José Manuel Arango |
Hay gentes que llegan pisando duro
Hay gentes que llegan
pisando duro
que gritan y ordenan
que se sienten en este
mundo como en su casa
Gentes que todo lo
consideran suyo
que quiebran y arrancan
que ni siquiera
agradecen el aire
Y no les duele un hueso
no dudan
ni sienten temor van
erguidos
y hasta se tutean con
la muerte
Yo no sé francamente
cómo hacen
como no entienden
Ocupaciones apacibles
Un café, un periódico,
un cigarrillo.
Y las acciones suben en
la bolsa,
los aviones salen a la
hora prevista,
los oidores oyen,
los asesinos asesinan.
Hay camiones cargados
de fruta
que hacen cola en la
calle del mercado.
Un perro orina contra
el grueso tronco de la
acacia.
En fin, las ocupaciones
apacibles
de un momento antes del
acabóse.
Una señal
para Juan José Hoyos
Una señal una flecha
tosca un pedazo de tabla clavada en un palo
Se encuentra al borde
de la carretera veredal que se anuda al riñón de la
/montaña
Antes indicaba el
camino
Ahora —torcida— apunta
al desfiladero
Yo que voy a pie que no
tengo prisa
Debo acaso detenerme y
enderezarla
Es asunto mío será útil
a alguno
Tal vez
José Manuel Arango (Carmen del Viboral, 1937-
Medellín, Colombia, 2002) Poeta y traductor. Publicó entre otros títulos: Este lugar de la noche (1973); Signos (1978); Cantiga (1987) y Montañas (1995). En la década de los 60 hace una maestría en
literatura y filosofía en la Universidad de West Virginia, Virginia Occidental,
EEUU; donde toma contacto con la obra de varios poetas norteamericanos
contemporáneos. Traduce a Walt Whitman, Emily Dickinson y
William Carlos Williams.