lunes, 6 de diciembre de 2010

Amalia Mercedes Abaria: Poemas.

Amalia Mercedes Abaria


















Camminiamo una sera sul fianco di un colle,
                        in silenzo. Nell’ombra del tardo crepuscolo
                                                                                  Cesare Pavese


MONTEGIORDANO

Subimos por la colina hacia Montegiordano.
Y estamos en silencio.

Subimos por la colina y la lluvia cae
                                               en nuestro pequeño mundo.

Arriba duerme una nostalgia de los que no están,
de los que lloran este rumor,
el triste espacio de la tierra viva,
las infinitas estrellas de un cielo perdido para siempre.

Si fueran campanas o un Angel,
pero son las cabras, tibias en la montaña sola,
y uno evoca al campesino que lloró hace tiempo
                                               también solo.

Si fuera la muerte la que avanza
o el despiadado silencio que no cesa,
pero es un hombre
buscando algo que fue sangre, algo que fue tiempo,
algo de su corazón perdido.

Y el polvo se levanta alrededor.

Pero ya llegamos, suelo, madre, punto.

Se descubre un poco de muerte, lejana…

Y pensamos en los otros, en los que no están


ECLIPSE

Es noche afuera, todos miran el eclipse
y la luna se esconde, se agazapa
se aniquila .

La hora exacta, precisa, fue proclamada,
anunciada, publicada,
con una estridencia de agujas
saliendo del televisor
y todos quieren ver, ver,
olvidar un poco los restos de martillo
de un día interminable.

Los perros de la noche, los que ambulan todavía
en el fondo de un hueso desolado
no ven , no saben que un velo, un pedazo de luna
cubre su perfecta soledad.

Noche de vértigo hacia la nada,
la cornisa donde los gatos también miran  la luna
la misma noche entera se evapora y cae
en un absurdo pecho de los que lloran.

Qué hay más allá?
Quién escucha las lejanías tristes,
 el pasado que aparece antes de dormir
una pared o un techo abriéndose a la memoria,
quién sigue mirando el recorrido de una luz que no fue?

Oigo tus pasos que se arrastran,
(estás cansado)
y vamos a dormir.



PARA NADA

Los perros vagabundos llevan una máscara
para que nadie los asuste.

Vuelven de la noche, con algo de quebranto.

Y van hacia la noche
con sus pasos de piedra, como fugándose.

En una estación cualquiera, se derrumban

                        Y miserables, partirán hacia un sueño pegado a la basura.




AMALIA MERCEDES ABARIA. Ha publicado dos volúmenes de poesía: “Del lado de la vida” (1982) y Caminos” (2009).  Administra el Blog de poesía: amaabaria.over-blog.com/