Reynaldo Bessa |
cuando caí de la red
vi que yo mismo existía
mi madre apareció en el umbral de la puerta
luego, mi padre, desnudo, nació de una sombra y la empujó
él quería terminar de coger con ella, y
parece que conmigo también
los dos, silenciosamente, desaparecieron en la sombra
vi que yo mismo no existía
cuando caí de la red.
mi padre nació muerto y
ese año hago un cumpleaños más
nada nuevo
un año más un diente menos
soy el mismo chico dentro de un cuerpo más viejo
mi padre se llevó casi todo:
mi infancia, mi adolescencia y
ahora poco a poco, sin esfuerzo alguno,
va llevándose mi cuerpo.
entre sus muslos y el vientre,
un mapamundi.
la Osa Mayor allí mismo:
perro callejero olisqueando
promesas y vacíos.
- Foutez-moi la paix! -
él está lejos y negociando en árabe
lleva armas para el afectado rey Menelik
todo está bien, hasta el poeta rechaza a la esposa del rey
hay polvaredas y caravanas interminables
la bocaza sedienta del gran desierto
el sol como una gran herida sobre el tedio bilioso
casi ninguna poesía
el pasado está sumergido en el hollín del rechazo
- Foutez-moi la paix! -
armas sí, esclavos, no. Que quede bien claro.
entonces, leones destrozan caballos,
y para devorar inválidos, lisiados, enfermos, muertos... hienas se escabullen por las grietas
de los grandes muros de la ciudad
en su ausencia, Harar es asolada por el hambre
el canibalismo muestra sus caninos de catedrales
el poeta cambia la absenta por la morfina. ¿Hacer qué?
la naturaleza parece querer cortarle las alas y las lenguas
en Marsella, arrancarle una pierna
llora, no por la pierna, sino por la mítica, y ahora imposible Zanzíbar.
despierta de una siesta, y en su último delirio, llama al desconsolado Djami
para dictarle una tarea que nunca será realizada.
mientras tanto, en Francia, de paria, alborotador, piojoso, crápula
pasa a ser llamado el padre de la poesía moderna.
- Foutez-moi la paix! -
casa pequeña, vacía.
animales degollados,
desparramados, la tarde yacía,
recuerdos alados en bandada:
y el viento que reía:
“¿hasta cuándo?”
cabeza en el espacio, tardía.
corazones congelados,
maltratados, uña, carne, acidez.
Némesis armando su tienda:
y el viento que reía:
“¿hasta cuándo?”
en un canto, infancia cortada, ardía.
poemas coagulados,
manchados, el rojo lucía.
muertos de la canilla goteando:
y el viento que reía:
“¿hasta cuándo?”
una hermana que no llega, chirría.
relojes quebrados,
cansados, el tiempo fingía.
la tristeza de reojo, mirando:
y el viento que reía:
“¿hasta cuándo?”
faca clavada en el pasado, tiembla.
sueños rasgados,
manchados, dulce sangría.
una respuesta, todavía intentando:
para el viento que reía:
“¿hasta cuándo?”
[cinco poemas sin título]
Versiones: Demian Paredes, Buenos Aires, 2020.
Material enviado por Edson Cruz, poeta y editor del sitio web “Musa Rara” (www.musarara.com.br).
Reynaldo Bessa es músico, escritor, poeta y profesor. Lanzó 6 CD’s de música. Entre sus libros se encuentran Outros barulhos - Poemas (2008), Algarobas urbanas (2009), Cisco no olho da memória - poemas (2013) y Do pássaro voando ao contrário (2018). Prepara actualmente un nuevo disco musical, O futuro, que me alcance, en las plataformas digitales.