Raúl Henao, Medellín,2010. |
LA REINVENCIÓN DEL AMOR
“L´amour est a reinventer”
A. Rimbaud.
Sin faltas de ortografía no se reinventa el amor.
Ese castillo de naipes de arabescos de luz,
se reconstruye al paso de la visitante matinal
que el sueño desviste a picotazos
en su vitrina de corazonadas,
bajo la arcada desierta de los deseos,
mientras al interior del pensamiento,
el hábito monacal
reclama para ella la canonjía de la ley.
Se desvive el defenestrado en un carnaval de signos luminosos,
como escondido para la raposa académica y el topo erudito.
Pasa el cometa de su cabellera a rastras del tiempo nublado.
SIEMPRE EL AMOR LA LIBERTAD
Me paseo en compañía de una nube
¡qué encanto de peluquero es el amor!
En cada parada de buses me arrojas
la incendiaria granada de tus ojos.
La orquesta aparecida en mitad
de una fuente de agua
guarda un ligero parecido con tu voz
anidando en el arco iris de tus pechos.
La tempestad resulta menos ardiente
que el carbón de tus labios
conjugados en la baraja de tu sonrisa.
Mil perdigueros no bastan para elogiar
la antorcha luminosa de tu rostro
Que enciende el brazo armado de la libertad.
LA REALIDAD Y EL DESEO
La tarde arrastra una banda de música
tras los faldones del viento.
Súbitamente, delante de mi vista,
una alada pareja de baile
persigue las notas otoñales
del acordeonista solitario
al fondo de la alameda.
Un ciego tratabillante bajo la lluvia,
aparece en el parque dominical,
al paso que la estatua de mármol
de mi pensamiento
pierde su última hoja de parra.
al avecinarse el anochecer.
LA LETRA Y EL DESEO
“Por ella estoy de noche en luz de día”
Ibn Arabi
Entre letra y letra de su nombre corre desnuda.
Al pasar la página más blanca que un lirio
consigue atraparla el pisapapel
la rosa gravada a sangre en su piel
Entre letra y letra confiesa
lo que le dicta la oscuridad.
El amor ciego y niño
asoma a sus ojos
que por momentos distrae
la llama lacerante,
a falta de otro dardo mortal,
a falta de ahondar la herida en la vida.
Donde calla la letra le habla el corazón
con todas sus ventanas batientes a muerte.
LOS AMANTES MALAVENIDOS
¡Es ciego el amor en los puertos
de mar!
En los restoranes para náufragos
Tras las hilachas del espejo
Hay siempre un astillero
Un lecho de rosas
Rompiendo en los acantilados.
La costumbre es títere sin cabeza
Al amor de las mareas
Al claro de luna
Duermen los amantes malavenidos
Entre axilas y narices frías.
LOS AMANTES DORMIDOS
Extensa y brumosa llanura de granizo
Donde se hiela el corazón de los amantes.
Sin savia ni renuevo palidecen
Frente al espejo nocturno
Poblado de mundos legionarios
Codiciosos lansquenetes
Y feroces arcabuceros
Al asalto de la madrugada.
Mientras se despereza el cencerro de la fiesta
En la torre de las ánimas
Allende el embrujo indiscernible
De la tierra de nadie
Vuelven los amantes sus pasos en el polvo
Al conjuro de la santa belleza del mundo.
LA COLEGIALA
Al celoso lo enmarca la tarde de enero
En la bruma y desvelo más atroces
Pero bajo el marco opresivo y familiar
Ella corre de nuevo tras el ujier
de la brisa.
Perdida en la grava blanca del jardín
Sus pasos se demoran en el parterre
De flor de cenízaro
Donde un surtidor libidinoso
Salta en el tazón de la fuente.
El celoso, sin embargo, insiste en definirla
Por la misma tarjeta ajada de visita
Que día a día le deja el sueño
al despertar.
Le parecen verdes las uvas o las alcaparras.
El suéter húmedo o los calcetines
Colgados de la ventana de la colegiala
Que se trasnocha hablando sola al claro de luna.
AMORES MALHUMORADOS
Todo lo que restaba al día era una carta lacrada
la burbuja de tus labios siempre a flor del deseo.
Se oía el ronroneo de una abeja pero la miel
se hacía de rogar más que la escarcha
que cubría con antelación el comercio
donde solías ir de compras en las mañanas.
Tan disímiles eran el paisaje y su marco,
la almohada y el sueño,
que a diario te ponía mala cara el paso del tiempo.
Yo escuchaba a mi vecino cantar las letras
de un tango a tus espaldas,
pasar al sereno en bicicleta,
pero no conseguía conciliar la realidad.
Me resignaba a esperar a solas tu ausencia
a contarle por teléfono mi malhumor a la noche.
EL HOTEL DEL AMOR ROSA
Al fondo del paisaje cabecea de sueño la luna de marzo.
Una mujer del pasado preguntaba por mi
En la recepción del hotel suburbano.
Altercaban en ella las arrugas tempranas
Con el mohín infantil de unos labios dulzones
Donde el rouge de París se deslíe en copos de nieve.
Todo indicaba al instante que podía arrastrarla
a mi habitación
O desnudarla en la fría oscuridad de la sala de visita.
Mil sentimientos encontrados tomaban carta en el asunto.
Danzaba un ciego cupido
En la entretela de las circunstancias,
Reuniendo a destajo la juventud y la vejez,
La maldad y la felicidad, la suciedad y el placer,
Lo ilusorio y lo permanente.
Todo mezclado al encanto pasajero de las horas nocturnas
O sacado a mi paso de una madeja de hilo, parco destino.
RAUL HENAO. Poeta y ensayista (Cali, Colombia,1944). Ha vivido en Venezuela, México y los EE.UU y representado a Colombia en numerosos Congresos y Festivales Internacionales. Actualmente reside en Medellín.Entre sus libros publicados se cuentan: : Combate del Carnaval y la Cuaresma (Medellín, 1973); La Parte del León (Venezuela, 1978); El Bebedor Nocturno (Cúcuta, Colombia, 1978); El Dado Virgen (Venezuela, 1980); Sol Negro ( Medellín, 1985); El Partido del Diablo / Poesía y Crítica (Medellín, 1989); El Virrey de los Espejos (Medellín, 1996); La Vida a la Carta / Life a la Carte (Medellín, 1998). La Belleza del Diablo (Madrid, España, 1999) Sol Negro (Bogotá. 2006.) La Doble estrella: El Surrealismo en Iberoamerérica / Notas y Entrevistas Poéticas (Medellín 2008).
Su obra poética esta traducida parcialmente al inglés, alemán, portugués, francés, italiano y rumano.Colabora en diarios y revistas del país y del exterior.