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Luis Thonis |
Siglo de
manos
Has estado aquí y allá
lejos del reflujo público
en los muebles de la casa
seguían oficiando los lares
sombrías yerbas y pan de ácimo
sabe por qué el monje terminó siendo fraile
estuviste donde la jornada no abrazó
un considerando en las flores del pantano
tanto légamo a través del ángel y no del lodazal
acrobacia de hiena en hombre
no sólo el barco ebrio gabán sajón
apariencias de la verdad inexpugnable de lo vítreo
torsos desnudos se adentraban en el mar
avanzaron las dunas en los días de fervor comunal
lémures en las ursas del campo
viento de ritornello inicial
lejos de los ojos, del corazón lejos
ella florecía en el corazón de agosto
sin sacrificar mil pájaros a la deidad solar
lo grave era la incredulidad voluntaria
inventando a la mujer y privando en amante
el cuervo es negro temblor y desterrabas
moral gemela que casa lo estelar y lo animal
Es común que el extranjero sea el extraño
que engendra a largo plazo triaca saludable
fatiga ambiciosa del estólido jumento
candidez formal de las corcovas
Es habitual que ella haga vigila en aliteración de
vocales
del amor antiguo al nuevo en el rocío que trae el
sueño
pasan los animales, y la noche, es una y furente
puede ser idus cuando ella viene a buscarte
decirte: este es tu sexo, esta tu piel
y ni esto ni aquello cuando eviterno eres
resinas blancas y doradas en la puesta
próximo a los pescadores
fácil es nominar a la madre de los cantos
hacer de rama de olivo mujer floral
todo cuerpo que inventes en este ciclo
invocará a deshora
clámide o llama
ascua que en ramas cae en el mar
convirtiendo embrión en árbol
de ordinario la noche reposa entre animal y hombre
ella vuelve la noche un símil de saxofón acuático
es la señal anterior al alba, balandrán de
enterrador
menos dúctil resulta que la vagabunda duplicidad
guste de la hora escueta
el anacronismo mayor de sentirte tú mismo
que puedas ser algo más que las escasas páginas que
escribiste
el libro no tiene deducción estable
queden para otros los grumos destemplados
cualquier idea ensombrece esta puesta dorada
es sólo fábula el alma viviente del mundo.
Contricción de estímulos, espejos, estímulos,
espejos…
La forma cuesta cara y día a día la idea
está ahí sólo para abaratar las cosas
lo no nacido apenas si nace en un libro
donde no yaces
increada sombra que vespertina espejea
montes que no son de latón, filiformes trayectos
pianissismo donde converge un sueño nocturno de
verano
por a o b llegaste aquí
estás en el corazón del invierno
suite de la eutanasia en la primera letra del
alfabeto
quisiste arrancarte la memoria en Abisinia
tenías manos?...con qué ojos viste la ciudad
en espejeo de rastrojo
en lo que no transige con los cotejos de sangre,
piel, color
hay los estímulos, espejos, estímulos para valle de
lágrimas
more teutónico y more aeviternus
con qué inmigrante diste en la puesta
para trazar el glissando de la migración del pez
suspendidas las redes de pescadores
hablando del la puesta dorada
de un oficio de difuntos
en el que tan temprano ausente fuiste
valle de lamentos que era en ti tierra de tribu
noche de cetáceo en la línea de los pescadores
el barniz de los muebles preludiaba los lares
entre sombras idas, palabras, piensas
more africano
en inmemorable apostasía giran mil pájaros
el zapador de ecos no aflora
humana la familia es también una extranjera
corales o ritardandos donde toda tribu es tierra
de inmigrante sin migración
pulvición del pez, tensión increada en el cetáceo
ignorabas acaso esa sutil ironía que tornó vanidad
otro descenso de Samuel
cuando Saúl y espada no eran ya lo mismo
no inquieres si los guardias serán otras señas del
curso
para a o b también erraron
no tomas los yerros por otros tantos signos
están ahí los hospitales
uno se quedaba en casa
otro iba y aceptaba curaciones
caben aporías gnómicas en esta puesta dorada
la madre es ya ceniza
el guardián es el temor de que no quede otra máscara
que se desencamine del espejo y argos vuelva a
proferirse
entre reflejos marinos
de la primera letra del alfabeto
al latín de las iglesias
clámide o llama
ascua que en ramos cae…
resinas blancas, oleaje en casuarinas
ramas parlantes y hombres que llegaron como árboles
velut arbores ambulantes
dolor de la criatura que no duele
los estímulos para adolescer vienen y pasan
en tanto vas fijando los vértigos en el vértigo
no había cuadros para la nueva enfermedad que
invencionabas
Bendito: atentas contra el mal común que dice ser el
bien
por un bien que no se sabe y no es sino el malestar
de una criatura en deriva
lejos de los ojos, lejos del corazón
tener o no tener manos en un siglo de manos
cortarse los dedos o tenderles las manos
anamnesis de paso ligero en el espesor cervato
de los estímulos para adolecer nacen
estirpes nuevas en el campo y la ciudad
no saben de la migración del pez.
Callar no fue una decisión
o un modo de seguir hablando
fue hacer que cada letra tuya fuera
cobrando precisión, transparencia encarnada
Qué otra cosa…la criatura retorna, cima y caída de
un arpegio
prematuro ausente de un oficio de difuntos
tus manos vencen un siglo de manos
Callar fue volver a oír el grito del albatros
ayuno de un barco ebrio en el mar
callar fue ver la ciudad en espejeo de rastrojo
Y en la puesta dorada se atisba
la eviternidad de la criatura
la aporía gnómica de lo imposible singular
apariencia de un combate y destello preternatural
para los buenos estómagos sólo
las naturalezas son las que luchan
No dices luego al que llega: mira tu rostro
por mucho que te diga: traigo nuevos estímulos
tus vértigos confundidos en ese adolescer
no obstante la hora de un nuevo descenso o arribo
ese llegar siempre tarde de los muy oportunos
tres gotas de rocío
cuando espada y criatura eran ya lo mismo
y esos jóvenes cuerpos que murieron
sin dejar rastro, obra, vuelven oblicua la memoria
Ah…dirías, yo también quiero adolescer…pero de ese
modo
cae el grumo, flota el baldón dorado
hay símiles de agua y mar en la puesta dorada
suspendidas las redes de los pescadores
tres gotas de rocío
hombres que llegaron como árboles
no hay monasterio junto al lago
no es cuaresma y en el agua no cabe ningún pez
ni son las orillas del Caspio
es el bautismo sonoro en la puesta dorada
iluminaciones para el que viene de lejos
poblado de historias y de símiles
de cómo el monje terminó en fraile
o como quién andaba entre lo estelar y lo animal
compartió idéntica levadura
en la primera letra del alfabeto
clámide o llama
verbo que no es arco ni puente
tangencial la criatura
ascua que en ramos cae en árboles que ambulan
(de Siglo de Manos y la criatura)
Rezando al
revés
Muerto entre los vivos
vivo entre los muertos
ateo entre los fieles
con fe ante los escépticos
lo que ella te ha dado
no lo puedes tener
el coro canta alegre
en un círculo de fuego
alguien reza al revés
Con dientes apretados
quisieras morder
con nudillos cerrados
querrías golpear
ella te dio algo ínfimo
hiciste una catedral inmensa
para evitar recibirlo
por eso en el círculo de fuego
el bailarín se fue
con los montones de ceniza
quemazón de puro olvido
el carbón quemó tus labios
rezando al revés.
Una lágrima no fecunda
las arenas blancas
aunque sean para ti un mar
adoras la amazona
huyes de la mujer
la tierra es corteza endeble
continentes sepias tiemblan
no significan nada
para los brazos extraviados
de un horno nuclear
no quedan huellas sobre el hielo
lejanas manchas de estrellas
siembran lo inmemorial
Lo que ella te ha dado
es parte de un mundo
que no será
nada en el universo
refleja su sombra
una guirnalda la evoca
un eco ensortijado
en la perpleja oscuridad
Hay sangre en el verde
vidriosos ojos en salones
vida en los regazos
el corazón va a saltar
bromas pesadas en las plazas
antes los colores se apiñaban
se ponían sonrojados al pareo
ahora se despliegan
tan sueltos y tan acres
La goleta penetró en la bahía
lo que ella te ha dado
una tenue sonrisa
tenue como una ola
brilla en rocas de coral
la tarde se viste de hojas
desnudas a la noche
sabes cómo poseerla
mejor le tapas la boca
su laxo cinismo es franco
rezando al revés rezando
lo que toda una vida
pugnó para no escuchar
Deambulas entre árboles
como si fueran tibios huesos
o barrotes de una cárcel
donde grabar un nombre
todos se toman las manos
es la resurrección y piensas
rectamente rezando al revés
en los dones por devoción burlados.
Arrebatados y cuán lejos
Ella lo amaba tratando de entender
como alguien así existía
él la amaba sin tener en cuenta
lo que en ella insistía
separarse estando enamorados
es atentar contra el ritmo
un perjurio al corazón
crimen contra la creación
la historia continúa
quiere seguir narrándose
devastando a los que ya no son ni están
mientras los cuerpos entran en formol
se inicia la lucha de los dobles
una separación por conveniencia
es la apuesta a una repetición mejor
sobran pretextos para herirse
y fundar un odio post mortem
las mejores jornadas
el calor de los cuerpos en las noches
Mozart entre las sábanas
de una tarde interminable
rifada toda la dicha cultivada
quiere alojarse en una dádiva
el insomnio se impone
al sueño que descansaba
a los besos ante las estrellas
se les graba el signo nada
el silencio se niega a callarse
aunque ya no se escuche
el aleteo de una mariposa blanca
arrebatados y cuan lejos
en el mismo mundo combatiéndose
a ver quién lleva la voz cantante
Tristán se corta las uñas
Isolda se viste de dama de compañía
las palabras se vuelven vacías, vacías, vacías
a la vanguardia de la descreación.
La virgen del Rin
Esta es la historia de un infeliz
Alguien que quiso matar a la Virgen
la confundió con una muchacha
luego de asesinarla la talló en madera
y la arrojó al río, al Rin, que pensaba
iba a todos los ríos
en el pueblo confundieron
a él con el demonio
y a ella con la belleza
todos…menos…el poeta
que unas veces atribuyó el crimen al Río
a sus caballos de piedra
o a un efecto de su arte otras
Maestro en Colonia
Señor de Reims
en Vosgos esclavo
hijo de quién
¿por un mar etéreo descienden las
gradas?
Campanas de Estrasburgo
Vírgenes de granito
Trémulo el órgano
Grifos del Rin
¿zumban o patinan los caballos de
piedra?
Nube de otoño
límpida avena
lacia cabeza
Hubert de sal
¿dónde va la muchedumbre de los cascos?
Perfil agudo
Barítono jovial
Muy leve búho
Cebo a tirar
¿qué relinchan los caballos de piedra?
Dragón en torre
Abeto sin selva
plácida capilla
montaña negra
¿Por qué bóveda pacen los olvidados
belfos?
Desde su paila infernal
tuétano feroz
atisba el hoyuelo
nocturno matinal
¿son la frenética variación de unas
pocas sílabas?
Coros afuera
In situ el crime
Diverge la orilla
y ora febril
¿por afición de poeta hay vorugo,
huellas?
Oca del Nilo
Haba del Tibet
oración del Ganges
en el Plata: virgen
¿ son el bajamar de todo alto río?
Público concierto
el más grande crimen
larga sombra en corto sueño
¿celebran sensuales, endulzan la
onomástica?
Santa Lucía cae en Viernes
Santa Rosa en domingo
Santa Filomena el jueves
Hoy es día de alto río
¿ responsabilidad de inadmisible órgano?
En cordel la figuró muñeca
bajo lucero tímido
groseras yemas hunden
andante en su tierra
¿son los caballos la risa de los dioses
viejos?
El lobo mi padre
El río mi amigo
Bujía al corazón
Ya queman ventrículos
¿son la prosapia del bastardo, monstruo
del río?
Solitario en Tebaida
ermitaño en Líbano
cantor de Solima
el rayo no es el mismo
¿todo está perdido menos los caballos
de piedra?
La virgen sonaba a tesoro
atrabilario silencio
demonio: quiere ser único
silabario de humo y pánico
¿Hércules dirige las aguas a su templo?
Aquí están los leones
Aquí no hay leones
Mixtura agorgonada
permanece extranjera
aquí está la muchacha
una no mujer
¿caballo sin cabeza, paja, arena,
hiedra
alto el alto río
y sólo cabelleras?
Aquí el Autor del río
Asesino crédulo
espera, historia, cela
vibra un breve trébol
¿cuando no cabalgan, congratulan, son
pétreos?
Crisálida rubí en agua
Sudor, henal, pradera
Más crines que chispazos
en la motivación de piedra
¿bajan a cabeza cuando el becuadro
deleita?
Padre lobo padre
la tentación rosada
para la acción más cobarde
¿cómo el río habrá de befar el mundo?
Vencidos almanaques
en pipa tabaquera
un signo corambre
en punta de flecha
¿si el Río no pudo como podrá el poeta?
Breña de cauce eres
servicio de un río
la redondez devora
sin reflejo: rubí
¿ en Belén bailando la distracción del
corcel?
Un dejo titilante
ya la llama muerta
la catedral resuena
exigencia flamenca
en diatónico becuadro
canción de indulgencia
Manos que no oran
Manos que no tallan
la muchacha no está viva
l a virgen no está yerta
¿fue el autor del Río?
Inflamados potros de piedra
groseras yemas hunden
la bella de madera
y llega a tus orillas
alto el alto río
y sólo cabelleras
(de Eunoe).
Tu
santidad
La poesía
era una
empedernida visitante
impuntual
A veces
llamaba así
A ciertas
cadencias de voz
Que no
engañaban a falta de verdad
topacios
cuyo fondo trémulo
no podré
dilucidar
el badinaje
tejía una fábula
de señas muy
propias
las que me
dicen
no son ideas
las que nos
separan
son
distintas formas de cultivo
planta
proporcional a la inteligencia
que ahuyenta
un torbellino de gaviotas
no esos
nítidos perfiles
siempre
resolutos
tus
reverdecidos héroes
en plena
ideología alemana
en filas de
soldados
y entremeses
idénticos
los míos
resultaban endebles
tenían el
recato insoportable
de ser por
lo menos literarios
Que todo
haya ido en hipérboles
hablo de los
actos sexuales
cualquier
espejo los reflejaba dócil
ahí supe que
mi sexo era inocente
venía el
susurro luego de la cópula
comenzaba
algo déjà vu
algo cruzaba
el azogue y se rompían lanzas
ah uno de
mis débiles
entonaba una
pastoral imprevista
otro saltaba
invariablemente corpóreo
susurraba
tras espectro
un capítulo
cazurro, deslenguado
el del
Hombre
te esperaba
labrando jarcias
y la poesía
ya era el
nombre auspicioso
del combate
entre mi
alma y tu santidad
Imágenes que
serán el repujado antepecho
De una
ventana que se inclina
En un vítreo
reflejo
suspendido
en su diagrama
el otro
adiós no lo darán
escribas de
letra acanalada
cacarean más
de mil sexos
apenas si
escriben alguno
muy otra era
mi troika:
temía
volverme místico
en el adiós
a tu santidad.
Oh el amigo
del amigo
Tan occiso
de sus pares
que tuvo que
compartir su mujer
en el
momento que lo visitó el demonio
y terminó al
fin por pensar
que no había
estado
del todo en
la salsa
como para
contarle al diablo muerto
que estos
rostros semiaparenciales
giran en
aspas reales
en fallidas
filas kármicas
donde hay
algo peor que el homicidio
en la
infantilización del criminal
Piernas
cruzadas, colofón, sillón vecino
no fue todo
ajedrez de una noche
más lunática
que luna vergonzante
esa claridad
mezquina
que no hizo
sino aturdir más
esa
exigencia de objetividad
un cambiar
vertiginoso
de los
caballos en medio de la corriente
adiós a la
fábula de perdido vuelo:
volvería a
amarte si no te conociera
resulta que
te recuerdo demasiado bien
con todo tu
arte sensual
que a los
bobos de zaguán
les hacía
sospechar
“aquí hay un
clima de lascivia”
nunca citar
por latido
susurrar:
virgen prudentísima
entonces cambiábamos
alusiones
acerca de la
criatura
a la cual
sólo le falta una pipa
para fumarse
en cubilete
el alarido
bien epónimo
a la pasión
que visita
el temor de
no ser
cuando de
súbito descubre
el poder del
sexo
invertido en
calor moral, letal
ayer
pulsando las riendas del miedo
podía
estrellarse contra cualquier cosa
mientras
otro chupaba tabaco de lujo
hoy se
disipa en el escorzo-muralla
en el sumiso
reino del láudano
donde no
queda rincón de abrazos
un resquicio
para mi alma
y tu santidad
No era
siquiera el contraste
Entre la
ductilidad mía en las ideas
y tu
admirable imaginación sexual
en plena
ideología alemana
ahí donde se
vacila
entre San
Sancho y San Max
hallé tu
santidad
apartándola
de la androginia superpuesta
hoja podía
llevarla en caída
ahí donde
todo circula
sortea como
manteca humana
y como
amargo entusiasmo se dobla
el blando
cuerpo del otro
con la
imagen prestada del siguiente
y así hasta
dar en la diferida
suficiente
selva donde te habrás ido
subrayando
esa visión de muladar
Queda la otra
despedida
la que
siempre habrá de faltar
la que hará
rechinar los dientes
“Love that
never ends”
Duns Escoto
en la vulgata
como por
decreto del cielo
la cola del
buey sagrado
termina en
la boca del sátrapa
la
naturaleza no es natural
es el
confesionario
de las mudas
apariencias
y el libro
de Josué
no comienza
el octavo día
más que un
agujero es un hueco
un soldado
de plomo
No cabe
imitar los ingenios
del fumador
de opio inglés
esperar un
Champolión
para que
descifre un ideograma
un Poe para
hallar el Maelstrom
está en un
mero cambio de toallas
en la
posterior diferenciación del pecado
creías sólo
en los peores
los únicos-
decías- que serán perdonados
y tenías
razón: el tuyo, es una hipótesis
era tu
santidad reflejada contra mi alma
en una calle
plateada y con tranvías
donde
alguien desciende
y me da un
adiós bisoño
y de unas
altas almenas
caen más de
siete hachas
a una le doy
luengas gracias
por haberme
descubierto otro cuerpo
y
descabezado
de la
filantrópica opresión del Bien
dejándome
algún rubor
¿a quién
buscabas?
(de Cuerpos
inéditos)
Luis Thonis
(Buenos Aires, 1949) Poeta, ensayista, crítico y narrador. En poesía ha dado a
conocer, entre otros títulos: Siglo de manos y la criatura
(1987) y Eunoe (1991).