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César Bisso |
La culpa
El poema es
culpable porque vive al desamparo,
se acalambra
de hambre, delira con el frío.
Es culpable
porque nos quita el antifaz,
escupe las
sábanas de los impostores,
orina sobre
los oráculos.
Es culpable
porque muda el rumbo de la noche,
se
emborracha de miedo,
sustrae a la
hiena la carroña de la boca,
conserva la
última moneda,
anda desnudo
por el inframundo.
Es culpable
porque asesina un adjetivo
y reprende
al verbo del delito.
Repara con su
voz todo aquello que enmudece.
El poema es
culpable porque no sabe ser inocente.
Otro camino
Lo
que la poesía dice el poeta nunca lo sabrá.
Simulan
ir por la misma senda. Pero no.
El
poeta responde la pregunta de los otros.
La
poesía habla para sí. Es su propio espejo.
El
poeta celebra la vida cada mañana,
quiere
sujetar al mundo con un puño.
La
poesía va desnuda,
en
ella el hoy es para siempre.
El
poeta vislumbra el rumbo de la pasión,
la
sangre derramada en cada batalla.
La
poesía no lastima.
El
poeta abre los ojos de la conciencia.
La
poesía ve más allá. Gobierna la palabra.
Presagio del guerrero
Antes de la
batalla, preso de somnolencia
te vuelves enemigo de ti mismo,
susurras
palabras imprecisas,
vibras con
la fuerza de un tambor.
Has ingresado
a la región del sueño
en busca de
ese animal invisible
que nunca
podrás vencer.
Entonces
vuelves desnudo al poema,
quebrado por
dentro, ya sin furor.
Y buscas una palabra para el desencanto.
La vuelta
Soy el país oscuro, remoto.
Estuve aferrado al silencio,
la vigilia tortuosa y plural.
Para ver, cerraba los ojos.
Lo relativo era minúsculo.
La certeza, trivial.
Lo cotidiano, un viaje infinito.
Cuando vi luz hallé tu nombre.
Mi Otro
Nada concluye, menos la locura.
Guardas la lluvia en tus manos. Encadenado,
alzas el pan y lo trozas en partículasde odio.
Multiplicas la sinrazón, asumes la rutina del hospicio,
la prisión de quien no quiere oír,
mendigo del espanto, gota de niebla que cae
por peldaños de olvido. Así transcurre la vida.
Y detrás del muro, yo, anestesiado, ciego.
¿Puedes acaso regresar? ¿Puedo regresarte,
hacerte feliz, comprender tu deseo de amar,
explicar que alguna vez volverás a cruzar el muro
y nadar en el río de la sensatez?
No te das cuenta. Resulta imposible alcanzar la luz.
Me cuesta decir que lo bestial también gobierna.
Y que la libertad es solo un atributo de la muerte.
Simulacro
Halagar el perfume y no la piel
es negar la belleza de la hechura.
Abrigar la razón del necio
es cubrir la luz, atizar el fuego.
Cuando esto sucede
se ama y odia de igual manera.
Entonces, transmuta la suerte
y el asesino se reencarna
en otra piel que ya no perfuma.
Estado de ánimo
Ah la lluvia
de marzo…
Borra
nombres, huellas,
rememora
calendarios,
exalta
viejas dolencias.
Guarnece a
los cobardes.
Esta lluvia
sin tiempo
debilita la
pira,
apacigua
tempestades,
desala el
fondo del mar,
inmola
dioses y relatos.
Vivifica la
historia
mientras
mece la cuna
de la
infamia.
Lava hojas,
cadáveres…
César Bisso (Coronda,
Santa Fe, 1952) Poeta, sociólogo, periodista y docente universitario. Ha
publicado los siguientes libros de poemas:
Poemas del taller,La agonía del
silencio, El límite de los días, El otro río, A pesar de nosotros, Contramuros,
Isla adentro (Premio José Pedroni),
De lluvias y regresos, Las trazas del agua (antología), Permanencia,
Coronda (antología), Un niño en la orilla y Andares. Se
encuentra en edición
De abajo mira el cielo. En ensayo,
Cabeza de
Medusa. Integra diversas antologías
y obtenido numerosas distinciones literarias. Colabora con notas de
opinión y artículos sobre sociedad y cultura en publicaciones del país y del
exterior. Algunos de sus textos poéticos fueron traducidos al inglés, francés,
italiano, portugués, alemán y turco. Fue invitado a participar en diferentes
ediciones de ferias de libros, como así también en festivales de poesía y
encuentros culturales realizados en el país y en diversas ciudades de América
Latina y Europa.