Cora Coralina |
AL LECTOR
Alguien debe rever, escribir y firmar los autos del Pasado antes de que el Tiempo pase todo al ras.
Es lo que busco hacer para la generación nueva, siempre atenta y encantada con las historias, leyendas, tradiciones, sociología y folklore de nuestra tierra.
Para la gente joven pues, escribí este libro de historias. Sé que seré leída y entendida.
ADVERTENCIA
Este libro fue escrito
por una mujer
que en lo tardío de la Vida
recrea y poetiza su propia
Vida.
Este libro
fue escrito por una mujer
que hizo la escalada de la
Montaña de la Vida
removiendo piedras
y plantando flores.
Este libro:
Versos... No.
Poesía... No.
Un modo diferente de contar viejas historias.
TODAS LAS VIDAS
Vive dentro de mí
una mestiza vieja
de mal-de-ojo,
acuclillada al pie de las brasas,
mirando al fuego.
Bendice el desaliento.
Confianza hechicera...
Ogum. Orixá.
Macumba, terreno.
Ogán, padre santo...
Vive dentro de mí
la lavandera de Rio Vermelho.
Su olor delicioso
de agua y jabón.
Rodete de tela.
Paquete de ropa
Piedra de añil.
Su corona verde de San Caetano.
Vive dentro de mí
la mujer cocinera.
Pimienta y cebolla.
Aperitivo bien hecho.
Olla de barro.
Paredes de leña.
Cocina antigua
toda ennegrecida.
Buen enrulado de cabello.
Piedra puntiaguda.
Vasija de coco.
Triturando ajo y sal.
Vive dentro de mí
la mujer del pueblo.
Muy proletaria.
Muy lenguaraz,
esclarecida, sin prejuicios,
de piel dura,
de chinelitas,
y muchos niños.
Vive dentro de mí
la mujer rural.
– Injerto de la tierra,
medio callada.
Trabajadora.
Madrugadora.
Analfabeta.
De pies en la tierra.
Muy paridora.
Muy criadora.
Sus doce hijos,
sus veinte nietos.
Vive dentro de mí
la mujer de la vida.
Mi hermanita...
tan despreciada,
tan murmurada...
Fingiendo alegre su triste destino.
Todas las vidas dentro de mí:
En mi vida –
la mera vida de las oscuras
* terreno, en referencia al local en el que se realizan los cultos afrobrasileños.
** Ogum, Orixá son deidades de la religión yoruba.
*** macumba es un instrumento de percusión de antiguas tribus africanas, y un culto o religión afrobrasileña.
**** ogán es el título y cargo de aquellas personas capaces de auxiliar y proteger las casas de culto y a las personas que prestan servicios en el candomblé y religiones afines.
***** piedra de añil es la materia con la que se hace un jabón para lavar ropa, y también para ritos contra “energías oscuras” y “malas vibraciones”.
MI CIUDAD
Goiás, mi ciudad...
Yo soy aquella amorosa
de tus calles estrechas,
cortas,
indecisas,
entrando,
saliendo
unas de otras.
Yo soy aquella niña fea del puente de Lapa.
Yo soy Aninha.
Yo soy aquella mujer
que quedó vieja,
olvidada,
en tus bulevares y en tus callejones tristes,
contando historias,
haciendo adivinación.
Cantando tu pasado.
Cantando tu futuro.
Yo vivo en tus iglesias
y desvanes
y techos
y paredes.
Yo soy aquel tu viejo muro
verde de helechos
donde se apoya
un antiguo jazmín,
oloroso
en ruina pobre y sucia.
Yo soy esas casas
apoyadas
cuchicheando unas con las otras.
Yo soy el ramaje
de esos árboles,
sin nombre y sin valía,
sin flores y sin frutos,
de los que gustan
la gente cansada y los pájaros vagabundos.
Yo soy el tallo
de esas enredaderas sin clase,
nacidas en la abertura de las piedras:
Bravías.
Persistentes.
Indomables.
Cortadas.
Maltratadas.
Pisadas.
Y renaciendo.
Y soy la dureza de esos morros,
revestidos,
enflorados,
partidos a hachazos,
golpeados, lacerados.
Quemados por el fuego.
Pasteados.
Calcinados
y renacidos.
Mi vida,
mis sentidos,
mi estética,
todas las vibraciones
de mi sensibilidad de mujer,
tienen, aquí, sus raíces.
Yo soy la niña fea
del puente de Lapa.
Yo soy Aninha.
LA OTRA CARA
Todo desierto.
Alguien sola
en la noche
en el frío
buscando las cunas
en las que ya no caben los niños.
Ellos crecieron tanto
que ya no caben en las cunas.
¿Otros niños cambiaron?
¿Ya no se necesita de cunas?
¿Dónde están los niñitos?
Indeseables, por ahí...
en las guarderías.
Hay un guerrero caído-
Hay cien guerreros caídos.
Millares de guerreros en fuga.
La tierra dura contaminada.
Los trigales perdidos.
El pan quemado,
olvidado en el horno.
La hierba está envenenada.
Las fuentes contaminadas.
No hay más verdes,
ni héroes ni nada.
Los vientres están infecundos.
Las casas abandonadas.
Las bocinas fueron silenciadas.
Hijos... píldoras.
Terror. Terroristas.
Violencia. Violentos.
Asaltos. Asaltantes.
Secuestros. Secuestradores.
Drogados...
¿Dónde están ellos?
Un estruendo sacude la tierra.
¿La última bomba?
No, la explosión demográfica.
Da miedo en la vastedad
enrarecida
de ocho millones
de kilómetros cuadrados.
Tal vez mañana en la mañana
un obstáculo a la rapiña.
... y dice el Creador:
Creced y multiplicaos.
Llenen la tierra
hasta sus confines.
Veo a Malthus:
Limiten los hijos.
Planeen la familia
como cualquier empresa.
Habrá más bocas
para comer
que abundancia para ser comida.
La retaguardia es grande
y los conductores inciertos
dentro de ocho millones
de kilómetros vacíos.
El valor de la vida
está reseco.
Las trompas obstruidas.
La simiente infértil
en el campo árido.
El lar superado.
Las mujeres desconectadas.
Hijos por azar, clandestinos
forzaron barreras,
múltiples, obstáculos.
Toda gestación será de riesgo.
Limitaciones sofisticadas.
La mujer, no madre, maternidad.
Obrera. Empleada.
Gerente gerenciando
computando pérdidas y ganancias
ajenas,
igualando, superando,
victoriosas, tumultuosas.
La neurosis que se va alargando.
Maestros maestrean a las madres
a negarse a los hijos.
Esterilizan las fuentes generatrices.
Estimulan el Eros.
Sofistería. Virginidad,
familia – anacronismos.
Los antiguos valores descartados.
El miedo colectivo de ser cuadrado.
El valor de la vida
será secado.
Subdesarrollados.
Subnutridos.
Subalimentados.
Sumisos.
Subversivos.
Sub. Sub. Sub.
Un estruendo sacude la tierra.
¿La última bomba?
Todavía no.
La explosión demográfica.
MENOR ABANDONADO
Versos amargos para el Año Internacional del niño, 1979.
¿De dónde vienes, niño?
¿Qué mensaje traes del futuro?
¿Por qué tan temprano ese bautismo impuro
que cambió tu nombre?
¿En qué galpón, invasión, favela,
quedó olvidada tu madre?...
¿Y tu padre, en qué selva oscura
se perdió, perdiendo el camino
de la barraca humilde?...
Niño periférico rechazado…
Tu mundo es un submundo.
Ninguna mano te ayudó en la resbalada.
Al azar de las calles – nuestro encuentro.
Es tan pequeño... y yo tengo miedo.
Miedo de que vos crezcas, seas hombre.
Miedo de la espada de tus ojos...
Miedo de tu rebeldía anticipada.
Niego la limosna que me pides.
Me culpa tu indigencia inconsciente.
Me revuelve tu infancia desvalida.
Quisiera escribir versos de fuego,
y soy mezquina.
Si pudiese ayudarte, niño-estigma.
Defender tu causa, cortar tu raíz
llagada...
Es el lema sombrío de una bandera
que levanto,
pidiendo para ti – Menor Abandonado,
Escuelas de Artesanado – Mater et Magistra
que te puedan salvar, detener tu caída...
Nadie conmigo en la floresta oscura...
Y mi grito impotente se pierde
en la acústica indiferente de las ciudades.
Escuelas de Artesanado para reducir
el gigantesco enfermo
de la niñez enferma
es mi perdido S.O.S.
Estoy sola en la floresta oscura
y mi apelación se perdió inútil
en la acústica insensible de la ciudad.
Es el infante de un tercer mundo
en lenta rotación hacia el encuentro
del futuro.
Hay un foso de separación
entre tres mundos.
Y tú – Menor Abandonado,
eres la piedra, el escombro y el relleno
de ese foso.
Quisiera a tiempo alcanzarte
cambiar tu rumbo.
De nuevo vestirte las telas blancas
de un nuevo catecúmeno.
Son tantos y tantos tus hermanos
en la selva densa…
¡Y yo sola en la ciudad inmensa!
“Escuelas de oficios Madre y Maestra”
para tu legión.
Madre para el amor.
Maestra para la enseñanza.
Pasa, niño... Sigue tu destino.
Además es tu encuentro.
Estarás sentado, curvado, taciturno.
Siete “hombres buenos” te juzgarán.
Un juez de toga dirá textos de Ley
que nunca entenderás.
– Pero una vez cambiarás de nombre.
Y dentro de una casa muy grande
y muy triste – serás un número.
Y continuará vertiendo inexorable
la fuente contaminada de donde vienes.
Errante, cansado de vagar,
dormirás como un mastín
acurrucado, vagabundo, clandestino
en la sombra de las ciudades
que crecen sin parar.
Hay un foso entre tres mundos.
Y tu, Menor Abandonado,
eres la piedra, el escombro y el relleno
de ese foso.
Recuerda, Niño,
Hoy es tu día... Mira, ve cómo brilla allá lejos,
en el titular vibrante de los diarios,
en la conciencia heroica de los jueces,
en el cartel luminoso de la ciudad,
el AÑO INTERNACIONAL DEL NIÑO.
* Todas las piezas pertenecen a Poemas dos becos de Goiás e estórias mais (22º edición, Global Editora, São Paulo, 2006; 1º reimp. 2009).
** Versiones: Demian Paredes, Buenos Aires, 2022.
Cora Coralina (1889-1985), poeta y voz fundamental de la lengua portuguesa, también narradora, nació en Cidade de Goiás con el nombre de Anna Lins dos Guimarães Peixoto Bretas. Publicó su primer libro con casi 76 años de edad: Poemas dos becos de Goiás e estórias mais.
Otros títulos suyos son: Meu Livro de Cordel (1976) y Vintém de Cobre - Meias confissões de Aninha (1983), también de poesía, y Estórias da Casa Velha da Ponte (1985), de cuentos. Póstumamente se publicaron los poemarios Tesouro da Casa Velha (1996) y Vila Boa de Goiás (2001), y los infantojuveniles Meninos Verdes (1986) y O Prato Azul-Pombinho (2002), entre otros.