Walther Espinal, Medellín, Colombia |
12
Escenas de parque navideño
la niña arroja maíz
y en el piso rebotan los granos.
Este diciembre explosivo en los barrios
desde el café el transeúnte observa
las iglesias con huéspedes de espaldas.
y con tiras de viento
como un papagayo
sigue los pájaros que copulan en espiral.
Los que evocamos y no están
en estos 31 días.
Arriba
en Santa Elena
los ojos de poeta
esplenden.
Diciembre como un gallo
picoteando en la acera.
Escenas de parque navideño
filas para todo
un banco el supermercado la comunión
como un arabesco
como la cola de un ratón
la fila de la gente.
Abrazos para esta despedida Sagitario
las risas vuelan como mariposas
tras la diana
como flechas.
dios oculto
el dios
que en los sueños desnuda los temores
con el martillo del absurdo da en el clavo
él que se tiende como un tapete
y pende como la seda
y en el árbol de mi corazón anida
sentado en las gradas con el frío silbando
observo cómo la colegiala acaba su helado
por las puertas de este amor nadie entra
excepto el dios de los días grises y celebrados
el aliento sibarita para mi cansancio
como tabla de naufragio ante su hechizo
me apoyo
De niño las pilatunas tenían lugar en el cementerio contiguo
había que tocar la última tumba de la galería
con la muerte trepada en el árbol
dadivosa con las travesuras.
Pero vas creciendo y la muerte baja del árbol y se acerca
observa en tu pupila el número.
Después el turno fue para los muchachos
que entraban al cementerio a esconderse temiendo por sus vidas
precipitando el lecho para su cadáver.
El jardín que finge ser el cementerio para los parientes
que nos dejan solos y se dice que perduran
en el recuerdo brumoso.
Aprisa por la orilla de la vida desfilamos al interior de la noche
la muerte con el lápiz retiñendo la lista.
De niño por las lápidas de la galería San Pablo corría
inquieto por el eco
eso mismo que los muertos dejan en mi puerta
en mi ventana donde apenas los entreveo atento.
Ars mantis 2
La hechicera entre su mano agita
mi suerte y apela
al dios de bastos y la copa.
Filósofo onanista
sin aleph
la escucho
como si fuera Dafnis con arrugas.
Y vaticina
que la poesía profundiza
en el dolor
que Rimbaud era un mago
y el verbo esta piedra.
Que la magia augura
el bien
para mi herbario.
El barrio dice que la hechicera anida
en el árbol maltrecho
del parque infantil.
No la he visto volar
pero su escoba mantiene
limpias a sus hijas.
Alquila el infierno
a préstamo, en comodato.
La hechicera entre su mano agita
mi suerte y apela
al dios de bastos y la copa.
Filósofo onanista
sin aleph
la escucho
como si fuera Dafnis con arrugas.
Y vaticina
que la poesía profundiza
en el dolor
que Rimbaud era un mago
y el verbo esta piedra.
Que la magia augura
el bien
para mi herbario.
El barrio dice que la hechicera anida
en el árbol maltrecho
del parque infantil.
No la he visto volar
pero su escoba mantiene
limpias a sus hijas.
Alquila el infierno
a préstamo, en comodato.
Abuso de soledad
El abuso
de soledad
es una embriaguez muda
un dios de cera
que ilumina
En la vía
el semáforo
como un cíclope
de ojo rojo
Y la música
que en el café aúlla:
amor
llevado
a mi mesa
en plato solitario
El abuso
de soledad
es un cuaderno
con margen
doble línea
El abuso
de soledad
es una embriaguez muda
un dios de cera
que ilumina
En la vía
el semáforo
como un cíclope
de ojo rojo
Y la música
que en el café aúlla:
amor
llevado
a mi mesa
en plato solitario
El abuso
de soledad
es un cuaderno
con margen
doble línea
Walther Espinal nació en Medellín en 1980. Realizó estudios de filosofía y letras en la Universidad de Antioquia. Ha publicado los libros de poesía La danza de Narciso (2009) con el que obtuvo una mención en el XX Concurso Nacional Universitario de Poesía Universidad Externado de Colombia y El pirata y otros poemas (2010). En su ciudad tuvo contacto con varios talleres literarios. En 2010 fue invitado al XX Festival Internacional de Poesía de Medellín.