Clara Cattarossi |
Juan 17:15-17
Si no soy del mundo ni soy mundana,
¿dónde se encuentran mis pensamientos y mis corazones?
¿Acaso guardarnos del mal
no es quitarnos del mundo?
O, mejor dicho,
¿no haber entrado en un primer lugar?
Supongo que así lo quisieron los designios de la Providencia.
Y a lo mejor Platón estaba en lo cierto:
penetraré en los Arquetipos y Esplendores
convirtiendo las mañanas en mis noches
y no las noches en mis mañanas.
Movimiento de la naturaleza de lo mismo
El invierno se les asoma al Sol, a Mercurio y a Venus,
pero mi astro ha vuelto a su posición original.
Seis líneas se desprenden de mi grado cero, y vuelvo a terminar ahí.
Tantos ángulos por recorrer y tuve la desgracia del movimiento exterior,
y camino de nuevo sobre este suelo rojo antes de que Platón explique su doctrina otra vez.
Los dinosaurios van a volver a morirse y van a volver a cazar a las brujas y van a brotar nuevas pandemias y mi corazón se va a romper otra vez en el siguiente Gran Año Nuevo.
57
Sigo destejiendo por las noches,
a veces incluso por la madrugada,
bajo el frío que me alberga
de mis pensamientos
al esperar la luz verde
que se asoma entre las tinieblas.
Pasa una, dos, tres…
Son todos vehículos equivocados
que no me sacarán de Ítaca.
La revelación del soplo
En mi discordia revelaste el soplo,
la unión entre la cordera y el lobo.
La luz se convirtió en calor
y el calor en la azul metamorfosis;
luego el oro inmutable
se transformó en la masa de la oscura materia,
mientras que mi canto, como el de Salicio,
se reflejaba en los ríos.
Lamento que hayas lanzado la flecha al mar profundo.
Clara Cattarossi (Buenos Aires, 1999) Poeta y periodista. Egresada de la carrera de Humanidades Ciencias Sociales. Ha publicado sus poemas en diversas revistas literarias. Y como periodista colabora en varios medios digitales.