Catalina Boccardo |
FIGURA 1
las mujeres tienen
sus piernas rotas
o se les cae un ojo
y nacen flores diminutas
yo construí esas
ideas
mis propios ojos
suelen ser trampa
metal de la tijera
quién desea
una
clave
en el fondo
quién puede
humanamente astillar papel
reconfigurar aristas
matarse el centro
la física
desaparición por el
corte
FIGURA 2
la casa entera ya no
existe
una soledad de tules
negros
selección a voluntad
deconstrucción
por momentos a la
deriva
y ese objetivo casi
oscuro de una mano rompiente
borrar huellas
escindir cualquier
atisbo de locura del procedimiento
fragilidad en la
permanencia que nos permita creer
la angustia se retira con un bisturí
y volvemos a un todo
FIGURA 3
hacer personitas
lleva un tiempo considerable
cada mujercita es ella y es universal
les busco la vuelta
al acrílico
el papel
las tintas
aprieto el doblez
con pegamento
pruebo
pienso
si las flores si el
color rosa
un exceso
desnudos que prefiero
cubrir
y las telas cambian
de comportamiento
mecen o arrugan las
texturas
falta esa
experiencia con la máquina de coser
de las feministas
del horneado
y saber cómo cuidar
aquello gestado durante meses
las personitas en
este caso
nacen de pronto
por obra y gracia
una apertura de la
cabeza
una palas atenea
no parece el mismo
sufrimiento carnal
otra índole
el esfuerzo de nuestras manos
tocar nos
reconstruye
o permite obrar al
grito
o gritar durante la
obra
FIGURA 4
aparece una rara
avis
su necesidad
lleva a plasmar figuras
dignas de
comprensión
o al menos no carentes de sentido
siempre el mismo
entuerto
qué digo
o qué no digo
encima
aquí las palabras huelgan
matan
entre sí
el pico por el cual
centrar el alimento
absorber la vida
lo dibujo con lápiz
ni siquiera mencionable
más tarde
el silencio tan
profundo en sus ojos
y un entendimiento
de otros planos
de varios lenguajes
FIGURA 5
la mayor importancia
al color
imágenes
formas
no hay palabra
anterior
invisible
al mundo
cada símbolo
equilibra el peso del material que
utilizo
y aquel fatigarse
y mi niñez muda
FIGURA 6
las casas
reproducidas hasta el infinito
la misma matriz
después de tantos cortes
y un análisis puntilloso
te das cuenta del
regreso
por caminos
diferentes
el disimulo de tus
manos
y cada ojo
intentando no fallar
ni por una décima
aún cuando estarían
allí
a plena luz
dentro de vos
FIGURA SIETE
qué fuerte es el
líquido rojo
torna arabescos
brilla
en obsesiones del barniz
de pronto el tajo punza
hacia la realidad
Justo cuando lograba
la huida de mi cuerpo
hurgar orificios del
subconsciente
como una cirujana chiquita
con sus láminas
no me atemoriza el desguace
sino esa creencia
que las cosas funcionan de un solo modo
y no duelen
Catalina Boccardo, (Buenos Aires,
1961) Poeta y fotógrafa. Ha dado a
conocer El Jardín Santo (2011) y Territorios (2012). Administra los
blogs: www.intercuerpos.blogspot.com
y www.adestiempolanada.blogspot.com