Aire de los mariscos
soy pigmeo lancero
tengo buena puntería en el corazón
de león cobarde
salta en ese barranco
estropeado en el flanco
izquierdo, derecho
soy pigmeo guerrero
no tengo miedo
nado profundo
respiro el aire de los mariscos
Infancia
sentimiento bruto
grito de alegría
sumo de la vida
lapidación de la rutina
peripecia que se realiza
en los caminos de la infancia
Comida
comida
placer infinito
tanta alegría que aburre
comida que engorda los ojos
y todos los poros de la boca
comida preparada, separada y servida
por manos
de mano en manos
comunión que hace bien al santo
y a su buen plato
por lo tanto, el fin de mi llanto
sigue el camino de la barriga
entonces coma, amor de mi vida
reparta conmigo esa intención
y mi devoción a los orixás
[*orixás: “personificaciones o deidades de las fuerzas de la naturaleza en los ritos religiosos afrobrasileños” (dicc. Larousse)]
Soplo de piedras
la poesía es un soplo de piedras necesario
es la victoria de los anticuerpos
en el combate a la calcificación de los sentimientos
por lo tanto
no te extrañes si me ves
soplando piedritas por ahí
Estatuas
cuántas estatuas de bandidos
comandantes de exterminios
capitanes de monte? ¿Cuántas?
cuántos nombres de ricos en calles
plazas y viaductos, de gente
a la que no le gustaba a la gente? ¿Cuántos?
cuántos podridos por dentro
podridos en pie, como si en pie
resbalaran las tropas y el veneno? ¿Cuántos?
cuántos todavía nos están viendo
aguardando el mejor momento
de entrar en una estatua de bronce? ¿Cuántos?
La voluntad de todos
todo el mundo quiere ir de la teoría a la práctica
sólo que antes tiene un mundo
una almohada en el medio
y ese monte de palabras
Detrás de las cortinas
detrás de las cortinas
el día y el tiempo
el tedio y la maña
duermen en tono nostálgico
las peleas,
detrás de las cortinas
la maldita despedida
dura el día a día
la frontera continua
tiene un solitario tótem
espantapájaros de la felicidad
déspota habitante
detrás de las cortinas
Deseos virtuales
zapatos torcidos en hilos de webcam
soledad enmarañada de deseos virtuales
virtuosidad solitaria
casa no-casada
ahora, ahora
parecía amor de carnaval
serpentina hilando la vida, alegría
eran hilos de plata rizados
hilos de oro en la torta
hilos de cabellos rubios en el botón del cuello
hilos de cobre en el rollo
alto voltaje
corto-circuito
Y la lucha continúa
continúo comprometido
con la palabra
marca cruda, pego en la tabla
es mi farra en el papel
el pequeño riesgo que hago en el cielo
[todos los poemas pertenecen a Enquanto O Tambor Não Chama]
[Versiones: Demian Paredes, Buenos Aires, 2020]
Sergio Ballouk (1967) nació en San Pablo y tiene formación en Publicidad y Propaganda.
Tiene presencia en Cadernos Negros, del grupo Quilombhoje desde 2005, con poemas y cuentos. Es autor de los libros Enquanto O Tambor Não Chama (2011) y Casa de Portugal (2015).