políticos opinaba que el poema no debe
predicar, debe representar, de lo contrario éste traiciona su esencia.
Su poética que ha influenciado la poesía
norteamericana contemporánea abreva en fuentes diversas, los mitos, la religión,
Homero, la literatura medieval, los románticos ingleses, H.D., Ezra Pound,
William Carlos Williams, William Everson y Robert Creeley. Los poemas de Duncan
se asemejan a un trabajado collage en el cual pueden entrar desde una cita en
prosa, un catálogo, una receta, un monólogo dramático, hasta una diatriba,
siempre dentro de la continuidad de la tradición de la poesía norteamericana.
En 2003 se publica su voluminosa correspondencia con Denise Levertov (The Letters of Robert Duncan and Denise Levertov, edited
by Robert Bertholf and Albert Gelpi, Stanford University Press) que reaviva el
debate de los 60 y los 70 acerca de la poesía política y las políticas de la
poesía; y en 2011, su homenaje a H.D. (The H.D. Book (The Collected Writings of Robert
Duncan), edited by Michael Boughn and Victor Coleman, University of
California Press), año en que se publica su obra poética completa.