jueves, 19 de agosto de 2010

Osvaldo Ballina, poemas.

Osvaldo Ballina










 



 




BAILA, EN LA HORA SECA, A ESPALDAS DEL ABISMO


baila, en la hora seca, a espaldas del abismo,
ante la luz embrutecida, solo,
y salva la razón

el agua esparce ojos y manos, sube,
habla despierta a cielo suelto

el agua que trae más agua
arrastra lo una vez humano




LA ANGUSTIA DEL  MORTAL


la angustia del mortal
late en la claridad
más rica

trabaja un parto
en  bosque de alientos
entregado al  día

viene
el humo olvidado del huérfano
y, apenas ángel,
el pudor de la memoria 

 

ENTRECIERRA LOS OJOS UNA LUZ NUNCA EVADIDA


entrecierra los ojos una luz nunca evadida
concilian,
regresadas de la agonía, nuevas nutrientes


jadea
el precario estupor humano
en el dominio de lo respirante

¿penetrará la raíz?



LLÁMALO COMO QUIERAS


llámalo como quieras

arte abortado, exorcismo, sacrificio doméstico
lengua de efigies

obediente y sumiso, fuera de tu sombra,
en la colmena olvidada
fijas el ojo

mama la noche, sujeta a la matriz,

y bebes el inocuo veneno
del fuego que une


  
VIENTRE DEL ESPACIO SOLSTICIO
 

vientre del espacio solsticio
limpia el viento

anverso de claridad esperma
reverso de aire negro

limpia
sin artimañas de lo efímero

la memoria, la agonía y el destino

esparcido
sin ritual prescrito
el fuera de sí en su calma lasciva

 

AYUNA, EN EL RESPIRO DEL VERDOR


ayuna, en el respiro del verdor,
honda, en humanos retazos,
la mañana

aferrado a las crines de tu oráculo

¿llegas muy tarde o muy temprano?
¿a qué obedece la intrusa palabra?

en la nueva estación
¿es lo sagrado el bárbaro?

 

ENTRE QUIEN MIRA Y EL MOTIVO


entre quien mira y el motivo
el don
en cuerpo recibido

la alegría empuja como el hambre



LA MAÑANA AGUAMARINA


la mañana aguamarina
bebe del revés de las hojas

no es espanto despertar
cuando regresan a su destino las cosas



EL OTRO SUEÑO, POR MANO PROPIA


el otro sueño, por mano propia,
aquel con eco,
libera

más allá de su limite
nada que importa ocurre

muta

el pequeño mundo infame
en conciencia de recién nacido


NI ÚLTIMO NI PRIMER DESCENSO


ni último ni  primer descenso
cuanto menos, sí, dosis contra el ajeno todo,
la ruptura consumada

al unísono con algo terrenal que resistió
y desde lo hondo, solo,
inseminó al mundo


UN DESATINO FURTIVO RODEA LA NOCHE


un desatino furtivo rodea la noche
y lava la mugre
por sueño que iguala en inocencia

sin boca, sin ojos, sin oídos
las cosas caen en su fondo
con desprecio

ante tanta desnudez el prodigioso horror
sin hoy ni mañana
de no querer más luz


HABLÓ EL PABILO EN LA OSCURIDAD


habló el pabilo en la oscuridad
la memoria se despegó del tiempo

de un solo golpe
todo fue desnudo


para uso y consumo
de un delirio difícil


ORO OLVIDADO, REHÉN  DE LA MORADA

oro olvidado, rehén de la morada
fue el cebo
cristal voraz de cristal

el ángel huyó de la razón
y bendijo la lengua

festivo de verde en lluvia
el milagro habitual
lejos de la costa











Osvaldo Ballina (La Plata, 1942). Poeta y traductor. Ha publicado: El día mayor, 1971; Esta única esperanza contra todo, 1973; Aún tengo la vida, 1975; En tierra de uno, 1977; Caminante en Italia, 1979; Diario veneciano, 1982; Ceremonia diurna, 1984; La poesía no es necesaria, 1986; La vida, la más bella, 1988; Sol que ocupa el corazón, 1991; Sondas, 1992; Estamos vivos y vamos a vivir (Poemas 1971-1992), 1993; Final del estante, 1994; Verano del incurable, 1996; Confines, 1998; El viaje, 2000; Apuntes del natural, 2001; El caos luminoso, 2002; Al dios que sea (Obra poética 1971-2003), 2004.