Circe Maia |
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Inevitable
Te muestran el camino
por el cual no quieres andar
pero no hay vuelta:
si sigues vivo
el ejército de las calamidades
te dará alcance.
Te dará vergüenza
de ti mismo.
Parece que tu yo verdadero
se desprendió y salió y te cuesta alcanzarlo.
Va demasiado rápido.
Diferencia
Lo que fue,
todavía se asoma
de a ratos.
Lo que no fue
grita un grito
horroroso
con su boca sin labios.
Era otra cosa
Ya se resbala.
Se ve muy poco.
Ya casi nada.
Mientras, la flecha
del pensamiento
en nada acierta.
No acierta en nada.
Cae herida, la víctima
menos pensada.
Viaje
Bloques de sombra contra el cielo claro
los montes de eucaliptos cortan en trozos
/la
remota línea del horizonte.
Aquí hacia el sur ya no se ven más cerros
y detrás de los árboles va una línea rojiza
diciendo que se acaba una luz que no es tuya
que nada tiene que ver con tus palabras.
Voces en el comedor
La puerta quedó abierta
y desde el comedor llegan las voces.
Suben por la escalera
y la casa respira.
Respira la madera de sus pisos
las baldosas, el vidrio en las ventanas.
Y como por descuido se abren otras puertas
como a golpes de viento
y nada impide entonces que se escuchen las voces
desde todos los cuartos.
No importa lo que dicen.
Conversan: se oye una,
después se oye otra.
Son voces juveniles,
claras.
Suben
peldaños de madera
y mientras ellas suenan
—mientras suenen—
sigue viva la casa.
Circe
Maia (Montevideo, 1932) Una de las más claras y
destacadas voces de la poesía
hispanoamericana contemporánea. Reside en Tacuarembó, donde durante la
dictadura sobrellevó un doloroso exilio interior. En 2007 rebeca
linke editoras publicó su Obra
Poética. Tardíamente reconocida a partir de 2007 con los premios: Nacional de Poesía, Bartolomé Hidalgo y la medalla Delmira Agustini. En 2012 la
Academia Nacional de Letras del Uruguay le rindió un merecido Homenaje.