Di Brandt |
*
yo
no quería que fuera de esta manera, una pesadilla
en
colores vivientes, rodeándonos, la violencia construida
sobre
este hermoso paisaje familiar, como un templo,
como
una iglesia, soldados en cada esquina, yo implicada
en
ello, una canadiense del Norte de América, suficientemente
rica
para comprar un pasaje aéreo para cruzar el Atlántico,
inocente
espectadora, observadora, nada es inocente aquí,
donde
incluso las piedras lloran, mirá, mirá, lo que está
sucediendo
aquí. yo no quería que fuera así.
adónde
iban cuando las máquinas llegaban a
destruir sus casas
a
arrancar de raíz los olivos que durante
siglos cuidaron con amor
y
paciencia, adonde iban los habitantes de esta aldea que ahora
no
tiene nombre, retorciendo sus manos, gimiendo, abrazando a
sus
niños con fuerza, llorando, de este modo se construyen los
parques
en Israel, como los construimos también en Canadá, si
así
es como también los construimos en Canadá.
*
no
hay palabras en mi interior para Gaza, para aquello
que vi en Gaza, los ojos de las mujeres
haciendo fila
en
el hospital esperando la leche, con sus bebés y niños
pequeños
en brazos, sus ojos mirándome, otra turista del
Norte
de América sin nada para ofrecer, excepto una terrible
compasión,
y vergüenza , vergüenza por mi inocencia,
mis
estúpidos privilegios, nunca imagine la existencia
de un lugar como este, yo podría haber nacido
aquí,
y
pensé esto es lo que el mundo es, estas calles angostas
llenas
de moscas y bosta de vaca, chozas de chapas y
tablas
de madera, el sendero a la playa lleno de basura,
alambre
de púas, jeeps abandonados, y arena gris,
cuánto
tiempo se tarda en olvidar, los soldados
en
la puerta, las mujeres gritando, la vajilla destrozada,
manteles
floreados agitándose en el viento, la
sangre
fluyendo
de la boca del padre, cuánto tiempo se tarda en olvidar,
la
oscuridad en los ojos de esta mujer, los niños camino
a
la escuela ocultan piedras en sus manos, estos dos
no
regresarán a casa esta noche, los
soldados en la calle
les quebrarán las piernas, estos ojos, el continuo
larguísimo
dolor
en ellos, estos ojos de mujer que me miran
*
treinta
personas muertas, baleadas en la cabeza y el pecho,
en
Nablus, las calles vaciadas por los soldados, una quinceañera
con
dos niños y otro en camino, una niña esposa con grandes
ojos
marrones, asustada, tambaleándose a través de la calle,
vendida
en el nombre de Alá, en el medio de todo este sufrimiento
a
un comerciante de treinta y cinco años de edad, ella morirá
envejecida por el dolor a los cuarenta, atravesando
vacilante
la
calle envuelta en gas lacrimógeno y el
humo de las armas,
sus
hijos en silla de ruedas, sus hijas enloquecidas por su martirio,
no,
no, esto no está sucediendo, esta no es mi vida, no.
(versión Esteban Moore)
Di Brandt (Winkler, Manitoba, Canadá, 1952). Poeta, crítica
y ensayista. En poesía ha publicado: questions i asked my mother
(1987); Agnes in the sky (1990); mother, not mother (1992);
Jerusalem, beloved (1995); Now You Care (2003); So this is the
world & here I am in it (2007) y The Lottery of History (2008). Le han sido otorgados
los premios nacionales más importantes de su país.