EL INSOMNE INSUMISO O SOBRE LOS ALCANCES
DE HABLAR DE OTROS TEMAS
Hemos hablado toda la noche de cómo va el mundo
Fue una buena comida
abundante y sin lujos
entre viejos amigos
Alguien recordó a Saint Just
los que hacen revoluciones
los que quieren hacer el bien
no deben dormir más que en la tumba
Miramos el fondo de las copas
paladeamos el vino
y hablamos también
de secuestros de aviones
y personas desaparecidas
y cadáveres abandonados
en arroyos taciturnos
Discutimos la diferencia
entre el secuestro de un tornero
y el rapto de un embajador
su precio en moneda diplomática
Alguien aclaró la distancia
entre guerrilla y terrorismo
cuestión de objetivos
de víctimas y medios
de razones y llantos.
Una y otra vez tocamos el tema
de los intereses nacionales
es decir
del interés nacional
que entierra los gestos heroicos
y los riesgos de la guerra
el ausente con permiso de los chinos
en Vietnam, Bangladesh e Indonesia
de los americanos en Praga
de los rusos en Santo Domingo
y de las tropas de etcétera en el país de etcétera
Pero volvíamos siempre al punto de partida
la tortura y sus técnicas
oficio que ignoran el virus y el tigre
el escorpión y la culebra
viciosa búsqueda de la verdad
mundial y sin secretos
Como de costumbre
estuvimos de acuerdo en que poco o nada se arregla
con canciones y puestas en escena
con rituales de cámaras y luces
y palabras elegidas con pasión y paciencia
Para qué repetir que un poema no devuelve la vida
La película ha terminado y el cine continúa
Yo no soy el hechicero de una tribu profética
Por fin resolvimos que
de todos modos
es peor el silencio
que hablar es algo más que una droga
Porque la verdad es verdad
sólo cuando es pronunciada
golpeada a veces
a puro y torpe corazón
Porque no hay tiempo que perder
Pero supimos también que vale la pena salvar un minuto
Para recordar que a la verdad también hay que pensarla
El blanco de la verdad es la eficacia
Cabeza fría y corazón caliente
Cálida sobremesa
discretamente alcohólica
entre viejos amigos
La verdad
nos dijimos
no es ni fea ni bonita
Pero igual deberíamos salvar otro minuto
para el poeta que hay en todo hombre
para que pueda sin temor
perder la ilusión de que cuando termina la belleza
se acaba la verdad
para que pueda realizar la ilusión
de que donde acaba la verdad termina la belleza
como en estos discos de Bach o de los Beatles
que giran hoy a 33 revoluciones por minuto
Nos callamos un rato
Cómplices en saber que la bestia humana
Sólo sonreirá cuando verdad y belleza sean una sola cosa
Insomnes
hablamos toda la noche
Insumisos ante el poder de la palabra
Convencidos de que las ideas
sólo se redimen en la práctica.
A Umberto Eco y Luis J. Prieto,
Santiago de Chile, 1972.
EL BELLO ERROR
O DE LA DELICADEZA DE EXISTIR
Hablaré de aquella cuyas piernas se asemejan a un gesto
La que se arroja desde lo alto de sus ojos
Desde lo oscuro de su cuerpo
La que me quiere con delirios
Con escándalos y silencios
La que tiene palabras para los otros
Y una sonrisa para nuestro secreto
La que dispone de un minuto para el mediodía
De su vida para siempre
De mi amor para la eternidad
Ella, que tiene la debilidad de esperarme
Y la manía de quererme
Tú, donde el error se hace acierto o belleza
Tú, que tienes la delicadeza de existir
UNA TRADUCCIÓN
Qué he hecho yo sino la ausencia?
Qué he hecho yo sino el dolor?
El viento se oculta en la brisa
pero las ramas no se mueven.
Ni curiosa ni melancólica
esta aventura de no ser
tan fugazmente como lo sido.
Una y otra vez volveremos
convalecientes de salud
a pisar la fastuosa y crujiente
ceremonia otoñal.
PÁNICO EN VALPARAÍSO
Para los invencibles corazones
agua de invierno acero de verano
para las invencibles convulsiones
del amor en la boca del alba
Para los deslumbrados por las bellas palabras
y las grandes mentiras
nosotros
los que erramos en la primera oportunidad
y ardimos en lo verdadero y en lo falso
congregados bajo una lluvia sagrada
los ojos obstruidos por la melancolía
y a veces por el sol de otra patria
Para nosotros el cielo transcurre de un día a otro
arrastra un hotel llamado Septiembre
multitudes perdidas en los pasos del lobo
incendios entrevistos desde lo alto de la ciudad
muertes
secretos
y otras manos solícitas
En vano nuestro amor gestionaba un acuerdo
de noche junto al mar de voz sin atenuantes
juntos como cobardes o reyes ateridos de locura
gastando el tiempo
descubriendo el margen de la ley
dándole a nadie el espectáculo de nuestro amor
Así luchamos y así caeremos
exhaustos como las medusas del anochecer
mientras los jóvenes invictos celebran el alcohol
y conmueven la carne
elegantes mujeres de una edad que tuviste
ricas y jóvenes vencedoras y alegres rivales
Ellos acaban de ganar el torneo que nosotros perdimos
y hablan a los gritos y es verano
y pronuncian París
y recuerdan la noche de Los Ángeles
Ahora nuestras manos están colmadas por la fiebre
y los kilómetros rendidos a nuestro paso
sstán otra vez lejos y tal vez para siempre
como las leyes que gobernaron nuestra vida
ese desorden secreto para el que fuimos hechos
como fueron hechos nuestros nombres
en boca de todos y en los ojos de nadie
Bajo las águilas inmensas que devoran mi boca
reclamo tu presencia
tu mirada inmediata
tu cuerpo silencioso construido para residencia de mis dioses
Mario Trejo, Esteban Moore, Alberto Vanasco |
Mario Trejo (1926-2012) Poeta, dramaturgo y periodista. Premio Casa de las Américas –poesía, Premio Municipal de Buenos Aires (Teatro, compartido con Alberto Vanasco).