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Aldo Luis Novelli |
Elvira
me escribe Elvira:
me dice que está todo bien
que después de la muerte de papá
en ese accidente con el hacha
que le cortó la cabeza
se siente mejor
que ya no tiene esa repetida pesadilla
que dejó las pastillas para dormir
y que ahora bebe menos.
me dice que aunque tenga 63 años
éste sábado va a salir
va a ir a bailar a la milonga
y que se repite todos los días
que ella puede
y que no es tarde
para conocer a alguien.
al final de la carta
me escribe como cuando éramos chicos:
elpehapachapaespetapa
enpenupuespetropolupugaparsepecrepetopo.
Noticias sobre
Elvira
Les voy a ir informando sobre Elvira porque hay varias
personas preocupadas por ella. Inclusive la llaman y le escriben dándole
consejos sobre que hacer con la herramienta guardada en ese lugar.
Elvira escucha la
radio
Elvira tiene la radio encendida
canta con la boca cerrada
mientras baila abrazada al escobillón
sobre el piso de madera
de la pieza oscura de su pequeña casa.
Elvira se siente bien.
Está juntando amor en su cuerpo.
Elvira se asustó
Elvira se encuentra bien.
el sábado se fue a la milonga
con una vecina.
un señor de fina estampa
se acercó a su mesa
inclinó apenas la cabeza
y le extendió la mano
la compañera la empujó
por debajo de la mesa
mientras le decía por lo bajo:
‘andáaaa, dale andá’.
bailó dos canciones muy separada
deese señor serio y callado
que la miraba con cierta vergüenza
hasta que en un momento él le preguntó
si podía visitarla el domingo por la tarde.
Elvira se asustó mucho.
le dijo: ‘NOOOO!’
y se fue casi corriendo a la mesa
que ocupaba con su amiga
que la miró condescendiente
le apretó apenas el brazo
y le dijo: ‘Elvi Elvi, mi querida…’.
Elvira está descalza
Elvira
baila descalza
en
la cocina.
Elvira
hace dos días
que
no come
pero
no le importa
prefiere
bailar
con
la luna reflejada
en
las baldosas del piso
y
beber vino en una
copa
alta y fina.
Elvira
baila y olvida
el
revólver apoyado en la mesada.
Elvira
baila
y en
cada giro de su cuerpo
se
acerca más y más
a la
luna.
Elvira está encerrada
Elvira
estuvo todo el día
encerrada
en su casa
ayer
hizo lo mismo
no
prendió el televisor
no
salió al patio
a
regar los malvones
las
fresias y los alelíes.
no
es que haya estado
tirada
en la cama
sin
hacer nada.
estuvo
todo el día
mirando
por la ventana
viendo
a la gente
que
entraba y salía del almacén.
viendo
los rostros
de
esos hombres
cargando
su bolsa con salamines
mortadela
y vino tinto.
en
algunos
vió
la mirada de su padre
y un
temblor le recorrió
el
cuerpo
como
un rayo sin luz.
Elvira sueña
Elvira
sueña
con
un hombre
corriéndole
la silla
para
que tome asiento
a la
mesa
de
mantel blanco
un
pimpollo de rosa roja
dos
copas
el
hombre destapando la champaña
mirándola
a los ojos
brindando
con ella
Mozart
en el tocadiscos
perfume
masculino
en
el aire
sus
ojos llorosos
se lleva
la copa a la boca
y su
vientre se colma de burbujas.
sus
ojos llorosos
en
medio de la cocina
el
silbido de la pava en la hornalla
corre
la cortina
de
la pequeña ventana
y la
noche se mete en su cuerpo
siente
en su mano un temblor profundo
naciendo
en sus entrañas
que
le recorre placenteramente la sangre.
Elvira y sus gallinas
me
escribe Elvira
ella
siempre me escribe cartas
no
sabe de las nuevas tecnologías
va
hasta el kiosco de la esquina
y me
deja la carta en la estafeta postal
ahora
me escribe menos
no
puede pagar el estampillado
hablamos
por teléfono
me
dice que no entiende
como
la gente votó a un abusador
le
digo que eso no se sabe
y no
se puede decir
sabemos
que es un insensible
un
apátrida, un perverso pero…
“yo
sí lo sé, conozco esa mirada”
no
le respondí
cuando
se le mete algo en la cabeza
mejor
no discutir con ella,
pero
es cierto
que
es muy perceptiva
tiene
un don que pocos tienen.
Después
hablamos de los pollos y las gallinas
“con
el frío las gallinas no paren”
“aunque
yo las tengo abrigaditas
cubiertas
con nylon y con una salamandra”
“pero
tienen miedo” me dijo
“son
hembras y temen por sus hijos”
casi
me río, pero me contuve
creí
percibir que lloraba.
Aldo Luis
Novelli (1957) Poeta, cuentista, ensayista, inquisidor del alma humana y habitante de
bares nocturnos. Analista de Sistemas, coordina talleres de poesía y realiza
crítica literaria. Nació en la ciudad de Neuquén, Argentina, en una madrugada
de juerga y carnaval. Vivió hasta los 13 años en Challacó, un campamento
petrolero en medio del desierto patagónico, hoy un caserío fantasma y luego
vagó por el país hasta retornar al terruño, la ciudad de las manzanas
prohibidas enclavada en el valle de las quimeras, donde reside actualmente.
Ha publicado: “La noche del hastío” Ed. Limón –
Neuquén-2003; Plaqueta “16 poéticas” Ed. Limón –
Neuquén-2004 -“Agonistas del fin del mundo” Ed. “La luna que” – Buenos
Aires-2005 – “Desierto” Ed. El llanto del mudo” –Córdoba-2007; “Mínimo
mundo” fragmento, tirada de 90.000 ejemplares - Edición del Min. Educ.
de la Nación - 2008 -, “Estúpidos mirones de televisión” Ed.
Textos de Cartón – de C. Nieva - 2009 – Córdoba; “Archibaldo, el gran exhibicionista”
Ed. Cartonerita Solar – Neuquén-2009; “Luz y sombra” - Ed. Homo Scriptum -
Monterrey – México de A. Botto y Ed. El barco ebrio Nueva York – EEUU de C.
Aguasaco - 2011; “mínimo mundo” Ed. Llanto del mudo – Córdoba - Argentina – 2012,
Plaqueta ‘Soloiloco del solo’ – Ed. Cebolla de vidrio La mano en la sed
-2016 – ‘Rock en el desierto’ Ed. De La Gieta – San Martín de los Andes
- 2016.