Julieta Desmarás. |
Ácaros de Invierno.
Te invito a que miremos juntos el solsticio por internet
compartamos la hornalla
y tu boca se acomode en alguna grieta de la mía:
la helada viene hacia nosotros.
Y nuestros cuerpos en el revuelco
del instante
se disuelven como copos.
Te invito a que miremos juntos el solsticio por internet
Te abrigues en mi saco de lana hasta formarse pelotitas
y tu boca sea una grieta de la mía:
la helada viene hacia nosotros.
Ya no tendremos más que revolcarnos
al instante
la pava desafina gemidos y quema café.
Te invito a que miremos juntos el solsticio
La helada viene hacia nosotros
Y nuestros cuerpos en el instante
revuelco
se disuelven como pocos.
Ya somos
ácaros de otros libros.
África suya
A las seis y media comienza, para mí, la tarde.
Cazadora de palabras mosqueantes
revientan a la hora del té
y esas manchas no salen.
¡Salvaje, no vuelvas!
Mi silueta, al igual que estas tierras,
duerme al costado del vacío.
Alguna vez, sí, habrán congeniado.
Es una gran selva el amor,
erosiona grietas y estrías
y suaviza al león.
¡Salvaje, no vuelvas!
de mi pollera, al igual que esas cebras,
te acordarás a la hora del té.
(De mi pollera, al igual que esas cebras,
¿te acordarás a la hora del té?)
La memoria
(René Magritte, 1948)
Pasará, pasará, pasará
mufa un tata.
Y volverá, volverá, volverá
como todos los días el tren.
Las nubes pasajeras,
la hoja inmadura y arrancada,
lo bello y lo feo,
un día; no cualquier otro,
se refriega en su cara.
Las cortinas abiertas,
un cielo ingenuo posa,
insiste sobre la ventana.
Sanará, sanará y pasará.
De vez en cuando, el día es perverso;
dura lo que duele una nube pasajera.
***
Puedo hablarte de aquel perro
abandonado en Junín,
de cómo se quedo lamiendo
mi niñez.
(Sí, verdes, más oscuros en invierno)
De los años que pisé montañas
coleccionando flechas ancestrales.
Puedo hablarte aún con timidez
del primer chico que besé.
(Sí, un montón de lunares)
De música, libros. Cuando doy
besos en los ojos
porque quiero amar o
estoy aburrida.
(No quiero estar aburrida)
Del Falcon de juguete
que dejó vendada a mi madre
hasta a los ojos
y de cómo nunca más comimos fideos verdes.
Puedo hablarte también
de cómo desearía que bajes
de esa gran cúpula
y quieras escucharme.
Julieta Desmarás (Buenos Aires, 1982) Poeta, redactora publicitaria. Ha vivido gran parte de su infancia y adolescencia en el Sur argentino. Administra Del sur al hormiguero, blog de poesía contemporánea y publica sus textos en revistas culturales, nacionales e internacionales. En la actualidad prepara su primer libro.