Raúl Pérez Arias |
Konstantinos
el manco de Troya
Konstantinos
está en la playa
durmiendo
su siesta atrasada.
Tiene
el estómago vacío de afecto,
sus
años huérfanos de gloria.
Quiso
ser como Ulises
porque
en su aldea
lo
llamaban “El Troyano”.
Pero
su juvenil anhelo lo golpeó
cuando
lo dejó manco
la
soldadesca golpista del 73.
Konstantinos
lleva cicatrices siglo XX,
amarguras
que no entiende ni reniega.
A
veces llora
mastica
las miserias
de
su burlona pensión.
Entonces,
toma su vino amigo
en
las noches de vigilia
mientras
mira pasar la vida.
Ahora,
Konstantinos
está
despierto en la playa
esperando
hacerse a la mar
con
su trirreme.
Tiene
ordenados sus trastos
Y
un fantasma que no alquiló.
Pero
sigue su lucha y pelea
con
el joven espíritu mutilado
hasta
que Ulises
un
día
lo
venga a buscar.
Su nombre no importa
señor
Ayer
murió un hombre
lejos
de su aldea,
estaba
contemplando
la
siembra de ají en Salónica
y
tanta belleza no pudo resistir
su
corazón ni sus ojos claros.
“Ayer
murió un hombre”,
los
campesinos comentaban,
y
dijo una niña:
es
el poeta de Kilkis,
el
que le cantó a nuestro pueblo,
sus
cosechas, caminos y azahares.
Aquél
que cruzó los golfos
y
sus palabras hablaron del blanco
de
nuestras casas, del amor por su gente.
Niña,
¿cómo se llamaba?
su
nombre no importa, señor.
Hoy
Grecia no debe llorar;
hoy
nuestro dioses
le
brindarán su tributo
y los poetas la bienvenida.
¡Tienen
razón!,
ayer
murió simplemente un hombre
y
un poeta es sólo semilla
en
medio de tanta soledad.
Atenea en Buenos Aires
Llovía:
Costa
Gavras filmaba en El Pireo.
Una
muchacha de faldas cortas
me
sirvió un retsina fresco.
Fue
un miércoles de independencia
el
sueño que tuve
esperando
con alegría.
El
dios de la tormenta
ahogó
mi visión anhelada
porque
Febo no apareció en Atenas
y
Atenea me sedujo
casi
al descuido
bailando
tango en Buenos Aires.
Raúl Pérez Arias (Buenos
Aires, 1956). Poeta y gestor cultural.
Ha publicado La inmovilidad de los ruidos (2007) y participado en numerosas
antologías. Dirige la revista El mirador de la cultura.